La literatura cristiana primitiva en general y el Nuevo Testamento en particular contienen numerosas referencias al fenómeno de la posesión por espíritus y variados ejemplos de la práctica exorcista. Aunque en algunos textos se cuestione la autenticidad de ciertos casos de posesión o la honradez de ciertos exorcistas, en ninguno se pone en duda la existencia de espíritus capaces de poseer a las personas, ni de individuos capaces de exorcizarlos.
Espíritus, posesos y exorcistas forman parte de la realidad cultural de la Antigüedad. De igual manera, el fenómeno de la posesión ha tenido un papel central en Jesús, en el movimiento creado por él y en los orígenes del cristianismo.
Este libro quiere contribuir a la exégesis histórica del tema ofreciendo una interpretación social y culturalmente contextualizada de los testimonios existentes sobre la creencia en la posesión espiritual y las prácticas exorcistas en el movimiento de Jesús.
Monografía que es fruto de una investigación doctoral en Ética Antigua. Se distancia de la perspectiva presupuesta en la clasificación académica actual por considerar que, en el período helenístico romano, no existía todavía una diferenciación clara entre la actitud filosófica y la religiosa y que, por tanto, es plenamente legítimo emplear las mismas herramientas de análisis para el estudio de la ética de Jesús y las éticas filosóficas de dicho período. Desde esta posición, la autora utiliza el marco conceptual de la Sociología del Conocimiento de Berger y Luckmann con el fin de analizar el significado sociocultural de un tipo de praxis escandalosa que caracterizó tanto a Jesús como a las primeras generaciones de cínicos, epicúreos y estoicos, a saber, su trato positivo y cercano con gentes de mala reputación.