El Via Crucis es un acto de piedad significativo e importante de las comunidades de vida consagrada. Durante la Cuaresma, y la Semana Santa especialmente, recorremos junto a Jesús la tradicional via dolorosa, camino salvífico hacia el calvario.
La vida cosagrada sabe que en el cento de este camino está la Cruz, el signo má importante de nuestra memoria. En ella está la sabiduraí de Dios que ha querido enseñarnos que el camino de la gloria está, precisamente, en el abajamiento y la humildad: un camino que la vida consagrada está llamada a recorrer más y más.