A lo largo de sus 25 años de experiencia como terapeutas familiares, Mark Beyebach y Marga Herrero de Vega han comprobado una y otra vez hasta qué punto los padres se esfuerzan por educar bien a los hijos, por criar personas cariñosas y honestas, ciudadanos responsables y solidarios. Pero también han observado que a menudo esas mismas buenas intenciones terminan llevando a patrones de interacción contraproducentes, que en realidad contribuyen a que esos hijos e hijas se conviertan primero en niños caprichosos, después en adolescentes déspotas y finalmente en verdaderos tiranos.
El objetivo de este libro es precisamente señalar y describir esos patrones perjudiciales, no con la idea de culpabilizar a los padres, sino con la intención de ayudarles a que los identifiquen y puedan romper con ellos. Los autores han querido que el resultado fuera provocador y ameno, y por eso han decidido escribirlo de forma paradójica, recurriendo a un tono desenfadado e irónico y presentándolo como un conjunto de recomendaciones concretas y operativas para educar hijos tiranos.
El propósito de la presente obra es contribuir a la tarea común de seguir trabajando por una Iglesia y un cristianismo que se acerquen a su misión de anunciar al Deus humanissimus, cuyo único empeño es el bien de la humanidad, y, al mismo tiempo, introducir algo de claridad y acaso de serena esperanza en tiempos difíciles. Andrés Torres Queiruga analiza la génesis histórica del Concilio y la mutación que este supuso, ya que, según el autor, solo desde el núcleo de dichos cambios cabe reorientar la tarea fundamental de la Iglesia.
«Recordando un Concilio que tenía como meta decisiva el aggiornamento de la fe y la vida en la Iglesia, es obvio que aquí está abierto un frente sumamente decisivo, que, si no encuentra una justa solución, no solo se expone a una hermenéutica injusta con la mitad de las personas creyentes, sino que además es incomprensible para sus destinatarios en la cultura actual. [...] Puede jugarse entonces la misma credibilidad de la Iglesia, si se la percibe como ideológicamente prisionera de la propia historia, aun a costa de resistirse a las llamadas del presente y mostrarse infiel a sus propios orígenes.»
Partiendo de su experiencia en la práctica terapéutica y de su trabajo con grupos de meditación, Esteve Humet ha decidido poner por escrito este camino hacia el descubrimiento del Silencio interior. El objetivo del texto es ayudar no tanto a quienes ya están iniciados en la meditación o practican asiduamente alguna forma de oración, sino sobre todo a aquellos que oyen hablar del tema y desean entrar vivencialmente en él, pero no encuentran a nadie que les ayude en esta exploración.
La meditación se nos presenta aquí no solo como una actividad, como un proceso pedagógico con un amplio abanico de posibilidades, sino también como una actitud vital en que la simplicidad es la base. El autor desea que los ejercicios propuestos sean, más que vínculos, ayudas compatibles con cualquier creencia u opción religiosa. Así pues, todos son relativos y, por tanto, opcionales; es decir, medios y no fines, ya que el único fin es la plenitud del Silencio.
Según el autor del presente ensayo, vivimos en un mundo en quiebra, dentro de una organización sociopolítica e histórica que está llegando a su fin y se resiste a desaparecer. El mundo globalizado, postmoderno y tardocapitalista, ha derrochado la enorme reserva de recursos y ha dilapidado el capital humano de forma inconsciente, con el único fin de aumentar la tasa de ganancia y el lucro, beneficios estos que sólo lo han sido para una pequeña parte de la humanidad, mientras la inmensa mayoría ha quedado excluida.
Urge, pues, una transformación del modo de pensar y comprender el mundo, y la Iglesia tiene mucho que decir y hacer en el camino que el ser humano ha de recorrer. Esta institución no puede servir a dos amos, si sirve a este mundo que lleva a la muerte inútil de millones de seres humanos, se convertirá en cómplice del mal y legitimadora de la injusticia; si sirve a Dios, pondrá en práctica todo su ser en el mundo para proponer una alternativa radical que nos empuje hacia el Reino de Dios. En esta línea, la doctrina social de la Iglesia puede ser una continuación de la apuesta por el Reino o un giro que nos deje amarrados a un mundo que se hunde sin remedio.
Un libro indispensable para todos los que están en contacto con el mundo juvenil: padres, profesores, educadores y psicoterapeutas.
El oficio de los jóvenes consiste en rechazar el mundo y la cultura de los adultos. La moderna terapia familiar nos enseña que no hay que interpretar la violencia como algo absurdo y malo en sí mismo: la rabia y la agresividad son vehículos con que los adolescentes tratan de comunicarse con nosotros, de decirnos alguna cosa. ¿Qué malestar se esconde tras estos comportamientos y cuándo se convierte en patología? ¿Existe alguna forma de afrontar con éxito las explosiones de violencia de un adolescente contra los otros o contra sí mismo, tanto en la familia como en la escuela? ¿Qué peso tiene el malestar multicultural en los hijos de familias inmigrantes?
Este libro explica cómo la terapia breve estratégica puede resultar eficaz en el tratamiento de esos problemas. Los autores no se limitan a un árido tratamiento teórico del tema, sino que ofrecen al lector un observatorio privilegiado, una forma de penetrar en la práctica clínica concreta a través de la discusión de casos y la transcripción de sesiones terapéuticas.
Viktor Frankl fue víctima, como tantos otros, de la barbarie nazi, de un trato cruel y del intento de ser reducido a un número. Como muchos, resistió, y Terezín, Auschwitz, Türkheim, Kauferin y Dachau fueron las estaciones de un viaje intenso hacia sí mismo, hacia el descubrimiento de su propia resistencia espiritual.
Frankl escribió esta obra de teatro poco tiempo después de haber dejado atrás su experiencia como prisionero en los campos de exterminio. Su título encierra un debate metafísico sobre el sentido del sufrimiento, que toma como punto de partida una escena en una barraca del campo de concentración Birkenwald, nombre de ficción resultado de la combinación de los nombres Buchenwald y Birkenau. En alemán, Birkenwald significa bosque de abedules, árboles cuya capacidad de generar vida en lo devastado les permite arraigarse y colonizar con nueva vida el terreno. La obra pone en escena, de modo creativo y original, diálogos humanos que manifiestan vivencias universales con las que no podemos dejar de sentirnos identificados.
Obra editada por Ernst Ziegler.
En la obra de Arthur Schopenhauer, pensador misántropo y pesimista denostado por sus amargas invectivas, el lector no encontrará cándidos pensamientos con los que acompañar plácidamente el paso de los días. Sin embargo, se equivocará si busca en el autor tan solo una amarga visión de la vida, severos diagnósticos sobre la época que le tocó vivir o incluso, en último término, una exhortación al suicidio. Como muestra la presente selección de textos, a cargo de Ernst Ziegler, lo que brota de su pensamiento es la convicción de que debemos comenzar a vivir de nuevo cada día, pues resulta todo un arte permanecer con vida.
«La única forma de existencia es el momento presente, que es también la posesión más segura, aquella que nadie nos podrá arrebatar jamás.»
Arthur Schopenhauer
Si la identidad fuera un mero ejercicio de metafísica no tendría el poder que manifiesta en nuestra reciente historia, donde casi todos los conflictos han mutado en conflictos de identidad. O tal vez la permanencia de ciertas formas metafísicas se deba al carácter mítico y metafórico de los relatos que las subyacen, pues la identidad está unida a lo narrativo por robustos lazos.
Dos de los relatos estructurantes de la identidad son el mito de la caída, que habla de la identidad personal, y el mito del cuerpo místico, que habla la identidad colectiva, de la condición del individuo como miembro del cuerpo colectivo. Diversos movimientos sociales y filosóficos han devenido en ejercicio metafísico de uno de estos dos mitos: salvar al sujeto de su condición de barro y/o entregarle a la comunidad a la que sirve como miembro. El cuerpo se presenta como cárcel; la comunidad, como señora y dueña del sujeto esclavo. Hay violencia metafísica en estos relatos que articulan casi la totalidad de la filosofía del sujeto y de la identidad moderna, incluyendo muchas filosofías presuntamente críticas que han tratado de abandonar la metafísica.
Sujetos en la niebla escapa de la seducción de dichos mitos. La obra es fruto de la rebelión del autor contra un tiempo de corrientes filosóficas que coincidieron en rechazar toda referencia al sujeto como si este fuese un cadáver de la historia. Hay algo de relato de identidad de quienes vivieron los sueños de la modernidad y la posmodernidad, hasta que fueron despertados por el escepticismo. Es también una propuesta para encontrar en la agencia y la voluntad lo que la conciencia y la representación perdieron.
"En mi opinión, esta obra constituye una contribución fundamental, en cuanto expone un modelo relativo a la formación y a la persistencia de los problemas humanos basados en el miedo, que representa una base para los estudios futuros que se emprendan en esa dirección. En esta obra aparecen descritas estrategias relativas al cambio y a la solución de tales problemas, que han demostrado ser especialmente eficaces. Por otra parte, quien haya tenido ocasión de conocer los trabajos anteriores de Giorgio Nardone no se sorprenderá al descubrir que también en éste presenta destacadas contribuciones, tanto desde el punto de vista teórico como práctico.
…
Este libro es, por tanto, muy útil para el especialista interesado. Sin embargo, puesto que el libro está escrito en un estilo claro y accesible, creo que también se puede recomendar al lector no especialista, al que tal vez le resulte fascinante y agradable descubrir que problemas tan complicados, largos y dolorosos, como son las formas graves de miedo, no requieren necesariamente soluciones complicadas, largas y dolorosas."
¿Podemos afirmar hoy, en vista de los avances de la biología y de la ingeniería genética, que el ser humano depende del amor, de amar y de ser amado, del mismo modo en que su naturaleza animal le lleva a depender del alimento físico para poder sobrevivir? ¿Se puede justificar racionalmente la creencia de que, como dijo Erich Fromm, «la humanidad no podría existir ni un solo día sin amor»?
Esta pregunta acerca de la necesidad absoluta de dicho sentimiento, sobre si es constitutivo de la existencia del ser humano como tal y supone por lo tanto una necesidad ontológica, formará el núcleo del presente ensayo. Partiendo de la tesis de que la vida humana es una consecuencia de la interacción de generaciones sucesivas, y recurriendo a la dialéctica hegeliana, Rohmer busca superar la disociación clásica entre naturaleza y espíritu, por un lado, y entre naturaleza y cultura, por otro, y argumenta que la esencia de la existencia humana es la libertad, enraizada en un tipo de amor que trasciende lo corpóreo y lo sensual.
El ciclo con “C” de:
Cristo
Comunidad
Casa
Corazón
Cómic
Crítica
Conversión
Catequesis
Cambio
Creer
Crecer…
y de Cortés