¿Aspira usted a alcanzar el éxito en su vida? Desgraciadamente, puede que lo consiga y, así, más dura será su caída: la hora postrera vendrá a robarle la posición adquirida con tanto esfuerzo. Pero si escudriña usted su corazón, si recuerda sus sueños infantiles, reconocerá que, aunque quieran convencerlo de otra cosa, lo que busca usted no es la comodidad, sino una existencia heroica: ¡ser un noble caballero, morir por la justicia, dar la vida por los demás! Tenga cuidado. Este libro pretende despertar en usted esa vocación primera. Al contrario que esas guías que proponen recetas para el éxito, Hadjadj ofrece un anti-método para acoger el fracaso y el miedo y para abrirnos a lo que nos supera. Porque una sociedad que huye ante la muerte sólo puede generar una cultura de la muerte. Hemos de elegir entre una liquidación técnica y una vida ofrecida a los demás. Darse la muerte o dar la vida por lo que vale la pena.
Fabrice Hadjadj nacié en Nanterre en 1971 de padres de ascendencia judia e ideologia maoista. Vivid su infancia entre Tuinez y Francia. Ahora reside en la Provenza francesa, donde ejerce como profesor de filosofia y literatura. Convertido al catolicismo en 1998, a veces se presenta a si mismo como “un judio de nombre arabe y de confesion catolica. Es ensayista y dramaturgo, esta casado con la actriz de teatro Siffreine Michel, de la que tiene cinco hijas. Muchos han leido el Infierno de Dante, pero pocos su Paraiso, que, al contrario de lo que uno podria creer, no describe una nada inmaculada. El paraiso dantesco es mas diverso y violento que su inferno. Beatriz le dice al poeta: “Si vieras mi risa, quedarias reducido a cenizas”. Por eso ponemos el paraiso en la puerta: le tenemos miedo a su alegria. Y nos fabricamos pequenos paraísos artificiales y tranquilizadores... que acaban convirtiéndose en infiernos. No se trata, ciertamente, de huir a un cielo imaginario, ni de regresar a aquel paraiso terrenal que, seguin el Génesis, se perdié definitivamente. A la idea de “mas alla” muchos le oponen, acertadamente, la exigencia de vivir aqui y ahora. Pero nunca llegan a estar realmente en el “aqui y ahora”. Ahi es donde el verdadero paraiso revela su paradoja y se defiende contra sus parodias: no es una evasion hacia el mds allà, sino la gracia desgarradora de estar presente en todos y cada uno, en una apertura sinfonica y en una creatividad coral.
Este libro es un itinerario a través de la filosofia, la teologia y las artes —de Nietzsche a Bonnefoy, de Baudelaire a Bernini, de Sade y Proust a Mozart— para acercarse a lo que el paraiso tiene de terrible y de bello: a la abertura de la beatitud. No se trata de consolar, sino de convocar a esa alegria que debe hacernos perder toda compostura como un payaso y destruir en nosotros todo contentamiento como un rio, que no cesa de recibirse y ofrecerse sin fin.
Fabrice Hadjadj nació en Nanterre en 1971 de padres de ascendencia judía e ideología maoísta. Vivió su infancia entre Túnez y Francia. Convertido al catolicismo en 1998, ha ejercido como profesor de filosofía y literatura en Toulon. Es ensayista y dramaturgo, está casado con la actriz de teatro Siffreine Michel, con la que tiene seis hijos y, en la actualidad, es director del Instituto Europeo de Estudios Antropológicos Philanthropos de Friburgo. Colabora regularmente en Art Press, en el Figaro Littéraire, en La Vie y en Panorama.Hesíodo ya sentía nostalgia de una antigua edad de oro y denunciaba la suya como una época de hierro. Por tanto, es probable que la humanidad esté en crisis desde su origen. Sin embargo, el estado crítico de nuestra época posee carartrísticas especiales, extremas, y se parece mucho a una fase terminal: puede que no vivamos ya en una época, sino más bien en una prórroga.Precisamente cuando una cosa desaparece es cuando se nos revela en sus contornos más singulares. La palabra apocalipsis lo sugiere así, con su doble significado de ?desastre? y ?revelación?. En esta nueva situación en que lo humano se ve amenazado por los exterminios tecnológico, ecológico y teocrático, las líneas de separación se difuminan, los enemigos de ayer se alían y los más revolucionarios experimentan la necesidad de recurrir a una tradición?Esta obra de Hadjadj trata sobre esa alianza de tradición y modernidad, de escatología y cultura, de lucidez ante la muerte y educación abierta a la vida. El autor querría pasar del transhumanismo de J. Huxley al trasumanar de Dante, para extraer así del apocalipsis venidero una alegre sabiduría.
Fabrice Hadjadj nació en Nanterre en 1971 de padres de ascendencia judía e ideología maoísta. Vivió su infancia entre Túnez y Francia. Convertido al catolicismo en 1998, ha ejercido como profesor de filosofía y literatura en Toulon. Es ensayista y dramaturgo, está casado con la actriz de teatro Siffreine Michel, de la que espera su sexto hijo y, en la actualidad, es director del Instituto Europeo de Estudios Antropológicos Philanthropos de Friburgo.
¿Puede ser Dios un tema de conversación? ¿Se le puede mencionar entre los resultados de la Champions y la predicción meteorológica? ¿No sería mucho mejor disertar sabiamente sobre él, colocándolo entre las antinomias de Kant y las genealogías de Nietzsche? ¿La misma boca que acaba de decir “¡Pásame la sal!”, o “Eres muy guapa, Mónica, ¿puedo subir a tomarme una copa contigo?”, podría decir algo acerca de la divinidad? Además, ¿la palabra “Dios” no es quizás una más entre otras dentro de nuestras frases, aunque lleve inicial mayúscula? ¿Acaso el Infinito se sostiene sobre cuatro letras corrientes (como el hombre finito en cinco)? ¿No lo rebajamos hablando de él cuando pretendemos exaltarlo? ¿No lo honramos hablando de él cuando queremos liberarnos para siempre de su presencia?
Hay al menos dos clases de personas que no se asustan ante estas dificultades: el fundamentalista y el ateo. Ambos hablan de Dios a diestro y siniestro. Eso hace que otros dos tipos se rebelen contra tanta arrogancia: el agnóstico y el criptocristiano. Ambos deciden no hablar de Dios para nada. Y luego están aquellos que no se encuentran en ninguna de estas cuatro facciones. Aquellos que creen que no pueden hablar de Dios, pero que menos aún pueden callar. Y ahí los tenemos tartamudeando, farfullando, balbuceando, como payasos que han de dar testimonio de algo que los supera… Son enviados como heraldos del “Reino”, y van a hacer la compra a los almacenes Leclerc. Son llamados “la luz del mundo”, y buscan a tientas el interruptor de su habitación. Finalmente, se saben hijos del Dios infinito y, no obstante, hijos de Lucette y de Ferdinand, finitos, extremadamente finitos…
- See more at: http://www.nuevoinicio.es/libros/como-hablar-de-dios-hoy/#sthash.4nsbAwxF.dpuf