
¿Qué significa tener identidad? Significa ser alguien singular, distinto de todos los demás, inconfundible: original.
Ahora bien, mi existencia particular ¿posee un valor único? Mi presencia personal ¿añade una novedad a la existencia del mundo? A todos nos gustaría pensar que es así; pero ¿tiene esto fundamento real o se reduce a un simple deseo ilusorio?
Descubrir el carácter insustituible de cada existencia humana es el objetivo que se plantea en este ensayo.
Eduardo Terrasa, es profesor de Fundamentos de Antropología en la Universidad de Navarra. Sus estudios se orientan hacia la comprensión narrativa, psicológica y teológica de la identidad personal.
Ha rastreado la cultura popular moderna en sus diversas manifestaciones artísticas para identificar las preocupaciones y las preguntas esenciales que allí se plantean. Esta variedad en las fuentes le permite una pluralidad de enfoques a la hora de acceder a los temas de estudio.
El círculo de discípulos del teólogo y cardenal Joseph Ratzinger ha reunido en este volumen, publicado con ocasión de su 75 aniversario, quince escritos suyos de los últimos años que convergen con coherencia en torno a la realidad de la Communio que es la iglesia.
Eclesiología, ecumenismo y práctica pastoral se entretejen en estas páginas, que ilustran bien el título de la recopilación: los discípulos de Jesús son convocados y unidos en el mismo camino de la fe común para la vida del mundo.
Nos hallamos ante una nueva recopilación de artículos del card. Ratzinger. Siguiendo la tónica de sus últimas publicaciones, el cardenal persigue aclarar y precisar aspectos de la fe especialmente sometidos a discusión en los últimos años. Tal intención determina los argumentos elegidos y el estilo con que se abordan. Respecto a los primeros, destaca, por ejemplo, la exposición que hace de la relación entre la cultura y la Fe. Explica Ratzinger cómo éste no se sitúa en el mismo plano que las culturas, como un elemento más. Al contrario, es capaz de vivificar y corregir todas y capaz, igualmente, de asimilar cuantos aspectos positivos entrañan. En el mismo orden, comenta otras cuestiones, como la historicidad de los textos bíblicos, la dimensión cultural de la Fe, etc. Y, fiel al propósito que le guía, el cardenal se expresa con luminosa concisión, con perfecta claridad. No construye un ensayo creador, sino una síntesis asequible, enderezada a la formación de sus lectores. Esta característica convierte el libro en un escrito apto para un público amplísimo y en un instrumento de la mayor eficacia para ayudar ala fundamentación teórica de los contenidos de la Fe.
En la primera parte del libro el lector hallará un análisis del significado de la actividad simbólica. Ya que como hemos mencionado, este campo es completamente nuevo para muchos, su comprensión requiere un esfuerzo, pues se trata de entrar en nuevas categorías especulativas.
A esta primera parte más teórica le sigue una larga descripción simbólica de la búsqueda de Dios. Esta segunda parte justifica plenamente el título del libro: Teología simbólica. Su lectura atenta permitirá comprender que, junto al lenguaje abstracto y conceptual que intenta expresar la realidad divina, existe otro que no menos que éste permite elaborar un discurso válido acerca de Dios, tal como lo revela la Biblia y es experimentado en la vida espiritual.
El acontecimiento supremo de la humanidad ha sido la Pasión de Cristo, la Pasión resucitadora. De este inmenso océano siguen fluyendo ríos teológicos, pastorales, espirituales. Este libro es uno de esos ríos, escrito con carácter de síntesis, tanto teológica como pastoral. Tiene la ventaja de que no exige una lectura continua, sino que se puede recurrir directamente a la parte o punto que más interesa al lector, tanto en provecho personal como para material de trabajo. Muchos de sus temas han sido predicados y comentados pastoralmente antes de ser escritos. Por lo demás, todos sus contenidos han sido redactados con el convencimiento de que la Pasión de Cristo, con las mismas riquezas de la primera hora, continúa siendo martirio y salvación hoy día.
Francisco de Mier, sacerdote pasionista, se especializó en Teología Pastoral por la Univ. Pont. Lateranense de Roma. Es autor de numerosos libros de teología y espiritualidad y se dedica, sobre todo, a la evangelización popular y a impartir cursillos y ejercicios espirituales.
Los trabajos que se reúnen en este libro responden a las ponencias y comunicaciones presentadas en las XI Jornadas de Teología Fundamental que, organizadas por el Teologado Diocesano, se desarrollaron en Alicante del 5 al 7 de julio de 2003, con el título: "La significatividad de la propuesta cristiana".
Entre algunos cristianos corre la sensación de que la fe cristiana va perdiendo crédito. Para muchos de nuestros contemporáneos el cristianismo aparece como un residuo de tiempos pasados, que no tiene nada que aportar a nues-tras sociedades occidentales desarrolladas. La teología tiene, por ello, que afrontar el reto de mostrar la relevancia y profundidad de la fe presentando al cristianismo como una propuesta cargada de sentido. Un grupo de profesores de Teología Fundamental de España y Portugal ofrecen en este volumen sus aportaciones sobre esta importante cuestión, teniendo en cuenta las nuevas condiciones en las que los cristianos debemos realizar la propuesta sencilla y decidida del Evangelio de Jesucristo.
Colaboradores: Francisco Conesa Ferrer, Vicente Vide Rodríguez, Joao Duque, Tomás Muro Ugalde, Martín Gelabert, Agustín Sánchez Manzanares, José María García Prada, César Izquierdo, Lluis Oviedo Torró, Angelo Amato, Nuno Brás Martins, Ricardo de Luis Carballada, Eloy Bueno de la Fuente, Salvador Pié Ninot.
Esta obra, que apareció por primera vez en la colección BAC Normal en 1987, cuando su autor era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aborda con palabra franca y vigorosa los temas más candentes de la vida eclesial.
En la primera parte se reflexiona sobre la imagen de la Iglesia que emergió en el Concilio Vaticano II, poniendo de relieve la íntima vinculación que debe existir entre singularidad y universalidad, entre pluralidad y unidad. El ecumenismo es el contenido de la segunda parte. El diálogo interconfesional se presenta como un largo camino hacia la unidad en la caridad, un camino que debe recorrerse confiados en el Espíritu, empeñados, unos y otros, en la búsqueda apasionada de la verdad y sin ceder a la tentación de un fácil concordismo. A las relaciones entre la Iglesia y la política dedica el autor la última y más extensa parte de la obra.
Sin duda, estos tres campos de pensamiento reflejan bien la visión de la Iglesia, hacia dentro y hacia fuera, de quien ahora es el sucesor de Pedro con el nombre de Benedicto XVI.
Dar razón de la propia esperanza es tarea y gozo permanente de los cristianos. Especialmente en un contexto cultural en el que muchas de sus tendencias dominantes miran con indiferencia o con distancia el hecho de la fe. Esta situación provoca en numerosas ocasiones cierto complejo de inferioridad intelectual entre los creyentes. Por ello es tan importante y urgente redescubrir la dignidad de creer. Más que sentirse amenazada, es la fe la que lanza su provocación y su alternativa a lo cul-tural e ideológicamente correcto. Y ello lo ha de hacer como defensa de la dignidad de cada ser humano y de la credibilidad de Dios. Esta actitud se ha convertido para la Iglesia en España en el tema de nuestro tiempo.
Eloy Bueno de la Fuente (Zamora), sacerdote diocesano de Burgos, es decano y catedrático en la Facultad de Teología del Norte de España (sede de Burgos), donde enseña Cristología y Teoría del Conocimiento. Entre sus publicaciones cabe citar: 10 palabras claves en cristología (2000); España entre cristianismo y paganismo (reimp. 2003) y Eclesiología (2ª ed., 2004).
Compendio de lo que el cristianismo enseña acerca de la pervivencia del alma después de la muerte, el sentido de las oraciones por los difuntos o la retribución final.
Introducción del Card. Ratzinger. Comentarios de C. Sorgi, S. Maggiolini, C. Pozo, Ch. Schönborn, W. Kasper. Prólogo de Mons. T. Bertone.
Se ofrece en este libro unos documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Comisión Teológica Internacional, que constituyen un compendio de lo que el cristianismo enseña acerca de: la resurrección de todo hombre, la pervivencia del alma después de la muerte, la parusía de Cristo glorioso, el sentido de las oraciones por los difuntos, la retribución final. También se trata de la incompatibilidad del cristianismo con las teorías reencarnacionistas.
En este libro, Savonarola aporta una percepción de su tiempo poco común: el Renacimiento italiano como epítome de corrupción y decadencia. Corrupción, en primer lugar, de la Iglesia y el Papado, pero también de los príncipes, de los pueblos, de las artes y de la cultura. La simplicidad de la vida cristiana propone una reforma basada en la simplicidad interior frente la duplicidad, la tibieza, la hipocresía, la soberbia intelectual, y simplicidad exterior frente al lujo, al amaneramiento, la sofisticación y la ostentación. Al fin y al cabo, Dios y las Escrituras, y no los clásicos y héroes del paganismo, son el modelo de simplicidad pura que los elegidos deben tener siempre ante la vista. Diatriba, pues, contra el Renacimiento y su promiscua efervescencia literaria, filosófica, artística, un mundo irreconciliable con un cristianismo comprometido que Savonarola, desde su nostalgia teocrática, desea ver presente en todos los aspectos de la vida humana.
Ser cristiano y pertenecer a la Iglesia no es algo evidente y natural. Muchos hombres y mujeres tratan de llevar una vida digna sin una fe religiosa. Sin embargo, a pesar de esto existen personas que se plantean el problema de la posibilidad de una existencia religiosa y de la necesidad de formar parte de una Iglesia.
En los dos ensayos que contiene el presente libro, dos reconocidos teólogos afrontan esta problemática. Respondiendo al interrogante: «¿Por qué soy todavía cristiano?», Hans Urs von Balthasar expone las motivaciones más profundas del fenómeno cristiano; Joseph Ratzinger, por su parte, reflexionando sobre el tema: «¿Por qué permanezco en la Iglesia?», examina las razones objetivas y subjetivas y analiza críticamente los desarrollos eclesiales contemporáneos. La diferente sensibilidad con que los autores abordan y desarrollan este asunto refleja la gran variedad de perspectivas teológicas que existen.
ENGLISH
"Why Am I Still a Christian? Why Do I Remain in the Church?"
Balthasar presents the deepest motivations behind Christianity. Ratzinger, reflecting on "Why Do I Remain in the Church?", reviews several reasons, both objective and subjective, offering a judgment of recent developments in the Church.