
Toda revolución en filosofía entraña un cambio radical en la concepción que esta tiene de sí misma. Ludwig Wittgenstein es en buena parte responsable de nuestra forma actual de entender la filosofía. La actividad filosófica, sus tareas, naturaleza y métodos han sidi profundamente modificados por su personalidad filosófica. Wittgenstein creía estar trabajando en un "nuevo" tema que no podía entenderse como un simple desarrollo dentro de la tradición anglosajona de filosofía. El presente estudio de K. T. Fann pretende colaborar en la díficil tarea de dar una interpretación adecuada al pensamiento de Wittgenstein. Para ello examina un buen número de importantes cuestiones, comenzando con el debatido problema de la relación entre el Tractatus y las Investigations (y de ambos con los Notebooks). Dentro del "primer Wittgenstein" analiza, entre otras, las siguientes cuestiones: el lenguaje como límite del pensamiento y como reflejo del mundo, las condiciones a priori necesarias para la construcción de todo lenguaje, y las proposiciones atómicas como reducto del análisis. Con respecto al "segundo Wittgenstein", Fann subraya su tendencia pragmatista, en cuanto a su perspectiva lingüística se refiere. La crítica del "análisis último" y de la definición ostensiva, el papel del aprendizaje, la analogía del lenguaje con la caja de herramientas, los juegos de lenguaje, los conceptos de "regla", "técnica" y "forma de vida", así como el problema del criterio unívoco de sentido, son algunas de las cuestiones que este distinguido profesor estadounidense se propone esclarecer.
Más que ningún otro pensador contemporáneo, Jürgen Habermas ha logrado integrar la crítica de la racionalización en una reconstrucción del proyecto de la modernidad. En su obra encontramos el gran bosquejo de una vía intermedia entre las oposiciones que desgarran a la cultura y a las sociedades modernas. La obra de Habermas puede considerarse en conjunto como un sostenido esfuerzo por repensar —a fondo— la idea de razón y la teoría de una sociedad democrática basada en ella. Los viejos modelos han caído en descrédito; y no disponemos todavía de modelos nuevos; pese a lo cual nos vemos en la necesidad de tomar cada día decisiones preñadas de consecuencias para el futuro. En la época de confusión que nos ha tocado vivir, la teoría crítica de la sociedad de Habermas puede servir para proporcionar a nuestro pensamiento alguna dirección, de la que tan menesterosos estamos. Y, en este aspecto, el pensamiento de Habermas no tiene par en la escena contemporánea. Sin embargo, ha resultado evidente que la principal dificultad para entender la obra de Habermas es la falta de una visión sistemática y comprensiva de su pensamiento. A consecuencia de ello, las discusiones críticas, en pro y en contra, se ven distorsionadas con demasiada frecuencia por malentendidos fundamentales. Cubrir tal necesidad es el objeto del presente estudio.
¿Fundamentar la ética en la postmodernidad? ¿Cuándo impera por doquier el relativismo ético? Sí, precisamente por eso, y porque el autor es olímpico nadador contra corriente. El trabajo, de fondo clásico, está redactado con estilo moderno, carece de aparato crítico y es de un perfil apto para un público amplio. En sus capítulos se revisa la contraposición entre el planteamiento ético clásico y el moderno, la naturaleza de la acción humana, el fundamento y el objeto de la ética, la índole de la voluntad, las aporías de la negación que ofrece la ética de Nietzsche (inspirador de la postmodernidad), la complexión de lo cultural, histórico y social, las tres grandes nociones éticas –virtudes, normas y bienes– y su conexión con la prudencia racional.
Este segundo volumen comprende el título Fundamentos de Filosofía (1955).
Con un permanente horizonte metafísico, Millán-Puelles ha desarrollado una ontología del espíritu que investiga la articulación de las facultades superiores en la estructura trascendental del sujeto. Razón y libertad son temas de los que siempre parte y a los que continuamente retorna. La amplitud de su planteamiento filosófico le permite abrir su indagación hacia cuestiones específicas del ámbito económico, social o cultural, con lo que sus hallazgos antropológicos quedan contrastados en campos aparentemente ajenos a su ontología del ser humano. Su amplia bibliografía es clara muestra de la universalidad de sus intereses intelectuales, que cubrían la práctica totalidad del saber filosófico.
Antonio Millán-Puelles (Alcalá de los Gazules, Cádiz, 1921–Madrid, 2005), filósofo y escritor, ha dejado como legado, además de su ejemplo de pensador hondo y riguroso, una obra incomparable en el pensamiento hispano de su generación.
Con bastante probabilidad, el olvido o la incomprensión de que todo ser humano es persona constituyen uno de los males más profundos de nuestra época. Las páginas de este libro ofrecen una imagen de la mujer y el varón centrada justamente en su condición personal. Explican, por tanto, en qué consiste ser persona y las propiedades más relevantes de la persona humana: su grandeza, su extrema singularidad, su índole espíritu-corpórea, su capacidad de innovar, el modo en que armoniza intimidad y trascendencia… Además, consideran con detalle los factores que más contribuyen al desarrollo personal: la apertura a la verdad, la libertad, el amor, la sexualidad, el trabajo. Y concluyen con un análisis detenido y sumamente esclarecedor de la felicidad y de las paradojas que su consecución encierra.
El DISCURSO DE METAFÍSICA, escrito por GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ (1646-1716) hacia 1684, permaneció inédito hasta mediados del siglo xix. Julián Marías -anotador y traductor del volumen- expone, en un largo estudio preliminar, la importancia crucial de la obra, que ofrece «como en un mapa el panorama espiritual de Europa en uno de sus momentos capitales» y constituye «el resumen más denso y sistemático del pensamiento del siglo xvii». Sus páginas plantean los grandes problemas de la época: la actitud ante el pasado filosófico (desde Grecia hasta la escolástica), el método, el origen de las ideas, la comunicación de las sustancias, la interpretación del hombre como razón, la libertad, la Gracia, la persona, la moralidad, el mal, el infinito y Dios, cerrando en el momento de su publicación la etapa de la historia de la filosofía que abriera Descartes con su «Discurso del método» (H 4406) y que predominó en Europa durante casi tres siglos.
Haciendo gala de una notable erudición e inspirándose en el pensamiento personalista contemporáneo y en el clásico, el autor de esta obra realiza una original síntesis filosófica que recoge los elementos más esenciales del complejo y fascinante fenómeno religioso. El texto, con formato de manual pero de amena lectura, es completo y detallado. Se aborda el fenómeno y la experiencia religiosa, la perspectiva antropológica de la religión y sus interpretaciones reductivas, el problema filosófico de la diversidad de religiones, las relaciones entre cristianismo, ateísmo y evolucionismo, etc. Joaquín Ferrer, de la Real Academia de Doctores, es un reconocido filósofo y teólogo que ha publicado diversas obras como Ética, religión y ateísmo, Metafísica de la relación y de la alteridad y Religión y cultura.
872 páginas
El pensamiento de René Descartes (La Haye, 1596 - Estocolmo, 1650) inauguró la modernidad al colocar al sujeto como protagonista de la filosofía. Su célebre expresión cogito ergo sum es un lugar común en nuestra cultura. Sus Meditaciones metafísicas son un modelo de ensayo filosófico; y el Discurso del método, uno de los textos más claros, conocidos y comentados de la filosofía moderna. Articuló de forma admirable filosofía y ciencia, logrando un modo de pensar estrictamente racional para contribuir al descubrimiento de la verdad. Expuso un método científico basado en la razón que eclipsó al de Aristóteles y clausuró la Edad Media, dando paso a una nueva época de expansión y libertad. La separación de mente y cuerpo, en dos órdenes diferentes de realidad (otro de los notables descubrimientos de Descartes), produjo escándalo en su tiempo. Inspiró el mecanicismo y el materialismo y hasta el ateísmo modernos, pero también franqueó las puertas de la revolución científica. Autores tan influyentes como Spinoza, Voltaire, Rousseau o Newton son deudores de Descartes.
Estudio introductorio de Cirilio Flórez Miguel, catedrático de filosofía en la Universidad de Salamanca. Especializado en Filosofía de la Historia y en la historia de las ideas en general, ha centrado su interés en filósofos como Kant o Marx. Como profesor de filosofía moderna y contemporánea dedicó especial atención a la filosofía francesa. Una de sus obras más conocidas es La filosofía en la época de la Ilustración.
Sinopsis
952 páginas
Recién inaugurado el siglo XXI, la presencia de Friedrich Nietzsche (Röcken, 1844 - Weimar, 1900) nos sigue acosando de manera, cuando menos, inquietante. Entre otras razones, la inhospitalidad de su mensaje brilla de manera especial en nuestro espacio filosófico contemporáneo a causa de la radicalidad y hondura de su crítica a los fundamentos metafísicos de la cultura occidental. Su reflexión inaugura un arduo trabajo de demolición del legado valorativo erigido tras la irrupción del cristianismo y de su principal antecedente, lo que Nietzsche denomina bajo los rótulos de “platonismo” o sencillamente “la moral”. Ubicada, según sus propias palabras, “en la contradicción entre el hoy y el mañana”, la figura de Nietzsche entendida bajo el rótulo de crítico de la moral se ofrece por tanto al siglo venidero bajo un doble signo: como un epílogo tardío de la tradición occidental y, al mismo tiempo, como un hijo prematuro de un futuro todavía por construir. En esa medida es comprensible que su obra haya sido objeto de sugerentes exégesis, pero también de grandes tergiversaciones. La riqueza de su pensamiento ha permitido captar algunos de sus múltiples aspectos, pero nunca su totalidad: a lo sumo interpretaciones provisionales, porque la indómita vitalidad de sus escritos se sustrae a cualquier intento de comprensión cerrada y definitiva.
Este primer volumen incluye obras iniciales de la producción nietzscheana, dominadas en gran medida por la idea fundamental de que el arte es la máxima expresión del sentido de la vida, y marcadas por la honda influencia de Schopenhauer y Wagner. El nacimiento de la tragedia, su primer libro, reinterpreta la tragedia griega en una inusitada combinación de filosofía y filología que rompió con la concepción apolínea de la Grecia clásica imperante en su tiempo y nos ha descubierto un mundo heleno mucho más rico. El caminante y su sombra, colección de anotaciones y aforismos de un estilo marcadamente diferenciado del ensayístico o discursivo de otras obras nietzscheanas, se ocupa de cuestiones éticas y culturales. Sobre verdad y mentira en sentido extramoral es un ensayo de crítica cultural que rechaza el cientifismo decimonónico en favor de una concepción vitalista de la cultura, línea que se mantiene en Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida (que subraya el carácter interpretativo, partidista y vital del estudio de la historia, frente al positivismo de pretensiones cientifistas). Por último, La ciencia jovial introduce ya temas fundamentales del último periodo de Nietzsche, como la "muerte de Dios" y el eterno retorno, que se profundizan en las obras incluidas en el segundo volumen.
Estudio introductorio de Germán Cano (1969), profesor titular en el Departamento de Historia y Filosofía I de la Universidad de Alcalá de Henares. Es autor de los libros Como un ángel frío y Nietzsche y la crítica de la modernidad y coautor de un Diccionario de filosofía.
Obra editada por Ernst Ziegler.
En la obra de Arthur Schopenhauer, pensador misántropo y pesimista denostado por sus amargas invectivas, el lector no encontrará cándidos pensamientos con los que acompañar plácidamente el paso de los días. Sin embargo, se equivocará si busca en el autor tan solo una amarga visión de la vida, severos diagnósticos sobre la época que le tocó vivir o incluso, en último término, una exhortación al suicidio. Como muestra la presente selección de textos, a cargo de Ernst Ziegler, lo que brota de su pensamiento es la convicción de que debemos comenzar a vivir de nuevo cada día, pues resulta todo un arte permanecer con vida.
«La única forma de existencia es el momento presente, que es también la posesión más segura, aquella que nadie nos podrá arrebatar jamás.»
Arthur Schopenhauer
Si la identidad fuera un mero ejercicio de metafísica no tendría el poder que manifiesta en nuestra reciente historia, donde casi todos los conflictos han mutado en conflictos de identidad. O tal vez la permanencia de ciertas formas metafísicas se deba al carácter mítico y metafórico de los relatos que las subyacen, pues la identidad está unida a lo narrativo por robustos lazos.
Dos de los relatos estructurantes de la identidad son el mito de la caída, que habla de la identidad personal, y el mito del cuerpo místico, que habla la identidad colectiva, de la condición del individuo como miembro del cuerpo colectivo. Diversos movimientos sociales y filosóficos han devenido en ejercicio metafísico de uno de estos dos mitos: salvar al sujeto de su condición de barro y/o entregarle a la comunidad a la que sirve como miembro. El cuerpo se presenta como cárcel; la comunidad, como señora y dueña del sujeto esclavo. Hay violencia metafísica en estos relatos que articulan casi la totalidad de la filosofía del sujeto y de la identidad moderna, incluyendo muchas filosofías presuntamente críticas que han tratado de abandonar la metafísica.
Sujetos en la niebla escapa de la seducción de dichos mitos. La obra es fruto de la rebelión del autor contra un tiempo de corrientes filosóficas que coincidieron en rechazar toda referencia al sujeto como si este fuese un cadáver de la historia. Hay algo de relato de identidad de quienes vivieron los sueños de la modernidad y la posmodernidad, hasta que fueron despertados por el escepticismo. Es también una propuesta para encontrar en la agencia y la voluntad lo que la conciencia y la representación perdieron.