Se cuenta en este libro, con humor y de un modo ameno –al menos eso hemos intentado–, cómo cambian las circunstancias de la conviven-cia conyugal cuando los hijos ya se han marchado de casa, o sea, cuando el nido se queda vacío. De ahí el título que hemos pensado, refiriéndo-nos especialmente a las personas mayores que han terminado su vida laboral.
El libro tiene dos partes, una primera escrita por el padre (Paco) y la segunda por la madre (Amelina) de una familia numerosa –diez hijos nada menos– sin que ninguno supiera lo que había escrito el otro. No obstante, hemos procurado homogeneizar el estilo de ambas para in-tentar evitar repeticiones.
Cada parte está compuesta por pequeños apartados, sin relación entre ellos, pero siempre orientados a cómo hay que tomarse la vida en esta nueva etapa de la que podríamos decir que es «la mejor de la peor». Todo tiene su parte buena en esta vida, y lo que pretendemos es que el lector acepte ser una persona resiliente, o sea, que vea el lado positivo de las cosas y viva felizmente su matrimonio.
«Pues sí, cuando a alguien le dices que tienes una familia numerosa, las caras son indescriptibles y las preguntas, muy divertidas, aunque nada originales: “¿con la misma mujer?, ¿te sabes los nombres de todos? La cena de Navidad será tremenda, ¿no? Lo mejor que se puede decir de este libro es que es “animante”. Un libro que anima, optimista y necesario, porque, en confianza, hay demasiados cenizos sueltos por ahí».
Del prólogo de Leopoldo Abadía.