El propósito de la presente obra es incidir, desde una perspectiva teológica, en el discurso de la espiritualidad y las espiritualidades, un discurso tan generalizado como poco o mal definido en muchas ocasiones. En esta propuesta de una mística de ojos abiertos, el autor no hablará solo del perfil irrenunciable de la espiritualidad cristiana, sino que también irrumpirá en el debate actual, marcado por la crisis, sobre Dios y la Iglesia, sobre las religiones y los ámbitos seculares.
Según Metz, la espiritualidad cristiana no debe rehuir dicho debate ni neutralizar las decepciones ocasionadas por las fallidas reformas de la Iglesia. Estas decepciones, muy arraigadas ya en gran parte de la sociedad, degeneran a menudo en una gran indiferencia con respecto a la vida de la institución. ¿Puede contribuir una espiritualidad teológicamente imbuida a que la Iglesia recupere lo que ha perdido a lo largo de la historia? El autor ha escrito estas páginas porque cree en esa posibilidad y no considera sustituible el perfil católico del cristianismo eclesial —en el sentido más ecuménico de la palabra— cuando se trata de enfrentarse finalmente con los ojos abiertos a los retos de una crisis (de Dios) histórica.
«La fe cristiana es, a no dudarlo, una fe buscadora de justicia. Ciertamente, los cristianos deben ser místicos, pero no exclusivamente en el sentido de una experiencia individual espiritual, sino en el de una experiencia de solidaridad espiritual. Han de ser “místicos de ojos abiertos”. […] Son ojos bien abiertos […] los que nos hacen volver a sufrir por el dolor de los demás: los que nos instan a sublevarnos contra el sinsentido del dolor inocente e injusto; los que suscitan en nosotros hambre y sed de justicia, de una justicia para todos.» S
Partiendo de su experiencia en la práctica terapéutica y de su trabajo con grupos de meditación, Esteve Humet ha decidido poner por escrito este camino hacia el descubrimiento del Silencio interior. El objetivo del texto es ayudar no tanto a quienes ya están iniciados en la meditación o practican asiduamente alguna forma de oración, sino sobre todo a aquellos que oyen hablar del tema y desean entrar vivencialmente en él, pero no encuentran a nadie que les ayude en esta exploración.
La meditación se nos presenta aquí no solo como una actividad, como un proceso pedagógico con un amplio abanico de posibilidades, sino también como una actitud vital en que la simplicidad es la base. El autor desea que los ejercicios propuestos sean, más que vínculos, ayudas compatibles con cualquier creencia u opción religiosa. Así pues, todos son relativos y, por tanto, opcionales; es decir, medios y no fines, ya que el único fin es la plenitud del Silencio.
A partir de su experiencia personal con el desastre, el querido director espiritual y psicólogo fray Benedict Groeschel escribió este libro para todos aquellos que han sufrido un gran pesar o una catástrofe en sus vidas, así como para aquellos que, cercanos a estas personas, comparten su profundo sufrimiento. Los pesares se presentan en la vida de todas las personas, pero la catástrofe aparece sólo en la vida de algunas. Estos grandes pesares pueden presentarse de diversas maneras y con efectos devastadores.
Mediante consejos prácticos y plegarias útiles para los momentos de aflicción, fray Benedict guía al lector a través de las consecuenciasde las catástrofes en nuestra fe en la divina providencia, en la bondad y misericordia de Dios, y en la luz que irradia el sufrimiento y la muerte de Cristo. El cristianismo es la única religión que habla de un Dios que sufrió una catástrofe terrible por nuestro bien: la crucifixión y la muerte. Por lo tanto, ante una catástrofe, el cristianismo debe dirigirse al pie de la cruz y encontrar ahí las respuestas que no puede ofrecer ninguna otra religión.
Todas las religiones intentan lidiar con catástrofes; todas confrontan el misterio del sufrimiento y el mal. El cristianismo lo invita a usted a compartir la carga de su catástrofe con la persona que es nuestro Salvador y redentor.
Monseñor Óscar Romero es un emblema de la teología de la liberación y personifica el cambio de la iglesia latinoamericana en favor de los más pobres. Su profética condena de la injusticia lo enfrentó con los ricos y poderosos y lo convirtió en blanco de sus enemistades hasta que el 24 de marzo de 1980 fue asesinado a tiros durante una eucaristía.
El autor de este título, el jesuita Martin Maier, conocedor del movimiento de la teología de la liberación y del legado de Óscar Romero, describe su camino haciendo especial hincapié en la evolución de sus pensamientos y actitudes. Maier muestra cómo la unidad de mística y política, tal como la vivía Romero, puede ser hoy una fuente de inspiración para trabajar por un mundo más justo.
Lo más importante del libro es que me ha recordado y evocado lo más hondo de monseñor Romero y lo que hoy puede seguir humanizando en un mundo que necesita rumbo y esperanza: el amor –sin componendas- a los pobres de este mundo.
Jon Sobrino
Este Diccionario constituye el primer intento completo de un tratado orgánico que tiene como objetivo principal la espiritualidad cristiana en sus contenidos doctrinales y en su riquísimo desarrollo histórico. Su fin es informar y formar acerca de los problemas de la doctrina y de la vida espirituales (incluso no cristianas), siguiendo una línea de divulgación y de documentación puesta al día. Tiene carácter principalmente doctrinal, pero también histórico, psicológico y pastoral. La presente edición es más que una simple versión, ya que presenta un notable incremento en artículos y en bibliografía respecto al original italiano. E. Ancilli fue profesor de la pontificia Universidad Urbaniana, autor de diversos libros y artículos y director de la "Rivista di vita spirituale". El nutrido grupo de colaboradores está formado por italianos y españoles, todos ellos poseedores de altos grados académicos y en su mayoría profesores de facultades e institutos eclesiásticos.
Existe cierto número de pequeñas virtudes que no causan ruidosa admiración; mas cuando están ausentes, las relaciones familiares se hacen tirantes y difíciles. Estas pequeñas virtudes son precisamente las que hacen soportable y agradable nuestra vida cotidiana. La vida familiar exige un gran número de pequeños deberes que a menudo suelen descuidarse, ya porque son numerosos, ya porque no parecen muy importantes. Chevrot ofrece en la presente obra una serie de charlas dedicadas a las pequeñas virtudes de los hogares: la cortesía, la humildad, la paciencia, la economía, la gratitud, la puntualidad, etc. Cada capítulo resume una experiencia. Sin trascendentalismos, con suprema sencillez, gracia, ternura y fervor apostólico, el autor expone las virtudes humildes que pueden conducirnos a una honrosa conducta de vida y una humana convivencia.