Este libro afronta el discernimiento como el arte de la comunicación y comprensión recíproca entre Dios y el hombre, y, desde este punto de vista, trata de desentrañar sus dinámicas. En esta clave, se deben respetar dos fases del camino: Una primera etapa de purificación, que lleva a un auténtico conocimiento de sí mismo en Dios y de Dios en la propia historia. Y una segunda etapa en la cual el discernimiento se convierte en un habitus, al tiempo que se va purificando la propia idea de Dios que tenemos, lberándola de las falsas imágenes que le atribuimos.
Este libro surge de años de práctica pastoral en distintos lugares de Europa y otros tantos años de estudio y de enseñanza de la teología. La experiencia directa con las personas ha aumentado la exigencia de acoger la inspiración para tomar decisiones en teología, sobre todo en cuanto al método con el que hacerla, junto con la necesidad del encuentro entre las tradiciones cristianas presentes en el continente europeo. Hoy constatamos la urgente necesidad de un replanteamiento global del método de la teología. Es necesaria una visión orgánica, donde el teologar no signifique encerrarse en un lenguaje hermético, en metodologías impropias, produciendo así una serie de teologías de las cuales la más popular, la más divulgativa, sería la evangelizadora. La fragmentación, característica de todo el saber, llega a ser aquí fatal. Este libro quisiera ser un intento de una investigación teológica que asume responsablemente su propia visión orgánica —que pasa desde la Biblia, a la liturgia, a la reflexión, al dogma y a la vida espiritual— y que, por su misma naturaleza, es misionera y dialogante, por tanto, capaz de crear el lenguaje para un encuentro intercultural.