¿Hasta dónde llega el deber del médico de tratar al paciente? ¿es moralmente lícito desconectar la ventilación asistida a enfermos con una patología neurológica degenerativa? ¿tiene la misma valoración ética el no comenzar la diálisis y el retirarla? Desde hace algunos decenios los médicos y los enfermos afrontan éstas y otras cuestiones similares, que no tienen una fácil respuesta. En la jerga médica se ha incorporado el concepto de limitación del esfuerzo terapéutico, y hay buena reflexión teórica sobre los elementos que entran en juego a la hora de tomar las decisiones. Muchas propuestas en el campo de la bioética proponen el principio de autonomía y la calidad de vida como categorías importantes para el proceso de deliberación. En este libro se analizan estas categorías haciendo ver su compatibilidad con otras, como la proporcionalidad terapéutica, que permiten ofrecer un panorama ético más completo para la toma de decisiones. En este contexto se subraya la importancia de la prudencia terapéutica, virtud el buen médico, que resulta imprescindible para analizar la singularidad del caso concreto; ya que en ética, como en medicina, no existen enfermedades sino enfermos. Aun siendo útiles las guías y los protocolos médicos, es necesario la formación de los especialistas para ser capaces de tomar buenas decisiones en los casos concretos. Para conseguir este objetivo es preciso una adecuada relación médico-paciente donde la comunicación tiene un papel central en la tarea del sanitario.