Concebida en un principio como continuación de “Las aventuras de Tom Sawyer” –publicada también en El libro de bolsillo–, “Las aventuras de Huckleberry Finn” es reputada sin discusión como la obra maestra de Mark Twain (1835-1910). Retrato inigualable de la animada vida de la “frontera” de unos Estados Unidos en formación, la novela se articula en torno a la huida de Huck y del esclavo Jim río Mississippi abajo, en un largo viaje que constituye asimismo un inolvidable periplo moral y personal en busca de la libertad.
A pesar de haber sido considerada tradicionalmente como una obra de literatura juvenil, "Huckleberry Finn", según el propio Twain, no es una obra "de muchachos" ni "para muchachos". Su protagonista es un muchacho desharrapado que no va a la escuela, roba y utiliza un lenguaje popular y barriobajero. A través de sus atónitos ojos de chiquillo espabilado, Mark Twain consige realizar sus mayores ambiciones literarias, creando a partir del color local una historia universal, un libro cuyo impacto en el lector es profundo y duradero: todo un clásico de la literatura.
Impresor, piloto de un vapor en el Mississippi, soldado confederado, buscador de metales preciosos, periodista e infatigable conferenciante, Mark Twain (1835-1910) llegó a ser el escritor más popular de su país y un mordaz observador de sus contemporáneos. Tejidas en torno a la evocación de la infancia del autor a orillas del Gran Río, el Mississippi, “Las aventuras de Tom Sawyer” es una de las más conseguidas imágenes de ese mundo de sueños, injusticias, rebeldías e ilusiones de la edad que precede a la responsabilidad y al escepticismo.