Esta obra, publicada originalmente en 1936, constituye uno de los más influyentes trabajos académicos de C.S. Lewis en el campo de la literatura medieval. En ella se desarrolla un profundo estudio sobre la poesía amorosa alegórica de la Edad Media, cuyo origen se sitúa en los poemas de «amor cortés» de los trovadores del Languedoc de finales del siglo XI.
Esta poesía de los trovadores, que constituiría el primer modo de expresión del amor «romántico», supuso tal cambio respecto de la literatura precedente que, como el propio Lewis señala, «no dejó intocado rincón alguno en nuestra ética, nuestra imaginación y nuestra vida diaria, erigiendo barreras infranqueables entre nosotros y el pasado clásico o el presente oriental. Comparado con esta revolución, el Renacimiento es un simple remolino en la superficie de la literatura».
Resulta particularmente relevante dentro del presente ensayo el estudio que Lewis realiza de El libro de la rosa, obra cumbre del género dentro de la literatura tardo medieval.
Ésta es la historia de Orual, una mujer fea hija del rey de Gloma, y de Psique, su hermana pequeña, niña de belleza deslumbrante, víctima de un extraño encantamiento que transformará su vida.
Se trata de la reinterpretación de una vieja historia de la mitología griega, presente en la mente del autor durante gran parte de su vida, hasta que adquirió lo que sería su forma exacta: una narración alegórica sobre el destino de los hombres y sobre la búsqueda del rostro auténtico del ser humano.
C. S. Lewis nació en Irlanda en 1898, se educó en el Malvern College durante un año, y luego privadamente. Fue Tutor en el Magdalen College y profesor de Literatura en Cambrigde.
Ateo en su juventud, describió su conversión al cristianismo como una experiencia que transformó su vida y su obra. Dotado de una inteligencia excepcional y de un ingenio certero y lúcido, ejerció una gran influencia tanto en sus alumnos como en sus lectores.
Cultivó con igual maestría el ensayo, la novela y la literatura infantil. El gran divorcio • El diablo propone un brindis • Los cuatro amores • El problema del dolor • Mero cristianismo • Lo eterno sin disimulo • Cartas del diablo a su sobrino • Si Dios no escuchase, son algunas de sus obras más célebres.
En 1952, la poetisa norteamericana Helen Joy Davidson Gresham, católica, divorciada y comunista, apareció en la vida del cincuentón Clive Staples Lewis, anglicano, soltero y eminente hombre de letras británico, que ejercía en aquel entonces su magisterio en Oxford.
Helen –H., como se la denomina en el libro– sentía desde hacía tiempo una profunda admiración por Lewis, al que hasta ese momento sólo conocía a través de sus obras y de un escaso intercambio epistolar. Del encuentro personal surgió el amor, al que el ya maduro escritor se entregó con entusiasmo. Pero la dicha duró poco: Helen enfermó de cáncer y murió, dejando a Lewis sumido en el dolor.
El presente libro, excelentemente traducido por Carmen Martín Gaite, es el fruto de ese dolor. C. S. Lewis reflexiona sobre su desdicha, sobre la pérdida del ser amado, y se confronta con Dios, con su aparente ausencia y con la que parece ser su verdadera naturaleza.
El vacío, la soledad, la impotencia, el recuerdo, el amor, la fe, la esperanza, la búsqueda de un sentido a tanto sufrimiento, los lugares aún impregnados del ser amado irremisiblemente perdido son el punto de partida de este intenso y emotivo libro, que es un valiente enfrentamiento con lo más íntimo y recóndito de nuestros sentimientos, de nuestro yo confrontado con la tragedia, con el aparente sinsentido que gobierna la vida de los seres humanos, con la enigmática voluntad divina y con la trascendencia y fuerza redentora del amor.
En Una pena en observación C. S. Lewis aborda la etapa de su vida que reconstruye la espléndida película de Richard Attenborough Tierras de penumbra, protagonizada por un Anthony Hopkins magistral en el papel del maduro escritor, y por Debra Winger como su esposa.
«C. S. Lewis es, sin duda, el que prefiero entre los autores británicos de nuestro siglo... Y acaso llegó en estas páginas al fondo de sí mismo, y no es casual, porque en ellas entra en últimas cuentas con quien había sido y era todavía, en la radical experiencia del amor, el sufrimiento y la esperanza» (Julián Marías).