«Siempre es tiempo de evangelización. Siempre es el tiempo del primer anuncio. Dios nos da el don de la fe de una vez para siempre, pero nosotros tenemos que renovarla cada mañana. Consciente de mis limitaciones, ofrezco estas páginas a cuantos sienten la inquietud de descubrir los nuevos caminos de la evangelización, aquí, en España, en estos momentos de prueba y en los años venideros que no serán mucho mejores. Con estas páginas querría llamar la atención de los pastores y educadores cristianos para que centren sus esfuerzos en lo fundamental, en lo que nos hace capaces de profesar y vivir la fe gozosamente en un medio inhóspito y hostil».
Edición preparada por José G. Vega Beorlegui. Presentación a cargo de Joaquín L. Ortega. Epílogo de Manuel Reyes.
Hace veinticinco años, el 29 de septiembre de 1979, Mons., Fernando Sebastián recibió su ordenación episcopal en la catedral de León. A lo largo de este tiempo ha sabido aunar su experiencia ma-gisterial como profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca —de la que era rector desde 1971— con el trabajo pastoral en las diócesis a las que ha servido: León, Granada, Málaga, Pamplona y Tudela. Su extenso magisterio se recoge en libros, conferencias, homilías y, sobre todo, en lo que él mismo denomina Cartas desde la fe. Estas cartas, más de quinientas, dirigidas a los cristianos y a la socie-dad en su conjunto, iluminan «desde la fe» todas las circunstancias humanas y cristianas de la ac-tualidad. Este libro recoge algunos fragmentos de todos sus textos publicados y los presenta organi-zados según diversos temas de interés. Desde ellos, Mons. Fernando Sebastián pulsa una vez más la actualidad y le sale al paso como «testigo del Evangelio».
Mi intención ha sido escribir un libro directo y sencillo, que acompañe en su itinerario espiritual a todos aquellos que sufren por la inseguridad de su fe; un libro que ayude a recuperar o alcanzar la fe en el Dios de Jesucristo a quienes la perdieron o no la han tenido nunca. No es, por tanto, un catecismo ni una introducción al cristianismo, sino una presentación de la fe cristiana que evoque su función decisiva en los planes de Dios y en el acertado desarrollo de la vida humana.
Este estudio, por tanto, no se centra de manera principal en lo que creemos por la fe, sino en la fe misma, la fe en cuanto acto y hábito personal, don de Dios y camino de salvación.
El lector está invitado a acompañarme en esta meditación teológica sobre la fe cristiana, nacida de mi experiencia personal y pastoral. Pero sobre todo a experimentar y celebrar gozosamente aquello que es posible formular sobre la fe en Cristo y en el Dios que nos salva.