nmersos como estamos en un mundo digital del que aún no imaginamos ni de lejos cuánto ha de cambiar nuestra cultura y nuestras sociedades, el autor trata de descubrir cuáles son las mejores coordenadas que la Iglesia tiene a su disposición para anunciar la buena noticia, buscando sin descanso el cobalto de la comunicación, es decir, la fórmula, el tono, el modo de comunicar el Evangelio que responda a la novedad permanente del lenguaje de la fe y al no menos cambiante código de esta cultura global
Con este cuarto volumen, la colección «Crónica Blanca» de la Editorial Ciudad Nueva responde por fin a uno de sus principales objetivos: ofrecer la reflexión de una nueva generación de comunicadores que quieren re-pensar y re-actuar un nuevo periodismo de rostro humano, capaz de ofrecer la «crónica blanca» de la actualidad, de ser «voz de los sin voz» y no olvidar cuál es la gran noticia de todos los tiempos: el acontecimiento cristiano.Esteban Pittaro, excepcional ejemplo de esta nueva generación, doctor en periodismo, profesor y periodista en ejercicio, nos ofrece en este libro las claves de un giro prometedor, a la vez introspectivo y prospectivo, para la comprensión y el ejercicio de la información religiosa. Y lo hace en línea y a la vanguardia de la reflexión sobre información religiosa de los papas contemporáneos. Para mostrar el interés por la lectura de este libro, me sirvo de una peculiar definición de la información religiosa de otro joven periodista, Álvaro Real: «La información religiosa no es la que cuenta lo que los hombres dicen de Dios, sino más bien la que cuenta lo que Dios dice a través de los hombres».