¿Podemos fiarnos de las profesiones de fe cuando no alcanzan el corazón ni se traducen en actos? ¿Existen cristianos anónimos entre los ateos y ateos anónimos entre los cristianos? (J. Guy Saint Arnaud). La fe y la duda andan con frecuencia juntas. Parece que creer y no creer pueden mantenerse juntos; nunca estamos libres de esa amenaza de la no fe.
Cuando de la fe religiosa se trata, nos movemos en un terreno misterioso, que desborda los cálculos y las medidas racionales. Por eso en este ámbito son tan importantes el diálogo, el respeto y la tolerancia. Estas son verdaderamente las actitudes que dejan entreabierta la puerta de la fe para todos los que quieran atravesarla.
El mensaje cristiano encuentra dificultades para ser comunicado significativamente en la sociedad actual. La XIX Semana de Teología Pastoral trata de responder a algunos interrogantes abordando el tema «Lenguajes y fe». En esta obra se revisan distintos modos de comunicación que se dan en la Iglesia para detectar los límites y posibilidades de esos lenguajes.
Nuestros lenguajes de comunicación de la fe tienen que asumir, si quieren ser verdaderos, esa universalidad que los puede convertir en vehículos de humanidad al servicio de la causa de la justicia. Tienen que tener como referencia insoslayable, para no falsearse, el lenguaje evangélico del samaritano que nos permite hacernos prójimos, es decir, hermanos, de todos los seres humanos, muy especialmente de los que están tirados en las cunetas de la historia, víctimas del sufrimiento que genera la injusticia.
Volumen que recoge las contribuciones al III Simposio organizado por el Instituto Teológico de Vida religiosa de Madrid. La atención se centra sobre los religiosos hermanos y tiene como objetivo visibilizar y perfilar esta forma de vida consagrada masculina, no clerical, que mantiene las características primordiales de la primera forma de vida monástica y que lleva en sí las marcas de la mística y del testimonio.
EL AUTOR
ITVR
El Instituto Teológico de la Vida religiiosa de Madrid (ITVR) es una de las más significativas realidades e iniciativas de los Misioneros Claretianos en favor de la Vida religiosa. Desde 1972 se ocupa de la formación teológica de los religiosos y religiosas, sobre todo en el ámbito español e hispanoamericano, a través de las clases, los convenios anuales y otras múltiples actividades paralelas.