Historia de la teología cristiana (750-2000) es un tratado que reúne las lecciones impartidas por el autor a lo largo de muchos años de docencia en la Universidad de Navarra. Abarca desde el fin de la era patrística hasta casi nuestros días. Son sus características particulares: que contextualiza los teólogos católicos, luteranos y reformados (y, en parte, también ortodoxos) en sus coordenadas culturales (principalmente filosóficas); y que no se limita a señalar las líneas generales de esas teologías, sino que estudia con detalle las tesis de los teólogos presentados, a partir de sus propias obras, sin obviar las influencias recibidas y la posterior repercusión. De este modo, los lectores podrán comprender las posiciones de los autores analizados y valorar la coherencia interna de tales aportaciones y su comunión con la tradición cristiana.
El autor se plantea interrogantes de gran actualidad sobre los que intenta proyectar alguna luz: ¿Son compatibles la fe y la razón? ¿Facilita una adecuada preparación intelectual el asentimiento religioso a la Revelación divina? ¿Es la Iglesia (memoria viva del Señor Jesús) mediación necesaria para la salvación eterna? ¿Cabe un verdadero diálogo interreligioso sobre bases racionales? El lector descubrirá vías para pensar estos temas, en el contexto de los intereses culturales contemporáneos (teatro, cine, novela) y en el marco de los debates filosóficos más recientes.
Libro pensado para estudiantes de primeros cursos, interesados en conocer los trazos principales de la filosofía medieval. Se procura enmarcar las principales corrientes filosóficas medievales en su contexto político y religioso, para una mejor comprensión de los autores estudiados.
Se concede prioridad a los grandes pensadores del período, tanto cristianos como musulmanes y judíos. Por su carácter introductorio se ha prescindido, en lo posible, del aparato crítico. Incluye una selección de biografías que pueden ayudar a los estudiantes a una mejor comprensión de la vida cotidiana de cada etapa medieval.
Esta monografía recoge tres ensayos publicados entre 1977 y 1981 sobre la escatología intermedia, que dialogan con el clima cultural de Los años setenta: la revolución de Mayo de 1968, el marxismo de rostro humano, las polémicas sobre la subsistencia del alma separada, suscitadas por el protestantismo liberal, y las utopías de la teología de la liberación. Además reproduce también, unos trabajos aparecidos entre 1998 y 2001, sobre la escatología española y latinoamericana, desde los manuales escolásticos de los años cuarenta hasta las publicaciones más recientes del siglo XXI (Olegario González de Cardedal). Se analiza históricamente el influjo de la teología alemana en esas escatologías (Michael Schmaus, Karl Rahner, Josef Pieper y muchos otros). Son tratadas con amplitud las propuestas de Juan Luis Ruiz de la Peña, de los liberacionistas americanos, como Leonardo Boff, y españoles, como Juan J. Tamayo-Acosta, y de algunos teólogos adscritos a la hermenéutica historicista. Se estudia con atención la enseñanza del Magisterio (Concilio Vaticano II, Pablo VI, Juan Pablo II), los pronunciamientos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, las sugerencias de la Comisión Teológica Internacional y los manuales de referencia de Cándido Pozo y Josep Gil i Ribas.
Este manual "para uso en seminarios y universidades" expone por vez primera el completo itinerario de la teología cristiana en América Latina, desde los primeros pasos de la implantación de la Iglesia en el Nuevo Mundo hasta nuestros días. Para facilitar el estudio y la consulta, está estructurado de forma cronológica y, dentro de cada período, según orden temático.
Se divide en tres partes: el ciclo colonial (hasta 1810), el primer siglo republicano y, por último, el siglo XX. Enmarcadas en su contexto histórico y geográfico, se revisan las tesis teológicas más originales (generalmente por autores); se analizan las propuestas pastorales de mayor proyección evangelizadora, surgidas en cada época, y se da noticia de los cuatro ciclos conciliares de América Latina y de la teología de las Conferencias Generales.
Se citan las fuentes primarias, para allanar el trabajo de los investigadores, y se da cumplida noticia de la bibliografía secundaria más destacada. Un completo índice onomástico facilita la localización de los teólogos estudiados.
Josep-Ignasi Saranyana (Barcelona 1941) es profesor ordinario de Historia de la Teología en la Universidad de Navarra y miembro del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, así como académico correspondiente de la Real Academia de la Historia (Madrid) y de las Academias de la Historia de México, Colombia, Perú y Puerto Rico. En la BAC ha publicado Historia de la Teología (2002), en colaboración con J. L. Illanes.
Este volumen incide en uno de los aspectos más interesantes de los actuales debates historiográficos: la cuestión religiosa en la independencia de la América hispana, y, más en particular, la implicación de la jerarquía eclesiástica y del clero secular y regular en el proceso. El americanismo reconoce el importante papel del clero en la revolución, tanto por su compromiso con la elite ilustrada que dirigió la marcha de los acontecimientos, como por el papel dirigente que tradicionalmente había desempeñado en las sociedades coloniales del Antiguo Régimen. De este modo, muchos eclesiásticos contribuyeron de forma relevante a la conformación jurídica de las nuevas naciones, que surgieron así corno repúblicas católicas, al menos en sus primeros momentos. En todo caso, los nuevos dirigentes políticos, con muy pocas excepciones, reconocieron la absoluta necesidad de respetar a la Iglesia y la religión católicas corno uno de los elementos clave para lograr la unidad de los muy diferentes grupos sociales en torno al nuevo proyecto republicano.
El presente volumen se ocupa de la teología barroca y los debates jansenistas hasta la expulsión de los jesuitas, y de la teología ilustrada hasta los albores de la independencia.
En dos partes, ofrece el marco de la vida católica de la Latinoamérica del XIX y el ciclo concordatorio, así como la teología que legitimó las guerras de independencia. Se dedica un capítulo a los movimientos mesiánicos de Brasil.