El estudio e interpretación de los salmos representa para Hans-Joachim Kraus el trabajo de toda una vida. En primer lugar, fija el texto a partir del masorético y de las traducciones más antiguas. Después de tener en cuenta los títulos que el mismo Salterio aplica a cada uno de los salmos, analiza cuidadosamente su forma poética, respetando el texto por encima de las exigencias métricas; por último, organiza los salmos según los diversos géneros literarios.
A lo largo de su comentario, el autor evita toda alegorización que desligue los salmos de la historia de Israel. En esta línea, se esfuerza por hallar dentro de la historia de las tradiciones del Antiguo Testamento el proceso de transmisión del Salterio. Kraus lee siempre los salmos desde la perspectiva de la fe, y descubre en ellos –con la mirada atenta al Nuevo Testamento– un lenguaje sobre Dios, una teología.