El lector encontrará en el libro una gran idea: la vida de un cristiano no tiene sentido si no cumple el mandato de Cristo de acercar a Dios a sus iguales.
El autor se propuso la tarea de poner de relieve que el cristiano no sería buen cristiano a menos que se volcara en una presencia activa en medio de los hombres y en la sociedad misma; pero, por otra parte, llegaría indefectiblemente al propio agostamiento, si no atendiera al cuidado de su propia alma, es decir, si no tuviese la continua preocupación de estar unido a la vida, de la cual él es sólo un sarmiento. Los frutos dependen de esta unión, pues, sin la savia, el sarmiento se seca.
«La respuesta a la pregunta ¿cómo se puede ser apóstol? está ya dada en una amplia literatura ascética; basta recordar la notabilísima obra del P. Chautard: El alma de todo apostolado, actual siempre por sus afirmaciones, que son fundamentales y nos llevan a fortalecer las raíces interiores del apostolado externo. El apostolado es un fenómeno de exuberancia espiritual y personal... No puede ser verdadero apóstol quien no tiene una personal profunda, ardiente vida interior». (Pablo VI, 31-1-1968)
Encuadernación: Rústica
Colección: Rezar con...
Consideraciones espirituales agrupadas por temas, para acompañar tu oración personal.
Fomentad el hambre, la aspiración de ser como niños. Convenceos de que es la forma mejor de vencer la soberbia. Persuadíos de que es el único remedio para que nuestra manera de obrar sea buena, sea grande, sea divina. “En verdad os digo, que si no os volvéis y hacéis semejantes a los niños, no entraréis en el reino de los cielos”(Mt. 18, 3).... Ampliar
El autor de Rezar con Josemaría Escriva es Antonio Pérez Villahoz.
Rezar Con Josemaría Escriva está editado por Cobel Comunicación. Fue fundada en 1996 y actualmente se encuentra en Valencia. Dicha editorial está especializada en Libro De Moral, Industrias Y Comercio Del Año Quijote y Libro Del Peatón. En Cobel Comunicación ha publicado texto Mikel Gotzon Santamaria Garai.
El autor, convencido de que el género «vida de santo» aún aguarda por su amanecer, desde los tiempos de París se apa­sionó por la «santa de los tiempos modernos», la que sufrió tentaciones contra la fe, aridez en la oración, incomprensio­nes en la comunidad y exceso de protección familiar. Corrió el peligro del infantilismo y supo dejarlo a un lado, intuyendo genialmente que no hay penetración del Evangelio si no es con espíritu de infancia. La línea tenue que se traza entre in­fantilismo e infancia es la que ella dibuja con su talento y he­roísmo. Fue madura sin dejar de ser niña. Alegre, inteligente, divertida, irónica, delicada, humilde, penetrante, dulce, actriz y directora de escena, sintiendo la llamada de todas las vocaciones, un teólogo ha dicho que es ella la que lleva hasta sus últimas consecuencias la espirituali­dad de la Nueva Alianza. Muere en el umbral del siglo XX y comprende cuáles serán los males del tiempo que se aproxi­ma (intolerancia, indelicadeza, falta de humor, aspereza, ca­rencia de sentido íntimo, poco respeto a la verdad y ninguno a la belleza); y hace de su vida una obra de arte. Y lo que se intenta contar en este libro es el argumento de una vida que se quiso autocrear como una obra de arte. Por eso es tan profunda la observación de Von Balthasar: Teresa vivió una existencia teológica e invita a cada cristiano, a cada uno según su vocación, a que haga lo mismo.
La novedad básica de esta obra radica en que las bienaventuranzas son estudiadas exclusivamente como maneras o modalidades de amor. «La pobreza, la mansedumbre, la misericordia, etc., todos estos sustantivos representan nada más que adjetivos del amor, el cual se revela como un amor pobre, manso, misericordioso, etc.». Ocho maneras de amor que engendran ocho formas de dicha, pues las bienaventuranzas constituyen, ante todo, un mensaje de felicidad. Cabodevilla insiste una y otra vez en el carácter paradójico de esta felicidad, inherente a unas situaciones o a unos estilos de vida que nunca dejarán de ser penosos, desgraciados y probablemente irrisorios. En la segunda parte del libro, dedicada a las bienaventuranzas en general, desarrolla más ampliamente el tema de la paradoja en cuatro títulos que son cuatro antinomias: «Dichosos los desdichados»; «Alegría en la tribulación»; «Plenitud de la ley y abolición de la ley»; «El que pierda su vida, la salvará». La obra se cierra con un canto al Hijo del hombre, «primer bienaventurado». Según el autor, la vida de Jesús constituirá siempre el único comentario necesario y suficiente a las bienaventuranzas.
Primera edición en rústica de la misma obra publicada en esta colección en tela (1ª ed., marzo de 1984).
El autor presenta la vida espiritual como algo positivo, bello y atrayente, una asociación de amor entre Dios y el hombre, y propone medios para alcanzar una intimidad fructífera.
Este libro acerca a los lectores a la vida y la espiritualidad del Santo Cura de Ars, en un momento en que la Iglesia celebra su 150 Aniversario mediante un año sacerdotal, y Benedicto XVI lo proclama patrono de todos los sacerdotes.
La sencillez de corazón de San Juan María Vianney, su generosidad de alma, su libertad de espíritu y su entrega en lo cotidiano pudo iluminar a innumerables almas que acudían a confesarse con él, y su predicación fue fermento para muchedumbres. Sin ocuparse más que de su pobre aldea, logró que su voz de apóstol resonara en todo el mundo.
Jean de Fabrègues, intelectual, profesor y publicista francés, encontró en el Cura de Ars una respuesta de fondo católico a los interrogantes de toda vida humana. Por eso escribió esta biografía.
Con el encanto y la maestría que le son propios, fray Luis narra los principales momentos de la vida de Jesucristo, acompañados por unas breves consideraciones para mover a la compasión, al amor y al agradecimiento.
El autor reflexiona sobre un auténtico concepto de la alegría y muestra el camino para alcanzarla. La verdadera alegría es de naturaleza espiritual, y es uno de los principales deberes del cristiano.
El «Hecho Extraordinario» es un documento autobiográfico de excepcional interés. Se trata de una carta que Manuel García Morente dirigió, en septiembre de 1940, al doctor José María García Lahiguera, y que se hizo pública después de la muerte del autor. Describe una experiencia personal que cambió el rumbo de su vida.
Con palabras perfectamente comprensibles, los cuatro escritos de García Morente que aquí aparecen agrupados por primera vez, hablan, desde diversas perspectivas, de un mismo asunto: las relaciones entre la razón y la fe.
El lector va a encontrar en este libro unas ideas tan inteligibles y diáfanas como equilibradas y profundas. Es el pensamiento de un filósofo que recobra la fe en uno de los momentos de más plena madurez de su razón.
Manuel García Morente es una de las figuras más destacadas de la vida intelectual de la primera mitad del siglo XX. Nacido en 1886 en Arjonilla (Jaén), fue publicista, traductor de destacadas obras del pensamiento europeo, filósofo de cuño original y extraordinario profesor. Gracias a su magisterio oral y escrito, se iniciaron en la Filosofía multitud de promociones universitarias españolas.
En 1912 obtiene la cátedra de Ética de la Universidad de Madrid. Es nombrado Decano de la Facultad de Filosofía y Letras en 1931, y se convierte en el artífice de la nueva facultad en los terrenos de la Ciudad Universitaria. Durante estos años cristalizan las producciones más originales de su mente.