La larga deriva de la última modernidad se enuncia como crisis: crisis en las ciencias y en las artes, en la cultura y en la sociedad. Los viejos y acostumbrados criterios de verdad y de valor, de belleza o de justicia no han sobrevivido sin daño en un mundo unificado y diferenciado por la globalización, en un mundo que se enfrenta a nuevos retos y a nuevos riesgos.
Claves de Hermenéutica: para la filosofía, la cultura y la sociedad, es una obra colectiva en la que un conjunto de especialistas de relevancia nacional e internacional en las distintas áreas del conocimiento articula respuestas diversas a esos nuevos retos y a esos nuevos riesgos, replanteando las cuestiones candentes en torno al sentido en la postmodernidad.
En la senda del Diccionario de Hermenéutica que los mismos directores impulsaron con éxito hace unos años, estas Claves pretenden ofrecer pautas de interpretación y comprensión, presentándose como propuesta múltiple y abierta. Como respuesta plural a los diferentes temas y problemas que se plantean en un mundo a la vez unificado y conflictivo.
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«Es una cosa extraña: ¿Debe Kierkegaard significar algo para nosotros, aunque no nos ofrece más que la exigencia de una sinceridad ilimitada y la rica intuición, enorme desde luego, de posibilidades humanas?
No hay comparación alguna entre él y los grandes que nos colman: Homero, los trágicos griegos, Dante, Shakespeare, Goethe; no hay comparación alguna entre él y Platón, a quien tanto amaba, ni con Kant, a quien respetaba. En Kierkegaard hay algo esencialmente diferente, algo tremendo, que no nos deja en paz en cuanto se ha comenzado a comprenderlo.
Tal vez todo aquel que no se abre a Kierkegaard, o que un buen día lo considera liquidado, permanece hoy pobre e inconsciente. No sabemos lo que es, pero en todo caso es la voz moderna que nos conducea la suprema lucidez y nos hace sentir la máxima exigencia».
(Karl Jaspers)
Scheler muestra que el sentir, los sentimientos y las leyes que rigen la vida emocional no tienen su origen primero en la psicología, sino en la ética, de tal manera que su conocimiento permite elaborar una teoría completa sobre la persona, una auténtica antropología.
Esencia y formas de la simpatía (1923) es, junto con su Ética (1916), uno de los textos que mejor exponen su teoría de los sentimientos. Tres son las cuestiones principales que se abordan. En primer lugar, la empatía, es decir, aquellos procesos de congratulación y de compasión que están en el sustrato más antiguo de toda conducta simpatizante. En segundo lugar, el amor y el odio, entendidos positivamente como formas peculiares de comportarse ante los objetos que tienen valor.
Por último, la percepción del yo ajeno, conocimiento al que se accede mediante la simpatía y el amor. En este sentido, el autor postula un realismo directo a la hora de conocer el yo propio y el ajeno, pues éste y sus vivencias pueden ser percibidos interiormente del mismo modo que lo es el yo propio.
Por primera vez en español, la totalidad de los escritos fenomenólógicos de Edith Stein. Solamente su tesis doctoral, sobre el problema de la empatía, había sido publicada antes en castellano. De novedad absoluta son: Causalidad, psíquica, Individuo y comunidad, Una investigación sobre el Estado, e Introducción a la filosofía.
Cada día nos pasan múltiples sucesos que no cambian para nada nuestra manera de habitar el mundo. Sin embargo, a veces, repentinamente, un suceso se convierte en un verdadero acontecimiento. A diferencia de los sucesos, los acontecimientos nos forman, nos transforman y, en ocasiones, nos deforman. Desde el punto de vista del autor de este libro, Auschwitz es un acontecimiento que ha roto, que ha desgarrado literalmente la historia del siglo XX. Después de Auschwitz ya nada vuelve a ser como antes, ni la cultura, ni el arte, ni la literatura, ni la filosofía, ni la ética, ni la pedagogía. Después de la experiencia de los campos de exterminio, del horror de la muerte concentracionaria, es necesario repensarlo todo.
Pero Auschwitz no es tampoco solamente un acontecimiento histórico. Auschwitz es un símbolo, el símbolo del mal extremo, el símbolo de las fábricas de la muerte que siguen reproduciéndose hoy en el mundo. Joan-Carles Mèlich, de la mano de filósofos como Emmanuel Levinas, de críticos literarios como George Steiner, de poetas como Paul Celan, de antropólogos como Lluís Duch e incluso de testimonios de algunos supervivientes como Primo Levi, entre muchos otros, nos propone en este libro una ética y una pedagogía para nuestro tiempo, una ética y una pedagogía que se alimenten del deseo de que ni el mal ni la muerte tendrán la última palabra.
Se recogen en este volumen varias conversaciones que mantuvo, durante los tres últimos años de su existencia, el filósofo Ludwig Wittgenstein con su colega el profesor O. K. Bouwsma. Dada la reticencia de Wittgenstein a publicar sus ideas personalmente (sólo publicó en vida un libro filosófico, el Tractatus logico-philosophicus), constituyen un testimonio singular de gran parte de los problemas que más le habían obsesionado durante su trayectoria intelectual.
Además, estas Últimas conversaciones no sólo resultan apasionantes por constituir una suerte de compendio final de sus preocupaciones filosóficas, sino que en ellas Wittgenstein aborda con cierto detenimiento esferas culturales sobre las cuales había guardado cierto silencio con anterioridad: la religión, la ética, sus propias preocupaciones vitales, que se exponen aquí de un modo mucho más explícito que en gran parte de su obra previa.
Conocer las raíces culturales de la Europa actual, con sus luces y sus sombras, puede ayudar a despertar inquietudes para corregir los errores sin renunciar a las muchas cosas buenas que Occidente ha aportado al mundo. Pero la tarea crítica, de la que Kant ha sido el abanderado, precisa que nos proveamos de un criterio objetivo, real, absoluto. Cuando la subjetividad se erige en la última norma y medida de la verdad, el bien y la belleza, la realidad queda arrinconada, se vive de espaldas a ella, y las tinieblas sustituyen a las luces.
Una Ilustración que margine el ser, que no haga justicia a la realidad, es, como advirtiera Platón en el mito de la caverna, un conocimiento sofístico que enseña frases hechas, tópicos, pero que no libera.
Sin pretender agotar el tema, el autor se dirige a un público amplio, con cierto nivel cultural, que se pregunta por las causas del malestar que flota en el ambiente. Trata de llamar la atención sobre la debilidad del fundamento en que se asientan muchas ideas valiosas que compartimos en Occidente.
Rafael Corazón González (Córdoba, 1952) es doctor en Filosofía y profesor de Enseñanza Secundaria en un Instituto de Málaga. Ha ejercido la docencia de la Filosofía durante más de veinte años, tanto en el Bachillerato como a nivel universitario, y ha publicado diversos artículos en revistas filosóficas, así como varios libros y ensayos, entre otros, dos libros de texto de Bachillerato. Entre sus obras cabe destacar: Las claves del pensamiento de Gassendi (1995); Agnosticismo (1997); Fundamentos para una filosofía del trabajo (1999); La verdad, un consenso posible (2001), y Saber, entender... vivir (2002), los dos últimos publicados en esta misma colección.