Incluye el Decreto con especiales indulgencias con motivo del 150.º aniversario de la declaración de san José como Patrono de la Iglesia universal.
Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad.
Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución.
Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti.
Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder.
Amén.
La clausura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia supone un nuevo tiempo para comprender cómo seguir viviendo, con fidelidad y alegría, la riqueza de la misericordia divina. Es una llamada a hacer crecer la cultura de la misericordia como aspecto fundamental de nuestra fe, invitando a todos los cristianos a vivirla intensamente. Debemos renovar nuestro compromiso de misericordia, como acción concreta del amor, para que arraigue en nuestros corazones y nos ayude a perdonar y mirar siempre con serenidad la vida cotidiana. En palabras del papa Francisco «termina el Jubileo y se cierra la Puerta Santa. Pero la puerta de la misericordia de nuestro corazón permanece siempre abierta, de par en par» (n 16).
«Alabado seas, mi Senor », cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cantico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Senor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba» (n.1).
Edición preparada por Jesús de las Heras Muela.
Encuentros, sí. Encuentros con el patriarca ecuménico y otros líderes cristianos; encuentros con máximos representantes del judaísmo y del islamismo; encuentros con los principales políticos de la región; encuentros con la diezmada comunidad católica. Peregrinación de encuentros del Papa de la cultura del encuentro. Peregrinación de siembra del Papa sembrador de la alegría y de la esperanza. Peregrinación en pos de la paz, de la unidad y del diálogo. Peregrinación de gestos, de símbolos y de palabras. Peregrinación hasta de hallazgos... Un viaje redondo el del papa Francisco a Tierra Santa.
Con esta carta circular, dividida en tres partes, la CIVCSVA quiere que todas las personas consagradas se preparen para vivir con profundidad y agradecimiento el año 2015, año especialmente dedicado en la Iglesia a la vida consagrada. Se trata de la primera de las cuatro cartas que el dicasterio vaticano quiere proponer a la vida consagrada.
El librito, editado en un cómodo formato y con un papel de calidad, tiene un cuesionario especial al final del mismo con la intención de que las personas consagradas puedan trabajarlo a nivel personal y comunitario.
«La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años» (n.1).
Como resultado del Año de la Fe el Papa Francisco hace pública la exhortación apostólica Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio), fruto de los trabajos del sínodo sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual que sirvió para dar comienzo al mismo Año de la Fe. El Papa, nos muestra sus preocupaciones sobre la actual obra evangelizadora de la Iglesia y propone algunas pautas para comenzar una nueva etapa evangelizadora. Muchas de las ideas de las intervenciones del Papa transmitidas durante los último meses en los medios de comunicación se dan cita en el texto, junto con un encendido elogio de la alegría como punto de partida y fundamento de la acción misionera, que siempre es social y espiritual.
Edición íntegra de la primera Encíclica del papa Francisco
El propio Papa Francisco nos hace una presentación de su primera encíclica Lumen fidei: "Estas consideraciones sobre la fe, en línea con todo lo que el Magisterio de la Iglesia ha declarado sobre esta virtud teologal, pretenden sumarse a lo que el Papa Benedicto XVI ha escrito en las Cartas encíclicas sobre la caridad y la esperanza. Él ya había completado prácticamente una primera redacción de esta Carta encíclica sobre la fe. Se lo agradezco de corazón y, en la fraternidad de Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones. El Sucesor de Pedro, ayer, hoy y siempre, está llamado a "confirmar a sus hermanos" en el inconmensurable tesoro de la fe, que Dios da como luz sobre el camino de todo hombre" (n. 7).