Son muchas las dificultades que hoy se suscitan en torno a la moral. Se sabía muy bien cómo había que comportarse, pues en los libros de texto y en las enseñanzas de la Iglesia se especificaba con claridad la conducta del creyente. Pero una presentación de este tipo ha perdido mucha credibilidad en nuestro mundo.
La gente desea saber, sobre todo, por qué se ha de actuar de una manera determinada. Por otra parte, el pluralismo, existente incluso en la propia Iglesia, provoca bastante desconcierto y confusión. Los interrogantes que hoy muchos se plantean requieren una respuesta que pueda resultarles aceptable. ¿Por qué esa pluralidad de opiniones? ¿Es la fe o la razón la que fundamenta las valoraciones éticas? ¿Hay algo específico en la moral cristiana? ¿Existe todavía el pecado? ¿Hemos superado la maldición de la ley?
En torno a esta crisis, el autor desea ofrecer unas reflexiones breves y sencillas, sin necesidad de aparato crítico, para que el lector pueda comprender esta situación y orientarse en medio de ella.
EDUARDO LÓPEZ AZPITARTE, jesuita, profesor de Moral en la Facultad de Teología de Granada, ha escrito 24 libros sobre temas de su especialidad y unos 300 artículos en diferentes revistas nacionales y extranjeras. Su magisterio se ha extendido también por numerosos países de África y América. Sal Terrae ha publicado recientemente sus libros: Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios para una ética sexual / Hacia una nueva visión de la ética cristiana.
La clonación, las células madres, la pena de muerte, el suicidio, la eutanasia, los trasplantes de órganos, las drogas... una reflexión sobre los principales problemas éticos relacionados con la vida. Este libro, rico y actual en datos, riguroso en su reflexión, dialogante con las ciencias y respetuoso de las fuentes de la teología moral católica, aborda una amplitud de temas éticos en torno a la vida humana. Frente a los múltiples problemas que se presentan en el campo de la vida, hoy no se puede presentar una ética que no se haga comprensible y razonable. Se trata, por tanto, de ofrecer una fundamentación de aquellas opciones que nos resultan más humanizantes, pero sin eliminar la dimensión religiosa, que ilumina, confirma y abre a la trascendencia.