Il corpus di omelie di Romano Guardini costituisce una parte tutt'oggi inesplorata della sua produzione. Il volume presenta per la prima volta in italiano le prediche giovanili di Guardini: dodici omelie tenute nel 1915 ed una tredicesima datata l'anno seguente. Di particolare interesse poiché mostrano gli esordi di una feconda attività di predicazione. Il filo rosso che percorre queste omelie è il desiderio di unire la fede della Chiesa alla vita del singolo uomo: la fede illumina il quotidiano e la reale esistenza umana, non quella ideale o sognata. In tale contesto si comprendono le sue esortazioni sulla possibilità della preghiera e dell'affidamento al Signore in ogni condizione e momento. Una insistenza più che mai necessaria negli anni della Grande Guerra, che lo portano a riflettere con particolare attenzione sull'importanza della famiglia e sul ruolo fondamentale della madre.
Desde muy joven, Guardini se propuso elaborar un método adecuado a la transmisión de la fe cristiana a unas gentes muy probadas y jóvenes desconcertados por un entorno convulso. A esa tarea consagró sus grandes dotes y una voluntad a prueba de sacrificios. Por eso el tema de la es uno de sus predilectos. Sobre la vida de la fe, Conocimiento de la fe, Existencia creyente, Solo quien conoce a Dios conoce al hombre... son algunas de l obras dedicadas a describir la experiencia creyente.
En este libro se agrupan varios de eso escritos relativos a la fe. En los primeros intenta Guardini pespuntear lo que habrá sido la experiencia religiosa en los albores de la historia de las religiones. Con fina sensibilidad nos ayuda a experimentar los primeros latidos del sentimiento religioso al contemplar la naturaleza y sus sorprendentes fenómenos de luz y sombras, invierno y primavera, el día y la noche...
Edición y revisión de la traducción por Alfonso López Quintás.
Traducido del original alemán (Religiöse Erfahrung und Glaube) por Roberto H. Bernet.
Romano Guardini (Verona, 1885 - Múnich, 1968) fue un hombre muy vinculado a la educación de la juventud, como sacerdote y como profesor en las universidades de Berlín y Múnich. Sus obras y sus enseñanzas alcanzaron el reconocimiento de muchos. Pablo VI le ofreció ser cardenal, pero no lo aceptó. De su amplia bibliografía, pueden destacarse los volúmenes publicados en la BAC: El contraste. Ensayo de una filosofía de lo viviente-concreto (1996), Ética: lecciones en la Universidad de Múnich (2010) y La existencia del cristiano (2010).
Gli scritti editi e inediti di etica, che mostrano l'attualità della riflessione morale di Guardini dopo l'epoca Moderna, in particolare la sua dimensione "dialogica", dove il Tu non è solo Dio, ma l'altro, la persona, la comunità...
El profesor Guardini (1885-1968) es una figura compleja. A pesar de haber nacido en Verona (Italia), desarrolló toda su labor pastoral y magisterial en Alemania. Ordenado sacerdote en 1910 en Maguncia (su diócesis), pronto empezó su labor tanto en el campo de la pastoral con la juventud como en el universitario. No se puede decir de él que fuera un liturgista, pero pocos como él han despertado en muchos el interés por la liturgia, para conocerla en su sentido más profundo, y por la celebración de la misma, a fin de vivirla como corazón de la vida cristiana. Este cuaderno reúne una trilogía de textos: sobre el domingo (cómo nos enfrentamos hoy con el mandato de santificar las fiestas), sobre la oración (unos ejemplos sobre qué nos mueve a rezar y cómo) y sobre el sentido de la liturgia (para ver cómo entendía la liturgia Guardini y como quería que fuera entendida).
Gli scritti di Romano Guardini su Friedrich Hölderlin (1770-1843), la cui filosofia e letteratura hanno caratterizzato il pensiero dell'Ottocento e del Novecento.
En un tiempo en que los límites de lo realizable se hacen cada vez más claros, muchas personas se preguntan por las raíces de la existencia. Las preguntas por el origen y el fundamento de la vida están pasando de nuevo a ocupar más el centro de la reflexión.
Romano Guardini intentó señalar una respuesta a esas preguntas en textos clásicos y siempre actuales que ofrecen orientación a los que buscan tanto en las preguntas como en la oración. El conocido filósofo de la religión alumbra una importante fuente de la espiritualidad cristiana en La sabiduría de los salmos.
En los salmos, tan diferentes entre sí, puede llevarse ante la presencia de Dios toda alabanza, toda pasión y toda rabia. No por eso se toca la libertad de Dios: él es siempre el Señor y el Juez. En este encuentro frente a frente está el fundamento de la liberación humana.
Las célebres Cartas del Lago de Como, de Romano Guardini (1885-1968), se publicaron en la revista alemana Schildgenossen de 1923 a 1925, y fueron por primera vez recopiladas en libro en el año de 1926. El gran pensador alemán de origen italiano expone en esta obra, redactada en Varenna, a orillas del Lago de Como, algunos de los problemas que más le preocupaban, como la crisis de la cultura, la relación entre el hombre y la naturaleza, el impacto de la técnica en la existencia humana y su expresión en el arte. El tono oscila entre la melancolía ante el riesgo de desaparecimiento de formas que apreciaba y la esperanza de una superación de los nuevos retos. Guardini desarrollaría sus ideas en escritos posteriores, pero estas Cartas del Lago de Como iban a ejercer un influjo impar en varias generaciones de universitarios, artistas y hombres de cultura, entre los que destacarían personalidades como el arquitecto Mies van der Rohe. Su valor histórico no resta trascendencia a las cuestiones señaladas ni encanto a la forma como son formuladas.
En un tiempo en que los límites de lo realizable se hacen cada vez más claros, muchas personas se preguntan por las raíces de la existencia. Las preguntas por el origen y el fundamento de la vida están pasando de nuevo a ocupar más el centro de la reflexión.
Romano Guardini intentó señalar una respuesta a esas preguntas en un texto clásico y siempre actual que ofrece orientación a los que buscan tanto en las preguntas como en la oración.
En El comienzo de todas las cosas, el autor conduce a los lectores a los tres primeros capítulos del Génesis, en una doctrina de la existencia que da respuesta a los que preguntan con fe acerca de cómo pueden entenderse a sí mismos y entender el enigma de su camino.
Romano Guardini, nacido en 1885 y fallecido en 1968, fue docente en las universidades de Bonn, Berlín, Tubinga y Múnich, donde ocupó la cátedra de Cosmovisión cristiana y filosofía de la religión. De inspiración agustiniana, su teología, que explora amplios espacios de la cultura, es más una evocación de la vida de fe que una sistematización dogmática. Desde hace unos años su pensamiento ha vuelto a cobrar vigencia, pues se trata de un autor que supera las barreras de espacio y tiempo.
Il nuovo volume dell'Opera Omnia di Romano Guardini indaga la figura di San Bonaventura (1217/1221 circa - 1274), uno dei maggiori teologi medievali amico di san Tommaso d'Aquino.
Elaborar la imagen de san Agustín de la existencia cristiana, la interpretación del acontecer interior relatado por las Confesiones, no puede ser simplemente el relato de una conversión moral y religiosa, una conversión del mal al bien, de la incredulidad a la fe. Por el camino surge también una interpretación psicológica. Una psicología que aquí requiere saber acerca del espíritu y poder ver la realización de un destino espiritual, saber de lo religioso y poder reconocerlo en su sentido originario, ver lo cristiano más allá de lo espiritual y religioso. Por último, la historia de Agustín se desarrolla en el ámbito moral y del alma, pero también en el del pensamiento y la idea. Desde la perspectiva de la historia del pensamiento, Agustín arroja una mirada retrospectiva a su vida e introduce interpretativamente la segunda conversión en la primera.
El Dios del cristianismo al que Agustín se ha convertido y en cuya presencia escribe sus Confesiones, no es el ser absoluto de la filosofía, sino el Dios santo y viviente del Antiguo y del Nuevo Testamento. Es el Dios que se levanta, entra en la historia y actúa en ella. Cada vez se introduce en esa historia todo lo que existe, las cosas del mundo y los hombres. Cada vez, todo existe por ella y adquiere en ella su centro y su nombre. Si hay alguien que está convencido de ello es Agustín. Él, que se propuso captar la historia de la humanidad en su proveniencia de Dios, se vio también a sí mismo en una historia.
Las Confesiones son el intento de describir esa historia. Por tanto, quien las quiera interpretar, tiene que hacer que, por lo menos, se perciba algo de ese conjugar y entretejer múltiple y al mismo tiempo tan unitario, de esa voluntad divina que trabaja en la intimidad más silenciosa y, al mismo tiempo, en los acontecimientos y desarrollos externos.