La filosofía de san Agustín brota de su vida personal como el agua de la fuente y, por ello, la comprensión adecuada de sus ideas requiere el conocimiento previo de su historia personal. Sus ideas y su vida forman un todo vital íntimamente trabado. Su pensamiento filosófico es muy peculiar porque se apoya en la experiencia interior del hombre con Dios y no en experiencias tecnológicas o en datos científicos al estilo moderno de nuestro tiempo. De ahí su carácter encantadoramente ingenuo y asombrosa-mente genial al tratar de ciertos problemas. En esta obra hay un ritmo ascendente hasta el capítulo tercero. Dios se revela en lo más íntimo del alma de san Agustín, desde cuya experiencia básica de encuentro con Dios el Hiponense enjuicia la tradición filosófica de Grecia y Roma y plantea algunos problemas fundamentales sobre el hombre, el ser y la vida humana en su doble versión masculina y femenina, a nivel individual, político y social. La peculiar filosofía de san Agustín arroja un balance global muy positivo en humanismo, especialmente por la trayectoria personal que lo llevó al encuentro con esa forma de saber sapiencial propio de la verdadera filosofía, así como por su actitud de apertura a la trascendencia y a los valores que no pierden su interés con el mero pasar del tiempo.
Niceto Blázquez Fernández es dominico, maestro en Teología, doctor en Filosofía y profesor jubilado de la Universidad Complutense de Madrid. Entre otras obras publicadas en la BAC cabe destacar: Ética y medios ele comunicación (1994); Bioética fundamental (1996); Bioética, la nueva ciencia de la vida (2000), y La nueva ética en los medios de comunicación (2002).
Esta edición es sumamente esclarecedora acerca de la obra leibniziana, puesto que ofrece una rica visión panorámica de sus diversas facetas: los escritos se reparten entre las secciones metodológica y epistemológica, filosófica, lógico-matemática, sobre máquinas y ciencias, jurídica, política y social, y teológica y religiosa. Aun así, y dado el carácter de la colección Grandes Pensadores, el volumen hace especial hincapié en el ámbito estrictamente filosófico y teológico: se hallarán aquí los principales escritos del autor acerca de su concepción pluralista y racionalista del universo, las mónadas, la armonía preestablecida y su controvertida tesis de que vivimos en el mejor de los mundos posibles (contra la que Voltaire arremetería en Cándido). La influencia de Leibniz ha sido profunda en pensadores de la talla de Kant, Fichte y Hegel, y no solo, como suele creerse, en cuestiones de ontología y metafísica, sino en metodología, filosofía de la ciencia, filosofía del lenguaje, filosofía de la mente, filosofía del derecho y política.
La ingente, asombrosa producción intelectual de Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) ocupa un lugar destacado en un enorme espectro de campos: filosofía, ciencia, lógica, derecho, política, teología, historia, filología, biblioteconomía, psicología. Se trata, sin duda, de uno de los últimos pensadores universales, en el sentido renacentista, un espíritu globalizador ajeno a la especialización y la fragmentación características del saber de nuestros tiempos. La importancia de sus aportaciones no cesa de aumentar, tanto por las nuevas interpretaciones que se efectúan de sus textos canónicos como por la aparición constante de manuscritos inéditos.
792 páginas
Karl Marx (1818-1883) tuvo una ajetreada vida de revolucionario teórico. Siempre con problemas financieros como padre de familia numerosa, no cesó hasta establecer una teoría económica de la Historia y hasta de la condición humana, cuyas bases estableció como condiciones materiales. El espíritu no es nada, la materia lo es todo. Ávido lector de Hegel, dio un vuelco a su dialéctica, que interpretó de manera novedosa como «lucha de clases». Según Marx la clase trabajadora debe tomar conciencia de sus derechos y terminar con los privilegios de cuantos la someten. Como filósofo de la sospecha (equiparado a Nietzsche y Freud) Marx colocó la pólvora, y el marxismo la hizo estallar y trastocó el mundo. La selección de textos de este volumen es la más completa que existe en castellano: desde pasajes de La ideología alemana hasta El capital, sin olvidarse del Manifiesto comunista, proporciona las claves para entender a un filósofo de los más crucialesde todos los tiempos. Comprenderlo es entender gran parte de la Historia Contemporánea.
¿Podemos afirmar hoy, en vista de los avances de la biología y de la ingeniería genética, que el ser humano depende del amor, de amar y de ser amado, del mismo modo en que su naturaleza animal le lleva a depender del alimento físico para poder sobrevivir? ¿Se puede justificar racionalmente la creencia de que, como dijo Erich Fromm, «la humanidad no podría existir ni un solo día sin amor»?
Esta pregunta acerca de la necesidad absoluta de dicho sentimiento, sobre si es constitutivo de la existencia del ser humano como tal y supone por lo tanto una necesidad ontológica, formará el núcleo del presente ensayo. Partiendo de la tesis de que la vida humana es una consecuencia de la interacción de generaciones sucesivas, y recurriendo a la dialéctica hegeliana, Rohmer busca superar la disociación clásica entre naturaleza y espíritu, por un lado, y entre naturaleza y cultura, por otro, y argumenta que la esencia de la existencia humana es la libertad, enraizada en un tipo de amor que trasciende lo corpóreo y lo sensual.
La filosofía analítica tiene más o menos unos cien años, y es ahora la fuerza dominante en la filosofía occidental. El interés por su desarrollo histórico aumenta día a día, pero hasta el presente no se ha dado ningún intento serio de dilucidar cuál sea exactamente su posición actual y de qué manera difiere de la llamada filosofía «continental». En esta obra de extenso alcance, Hans-Johann Glock sostiene que la filosofía analítica es un amplio movimiento sustentado por diversos lazos de influencia y variados aires de «parecido familiar». Tras analizar los pros y los contras de las diversas definiciones de la filosofía analítica, el autor analiza las cuestiones metodológicas, historiográficas y filosóficas suscitadas por esas definiciones. Finalmente, explora las amplias implicaciones intelectuales y culturales de la notoria división entre filosofía analítica y continental. Este libro será sin duda una guía inestimable para todo aquél que trate de comprender a la filosofía analítica y de qué manera se practica.
El autor pretende dilucidar bajo qué condiciones el trabajo puede ser para unos algo alienante, y ocasión de frustraciones, mientras que para otros es fuente de satisfacciones y de perfeccionamiento de la persona.
«Este cuarto volumen de mi serie de Retratos posee, al menos, una característica distintiva en relación a los otros tres libros ya publicados. El transcurso de tiempo comprendido en sus páginas no constituye un universo histórico completo».
«Lo que permite comprender el período que se extiende entre 1400 y 1600 como una unidad, es la fuerte conmoción a la que la cultura se ve sometida en su esfuerzo por quebrar los moldes heredados de otras épocas».
En continuidad con los tres libros anteriores, el autor hace desfilar por sus páginas a los personajes que marcaron una profunda huella en la Historia de la Civilización Occidental. En sus Retratos podemos descubrir las claves de otros tantos acontecimientos históricos.
Gerardo Vidal Guzmán, Doctor en Filosofía, es Profesor e Investigador de la Facultad de Humanidades de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile), y profesor de los cursos de Filosofía y Literatura Antigua en esa Facultad. Es autor también de Retratos de la Antigüedad Griega; Retratos de la Antigüedad Romana y la Primera Cristiandad y Retratos del Medioevo.