A todos nos gustaría hallar en los evangelios más noticias sobre la vida de la Virgen. El Espíritu Santo, por medio de los evangelistas, ha querido revelarnos solo algunos detalles; los suficientes para que nuestra gratitud y devoción a María de Nazaret pueda desarrollarse como un riachuelo que, nacido entre peñas, poco a poco se convierte en una gran corriente de agua dando vida a los parajes por los que discurre.
Gracias al estudio de los exégetas y a la oración contemplativa de muchas almas santas, esos pasajes se han convertido en una corriente fecunda, que hace florecer la vida cristiana en todos los lugares donde se honra a la Madre de Dios y Madre de los hombres. En el último siglo, bajo la guía del magisterio de la
Iglesia, el conocimiento y amor a la Virgen ha crecido impetuosamente entre los cristianos. En la medida en que tratamos a Nuestra Señora, descubrimos que es la senda más directa, rápida y segura para llegar a Cristo y, por Cristo, con Él y en Él, al Padre y al Espíritu Santo.
Estas páginas se proponen animar al lector a que él mismo haga este descubrimiento. Ya el título, tomado de la tradición de la Iglesia, lo dice todo: “Ad Iesum per Mariam”, a Jesús se va —y se vuelve, si se tiene la desgracia de perderle— por María.
Una exquisita selección de textos extraídos de los escritos y la predicación del primer sucesor de San Josemaría.
Son palabras que ayudan a dialogar con el Señor en oración sencilla
y confiada. Siguiendo las enseñanzas de san Josemaría,
el autor ilustra la llamada a santificarse en la vida ordinaria,
que Jesucristo dirigió a todos los hombres sin
excepción.
Al convocar el Año de la fe, Benedicto XVI explicó que deseaba suscitar en los creyentes la aspiración a profundizar en la fe y a confesarla, a celebrarla en la liturgia, a comunicarla a otros con su testimonio de vida y de palabra (cfr. Carta Apostólica Porta Fidei, 11-X-2001, n. 9). Ya antes, en la exhortación apostólica Verbum Domini (30-IX-2010), había afirmado que “cada santo es como un rayo de luz que sale de la Palabra de Dios”, con el que ha contribuido a plasmar las grandes espiritualidades de la historia de la Iglesia. Uno de esos rayos, señalaba, se manifiesta en “san Josemaría y Escrivá y su predicación sobre la llamada universal a la santidad” (n. 48).
Entre los textos de la predicación de san Josémaría recogidos en estas páginas, algunos son prácticamente desconocidos por el público, pues vieron la luz en libros o revistas de difusión limitada y hasta ahora no habían sido recopilados. El hecho de proponerlos en el curso del Año de la fe sale al encuentro de ese deseo manifestado por Benedicto XVI ; el lector podrá encontrar en ellos rallos de luz divina para comprender a fondo la llamada universal a la santidad y al apostolado, y a ponerla por obra en la existencia ordinaria.
A partir del Concilio Vaticano II, los estudios bíblicos han enriquecido notablemente nuestro conocimiento de María de Nazaret, poniendo de relieve el especialísimo lugar que la Santísima Virgen ocupa en la historia de la salvación. De ahí partió una renovación de la mariología, en continuidad con la gran tradición de la Iglesia.
Sin embargo, a menudo, estas aportaciones han quedado confinadas en libros accesibles solo a los especialistas. Estas páginas pretenden ilustrar los principales episodios de la vida de María, que, a la luz de los progresos más recientes de la exégesis bíblica, iluminan la piedad de los cristianos.
La exposición se completa con textos que pueden servir para ahondar en la doctrina expuesta: textos del magisterio de la Iglesia, de las obras de los Santos Padres, de los escritos de santos y autores espirituales, y también de los poetas que, desde el comienzo de la literatura castellana, han tejido los elogios de la Madre de Dios.
Selección de textos de los Santos Padres para el cristiano del tercer milenio, enriquecida con introducciones, notas biográficas, una práctica guía de lectura y un extenso índice temático.
En su larga historia, el Rosario ha alcanzado una especial autoridad en la Iglesia; así lo prueban los muchos documentos que le han dedicado los Papas. El más reciente es la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae de Juan Pablo II, que ha sugerido la inclusión de una nueva parte: cinco "misterios de luz".
Además de la oración vocal, la meditación de los misterios es componente esencial de esta devoción mariana. Este libro se propone ayudar en esa contemplación de los misterios -de gozo, de luz, de dolor y de gloria-, que son como el alma del Rosario.
Junto a los textos de la Sagrada Escritura que fundamentan la enunciación de cada misterio, se han ordenado de modo lógico algunos comentarios tomados de la rica tradición de la Iglesia: Santos Padres, santos, Papas, escritores espirituales, poetas, y especialmente, de Juan Pablo II y de San Josemaría Escrivá.
José Antonio Loarte, licenciado en Medicina y doctor en Teología, recibió la ordenación sacerdotal en 1969. Además de ejercer el ministerio sacerdotal, en Roma, ha sido profesor de varias disciplinas teológicas. Durante varios años se dedicó especialmente a la Patrología y a la Historia de la Iglesia.
En Rialp ha publicado también El Tesoro de los Padres.