La inesperada intervención del Papa emérito, Benedicto XVI, sobre la Iglesia y el escándalo de los abusos sexuales, publicada en abril de 2019 [...] representa una contribución de excepcional interés para la purificación y la renovación de la misión eclesial. Una contribución que, por desgracia, no ha sido todavía suficientemente considerada y asimilada. No debemos olvidarla ni dejarla de lado. Es necesario, más bien, retomarla y estudiarla para dar todo el fruto de renovación que ella pide.
(De la Introducción de Livio Melina y Tracey Rowland)
A Joseph Ratzinger le gusta recordar una frase de San Ignacio de Antioquía: “Cuando es odiado por el mundo, el cristianismo no es obra de persuasión, sino de grandeza” (Ad Rom 3,3). Hoy, en un tiempo en que la Iglesia es acusada sobre todo en sus ministros, resuena de nuevo esta llamada a considerar la grandeza de su vocación. Hay, sin duda, necesidad de medidas que toquen las acciones disciplinares y judiciales para evitar los abusos y reparar sus daños, pero esto será del todo insuficiente si no se enciende esa llama que anima el corazón del sacerdote, recordando la grandeza de vida a la que ha sido llamado y el estupor ante la “audacia de Dios”, que ha querido poner un don tan grande en sus manos. Es precisamente a la luz de esta grandeza como el presente volumen pretende oportunamente releer, meditar y profundizar en los Apuntes de Benedicto XVI.
(Del Prefacio de Georg Gänswein)
“Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo”. Así predicaba san Pablo a los Atenienses, que adoraban al Dios desconocido. Ellos esperarían un discurso sobre un Ser extraño, incognoscible. Pero Pablo trató del Creador, que ha plasmado una tierra habitable, cuyo sol brilla y cuya lluvia moja. ¡Qué grande es la pregunta sobre Dios, si Dios es el Creador! Pues es así pregunta por los horizontes, el origen y la plenitud de la vida. Y el camino para responderla es (fuerte paradoja) el humilde de la carne. En efecto, la carne es (por las relaciones que traba) el primer testigo de un origen primordial y de un futuro fecundo. La teología de la creación va, pues, de la carne a la gloria. Y es lógico, ya que nace de la carne gloriosa del Resucitado, en quien culmina el discurso ateniense de Pablo. La resurrección de la carne: Big-bang de una creación nueva que recapitula todas las semillas.
José Granados, es doctor en Teología, es profesor de Teología del Matrimonio y la Familia. Actualmente es Superior General de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María. Autor de varios libros; entre otros: “Betania, una casa para el amigo”; “Llamados al Amor: Teología del Cuerpo en Juan Pablo II”; “Teología del tiempo”; “Acompañar, discernir, integrar. Vademécum para una nueva pastoral familiar a partir de la exhortación Amoris Laetitia; ¿Tendrán fe nuestros hijos?; Teología de la creación: de la carne a la gloria; Tras la pandemia, reedificar; Sacramentos nuevo origen“.
Un día no datado de mi juventud... creí descubrir que el relato de Pinocho contenía ciertamente un anuncio, pero no, como había pensado hasta ese momento, un ambiguo mensaje moralista y exhortativo: más que sugerir las reglas de comportamiento, el libro desvelaba la verdadera naturaleza del universo; no me decía por sí mismo y en modo directo qué debía hacer, sino que narraba sin incertidumbres la historia del mundo y del hombre; no pretendía aconsejarme; más bien se ofrecía empáticamente a ayudarme a comprender. Bajo el velamen de la fábula, aparecía una doctrina nítida y definida, que los humildes han conocido y amado desde siempre. Más allá del encaje de los eventos narrados, y en apariencia perfectamente gratuitos, entreveía la visión de las cosas más alta y más popular... que se haya ofrecido nunca a la mente del hombre. Pinocho trata sobre la ortodoxia católica: he aquí la hipótesis que me iba persuadiendo poco a poco y me devolvía una lectura pacificada y gratificante de esta obra extraordinaria.
La Verdad no es una teoría abstracta en la cabeza de unos pocos individuos, sino el suelo sobre el cual todos encuentran estabilidad y fuerza, y la fuente en la que todos pueden saciar su sed de Dios y de vida eterna (Jn 4,14). Lo “católico” no es el resultado de mayorías fortuitas en sínodos ni de las ideas personales del Papa o de los obispos. El Magisterio está sujeto a la ley moral natural, así como a la revelación que concluyó con Cristo y los apóstoles, a las decisiones dogmáticas de los concilios ecuménicos y a las declaraciones ex cátedra del Papa. En los capítulos de este libro, sobre la indisolubilidad del matrimonio, sobre la validez de la Humanae Vitae, sobre la singularidad de la Iglesia, sobre el ecumenismo, sobre el desarrollo de la doctrina que excluye cualquier cambio de la misma a su contrario, sobre la posibilidad de que los cristianos no católicos reciban la comunión únicamente en peligro de muerte, sobre el sacerdocio y el celibato, y sobre otros artículos de la fe, el autor trata de exponer con la claridad necesaria lo referente a la doctrina salvífica de la Iglesia.
«Voz de Dios» se pensaba la conciencia, a causa de la autoridad prescriptiva absoluta de sus juicios. «He aquí la voz de Dios» se piensa hoy, más bien, en tono más humilde, conscientes de la necesidad de verificar la autenticidad de lo que resonó en lo íntimo con tanta fuerza categórica de obligación interior. ¿Quién habla en mí con la voz de mi conciencia? ¿Un intruso que vulnera mi libertad? ¿O un huésped, esperado desde siempre, por ser aliado y familiar, «más íntimo a mí que yo mí mismo»? Es necesario un discernimiento, ciertamente. Pero para ello se necesita más todavía una formación.
“Es necesario encontrar continuamente en lo que es ‘erótico’ el significado esponsal del cuerpo y la auténtica dignidad del don. Esta es la tarea del espíritu humano. Si no se asume esta tarea, el hombre, varón y mujer, no experimenta esa plenitud del ‘eros’ que significa el impulso del espíritu humano hacia lo que es verdadero, bueno y bello”.
JUAN PABLO II
“Llamados al amor atestigua la fascinación por la diferencia sexual, posibilidad singular de encuentro entre hombre y mujer. La sexualidad no es la diversidad que fractura, sino el fundamento de una relación fecunda en el amor, donde accedemos a la riqueza de la vida y su misterio”.
CARDENAL ANGELO SCOLA Patriarca de Venecia