Cincuenta años después de la clausura del Vaticano II, ¿se puede decir que la recepción del Concilio está concluida? Entre lo que ya entonces se planteó y lo que se ha implementado después, ¿no hay temas y cuestiones que debemos someter nuevamente a examen? No se trata solo de renovar con lucidez y valentía estructuras e instituciones, sino también de convertirnos siempre de nuevo a una mentalidad evangélica, misionera, abierta, «en salida».
En las diferentes aportaciones que ofrecen en este libro, los colaboradores abordan temas importantes y complejos. Tras una sección sobre la visión que el papa Francisco tiene de la reforma de la Iglesia y una reflexión sobre las fuentes permanentes de la renovación eclesial, viene, a continuación, una serie de capítulos centrados en las lecciones que proceden de la historia, en la comunión sinodal como clave –en todos los niveles– de la vida y de la renovación del pueblo de Dios, y en la cuestión de la unidad de los cristianos, para concluir con una mirada articulada dirigida a una Iglesia realmente más pobre, más fraterna y más inculturada. Los autores –eclesiólogos, historiadores, ecumenistas, canonistas, pastoralistas–, procedentes de varios países y continentes, lejos de limitarse a un debate académico, cautivador desde el punto de vista intelectual pero poco practicable, van expresando indicaciones sobre cómo ahondar en las reformas de la Iglesia y cómo articularlas, en sus aspectos vitales y estructurales, sugiriendo criterios de acción e hipótesis concretas para la praxis (a corto, medio y largo plazo).
Un libro muy relevante desde el punto de vista teológico, cargado de consecuencias pastorales e institucionales. Una contribución humilde, pero eficaz, que se inspira en los procesos que está viviendo la Iglesia bajo la guía del papa Francisco.
ANTONIO SPADARO nacido en Messina (Italia), es jesuita. Ha sido profesor invitado en la Pontificia Universidad Gregoriana y desde 2011 es director de la revista La Civiltà Cattolica. Autor de numerosos libros de crítica literaria y de teología en diálogo con la cultura contemporánea, ha cuidado la edición italiana de los principales documentos del papa Francisco.
CARLOS MARÍA GALLI nacido en 1957, es presbítero de la Arquidiócesis de Buenos Aires, en Argentina. Catedrático de Eclesiología en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, es miembro de la Comisión Teológica Internacional. Autor de seis libros, es coeditor de 35 obras colectivas en la Argentina y el exterior.
Inspirado por las ideas de la conferencia de Aparecida, Galli nos presenta una propuesta para una nueva pastoral urbana, ya que cada vez más personas viven en las megalópolis del mundo.
La afirmación «Dios vive en la ciudad» procede del Documento Conclusivo de Aparecida (A 514). A partir de ella, el teólogo argentino Carlos María Galli nos invita a pensar, desde la fe y el Evangelio, la presencia de Dios en los ambientes urbanos.
A la luz del espíritu de la Conferencia de Aparecida, Galli afirma que la fe descubre a Dios no solo en los lugares de su presencia, sino también en los signos de su ausencia. Porque, en realidad, Dios no vive en el campo o la ciudad. El habitar de Dios se da más bien en su identificación, por el Espíritu de Jesucristo, con los hombres, aun en sus experiencias más contradictorias. «Las sombras que marcan lo cotidiano de las ciudades, como, por ejemplo, violencia, pobreza, individualismo y exclusión no pueden impedirnos que busquemos y contemplemos al Dios de la vida también en los ambientes urbanos.» (A 514)
En este documentado ensayo, Galli presenta sus reflexiones y propuestas para una nueva pastoral urbana, ya que cada vez más personas viven en las megalópolis del mundo.