Casi nadie pone en duda hoy el valor de la parroquia, pero sí se habla de la necesidad de que adopte nuevas formas en su realización, pues se constatan sus limitaciones frente a una acción pastoral cada vez más marcada por la movilidad y deudora de una nueva sensibilidad centrada en la experiencia personal y comunitaria.
Ante esta nueva situación, los autores de este libro afirman que la "nueva parroquia" no se derivará, pura y simplemente, de una doctrina ni de una concepción teórica, ni se creará por decreto. Se creará a través de innovaciones y reformas sucesivas y, sobre todo, gracias a las enseñanzas a las que esa misma evolución dé lugar. Fiel a su larga historia, la «nueva parroquia» aparecerá entonces como el modo continuo de adaptarse que tiene la Iglesia para estar presente en la sociedad, para proponer la Buena Noticia del Evangelio a todo recién llegado y para acompañar a los seres humanos mientras caminan.
Esta propuesta aleja la reflexión de aquellas cuestiones que afectan únicamente a la gestión: el número de sacerdotes, las estadísticas sobre la práctica dominical y los recursos financieros. Se trata esencialmente de descubrir los signos y las imágenes de la presencia de Dios que vive en medio de su pueblo: ¿acaso no se deja Dios reconocer y encontrar en la intersección y en los cruces de nuestros caminos humanos?
ALPHONSE BORRAS, sacerdote de origen español, es vicario general de la díócesis de Lieja (Bélgica) desde el año 2001, trabajo que compagina con la docencia de derecho canónico en la Universidad Católica de Lovaina y en el Instituto Católico de París. Ha cultivado también la reflexión teológica a través de numerosos artículos sobre eclesiología y teología del ministerio.
GILLES ROUTHIER, autor de numersosas publicaciones, es vicedecano de la Facultad de Teología y Ciencias Religiosas de la Universidad Laval (Québec) y profesor invitado del Instituto Católico de París. Se ha especializado en el Vaticano II y en lo que este acontecimiento ha supuesto para la Iglesia, fundamentalmente en lo que se refiere a la metamorfosis de las parroquias, los desafíos de la transmisión de la fe y la emergencia de los nuevos ministerios.
El autor analiza la situación humana y social que genera la separación y el divorcio conyugal, igualmente, plantea algunos presupuestos con el propósito de elaborar una posible teología del fracaso conyugal. Desde esta perspectiva, Silvio Botero sugiere algunos recursos para salir al encuentro de este conflicto.
La presente reflexión puede ser útil a los sacerdotes que muy frecuentemente deben atender casos de conflicto conyugal; a los agentes de pastoral conyugal y familiar, que acompañan a muchas parejas en dificultad; a las mismas parejas en conflicto que se esfuerzan por permanecer fieles a la Iglesia pero que esperan encontrar una solución cristiana a su situación humana.
En la época actual, muchas personas tienen una meta prioritaria en su vida: «realizarse». Algunas lo entienden como «autorrealizarse». Esta interesante cuestión plantea dos interrogantes: ¿cómo distinguir entre verdadera y falsa realización personal?, ¿cuáles son los ámbitos en los que una persona puede realizarse?
El autor sostiene que el principal ámbito de realización personal es la familia que es el lugar donde existe la atmósfera que la persona necesita para respirar, caracterizada por el amor sin condiciones, que hace que cada persona se sienta querida por sí misma, y no por lo que hace o por lo que tiene.
El autor considera que el proceso de mejora personal no se refiere únicamente a los hijos; debe afectar a todos los miembros de la familia. Igualmente, la ayuda educativa no corresponde sólo a los padres. Existen segundos responsables de la educación familiar: los hijos mayores, los abuelos y otros miembros de la familia extensa.
En el libro, se dan pautas concretas a los padres para la educación de la amistad, de la voluntad, de la afectividad, del trabajo intelectual y del tiempo libre de sus hijos. También se les proporcionan las claves para que la educación familiar sea una auténtica preparación para la vida.
Teología para la misión hoy ofrece una amplia y profunda perspectiva sobre la misión para el siglo XXI. Stephen Bevans y Roger Schroeder, desde su rico compromiso misionero personal, y a través de un enfoque teológico innovador y sugerente, nos
llevan a constatar que la Iglesia nace de la misión y se va configurando por su fidelidad a la misma.
A lo largo de tiempos y espacios, vamos siendo testigos y compañeros de modelos de misión, agentes protagonistas y personalidades cautivadoras que han encarnado la misión y conformado la Iglesia en los dos mil años de cristianismo.
¿Sabes realmente qué hacen tus hijos cuando navegan por Internet? En realidad, no se trata sólo de proteger a nuestros hijos de los efectos más perniciosos de la red (posibles ataques de depredadores sexuales, la pornografía o el ciber-acoso por parte de otros usuarios), sino de comprender lo que significa la tecnología para nuestros hijos y orientarles hacia unos usos más positivos. En realidad, Internet puede convertirse en un aliado de su educación. La responsabilidad recae en nosotros, los padres, que tenemos la obligación deponernos al día y dialogar con nuestros hijos. Tenemos que esforzarnos por hacerles entender que internet conlleva riesgos y que ofrece muchas más oportunidades que juegos flash y videos divertidos en Youtube. Internet es una herramienta que, si utilizan con inteligencia, les ayudará a alcanzar sus metas: redactar un buen trabajo para el colegio o el instituto, aprender un idioma, planificar un viaje, mantenerse en contacto con amigos a los que no ven a menudo o dar rienda suelta a su creatividad artística.
Vocación sacerdotal es un amplio estudio, desde la perspectiva teológica- pastoral-pedagógica), de la vocación al sacerdocio en la Iglesia actual, llevado a cabo por un grupo de especialistas en el tema. Se aborda desde la nueva situación de cambio, que representa la realidad eclesial-sociorreligiosa-cultural, con una fuerte incidencia en los nuevos planteamientos de la pastoral vocacional. Desde esta angulación se destacan: la raíz bíblica de la vocación paulina y evangélica; la vocación sacerdotal en el conjunto de los ministerios eclesiales; la complementariedad entre la experiencia interior (carisma) y la llamada eclesial (misión); las claves, en fin, de la animación pastoral. Todo ello representa un “salto cualitativo” hacia una renovada pastoral vocacional y el planteamiento de la vocación al sacerdocio en el marco de la misión de la Iglesia, contando con la imprescindible diversidad carismática y ministerial, aceptando el reto de una fascinante aventura espiritual, en búsqueda de una Iglesia más mística, fraternal y diaconal. Este es el marco hoy de la pastoral vocacional y concretamente sacerdotal
Estas reflexiones giran en torno a la misión sacerdotal y analizan algunas de las sentencias evangélicas sobre la llamada y el seguimiento de Jesús. Pero se dirigen no sólo a sacerdotes y religiosos, sino a todos cuantos desean configurar activamente su vida como cristianos. Así, el encuentro con Jesucristo es el centro y núcleo de estas páginas. El seguimiento significa dar el primer paso que será recompensado con “el ciento por uno”. A este riesgo quieren proporcionar impulso y orientación las reflexiones del entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI.
El libro, teniendo como hilo conductor, la historia de la salvación, aborda las cuestiones centrales del matrimonio cristiano. ¿Qué significa vivir el proyecto de Dios sobre el matrimonio en una sociedad abierta y plural?.
Desde la perspectiva dogmático moral y canónica se consideran las cuestiones y problemas que se plantea hoy a los matrimonios y familias: la naturaleza y características del amor conyugal; el hombre y la mujer, protagonistas de la preparación y celebración del matrimonio; los esposos, sujetos de la vocación matrimonial a la plenitud de vida cristiana; la paternidad y maternidad responsables; el cuidado y la educación de los hijos; las situaciones difíciles e irregulares en la vida matrimonial; la participación de la familia en la vida de la Iglesia y el desarrollo de la sociedad, etc.
Dirigido a los interesados por el matrimonio y la familia: los casados; los que se preparan para el matrimonio; los responsables de la pastoral familiar; y, de manera particular a los que cursan estudios de teología.
Presentación de Manuel Fraga Iribarne.
«El libro que tengo la honra de presentar me parece una contribución exhaustiva al análisis del problema de la familia y sus soluciones. Dos psicólogos con gran experiencia y conocimiento de todo lo escrito al respecto han logrado un libro completísimo, que se lee con facilidad y con interés, que no elude ninguno de los problemas y que es consciente por lo que dice, y también por ser obra de un matrimonio ejemplar. No he leído nada más completo ni más convincente, donde todos los temas (biológicos, terapéuticos, sociológicos, morales, educativos) se trata con naturalidad y conocimiento de causa».
Luis Riesgo es doctor en Filofosía y Letras y licenciado en Psicología. Carmen Pablo de Riesgo es licenciada en Filosofía y Letras y en Psicología. Ambos son autores de numero-sas obras de índole psicológica y pedagógica sobre la familia, la relación en pareja, la educación de los hijos, etc.
Cosas de curas” significa a veces algo reservado a una clase especial de personas y, en cualquier caso, algo que está fuera de las posibilidades de la gente normal. Otras veces es una expresión ofensiva: “Cosas de curas” quiere decir cosas de subdesarrollados, o bien algo complicado, abstruso... Pero siempre se trata de algo que no pertenece a la esfera de los intereses de las personas comunes.
Más grave aún es cuando esta expresión se aplica al mensaje de Jesús. Para muchos el evangelio es “Cosas de curas”, algo reservado a los especialistas, que no merece la pena conocer.
También bastantes creyentes consideran que muchas partes del evangelio están dirigidas a categorías particulares de personas y que lo poco que queda y les afecta contiene sólo fórmulas que creer y preceptos que observar.
Pero la “Buena Noticia” es para todos.
Todo el evangelio es para todos.
El mensaje de amor incondicional por parte de Dios se dirige a todos los hombres. No es una propuesta para los curas, sino también para los laicos; lo mismo para los santos que para los pecadores, igual para los justos que para los inmorales y los despreciados. Nadie está excluido de la invitación a la plenitud de vida que hace Jesús