Bajo el título de "Escritos Recientes", reunió el autor los artículos sobre Teología dogmática publicados entre 1956 y 1960, es decir, entre la fecha de aparición del volumen anterior de sus Escritos y aquélla en que vio la luz este volumen. Su unidad, por tanto, no es temática sino cronológica. Aparecen en él artículos que tratan desde la Teología Fundamental hasta la vida cristiana, pasando por el tratado de Dios, la Cristología y los tratados sobre la Gracia y los Sacramentos.
La consulta inmediata en cuestiones teológicas y pastorales se hace imprescindible. Este diccionario tiene en cuenta estas necesidades y desarrolla de forma sencilla y breve 373 conceptos. AL final de cada uno de ellos tiene una bibliografía básica interdisciplinar en torno a las grandes cuestiones de la acción pastoral.
El año 2000 celebramos el segundo centenario de la muerte de John Henry Newman, efemérides que -como todo centenario- invitaba a introducirse en el campo de la biografía. Así pues, siguiendo el gusto del propio Newman, quien en una carta escribió: «Un método mucho más perfecto que el de la Biografía corriente es, si se puede llamar así, el Método de la Correspondencia», presentamos aquí una peculiar «Autobiografía» del gran cardenal inglés, excrita por él pero concebida por otros: no hay mejor testimonio de su vida que las cartas que escribió a lo largo de la misma, acompañadas, cuando es oportuno, de las anotaciones de sus diarios. Queremos, de este modo, acercar todavía más al lector la figura de uno de los más importantes pensadores de la historia contemporánea europea.
Dios rico, hombre pobre; Dios todo, hombre nada. Tal es la tremenda sospecha que, desde Feuerbach y Niestzsche, envenena las relaciones entre la Modernidad y el Cristianismo.
Dialogar con esta sospecha y dejarse interrogar por ella acerca de nuestras deformaciones históricas en la piedad individual, en la teología oficial o en el secuestro burgués del Evangelio; interrogar, a su vez, a esa sospecha, confrontándola con la experiencia cristiana original y poniendo al descubierto sus profundos malentendidos: tal es el propósito principal de este libro.
Para ello, sin tópicos menosprecios del "Dios de los filósofos", se acude, ante todo, al Dios de Jesús. Al Dios que en Jesús de Nazaret se muestra como salvación incondicional que afirma al hombre en su más profunda autonomía; que defiende sin ambigüedades al pobre; que, como el "Anti-mal", está siempre del lado del hombre y en contra del sufrimiento y la desgracia. Al Dios que es el sentido y la alegría profunda de la existencia de aquel que lo descubre o entre-descubre.
Dios como Padre (como Padre/Madre), más acá ya de toda sospecha freudiana, es el símbolo fundamental. Símbolo fascinante e inabarcable que este libro intenta, modesta y dialogalmente, exponer ante el lector que sienta de algún modo la llamada de "lo otro"...
ANDRÉS TORRES QUEIRUGA, profesor de Teología Fundamental en el Instituto Teológico Compostelano, y de Filosofía de la Religión en la Universidad de Santiago, miembro de la Real Academia Galega y director de la Revista "Ecrucillada", ha publicado en la Editorial Sal Terrae: Confesar hoy a Jesús como el Cristo (1994), Recuperar la salvación (1995), ¿Qué queremos decir cuando decimos "infierno"? (1995), Recuperar la creación (1997), Fin del cristianismo premoderno (2000) y Por el Dios del mundo en el mundo de Dios (2000).
"Hace ya tiempo -decía el autor en 1979, en la introducción a la primera edición de esta obra- que me anda tentando la idea de ir dándole forma a la intuición de Dios como Padre, como puro amor y bondad. Estoy convencido de que ella puede -quizá deba- reconfigurar toda la teología: ofrece una nueva visión, una nueva perspectiva sobre todos los temas fundamentales.
Quizá fuese, además, el mejor modo de buscar hoy algo y de poder decirlo a los demás. No es el camino de las teorías el que podrá encontrar la salida a la situación actual, sino el de la experiencia, el de la vivencia: en ella es más fácil que todos nos encontremos; y, si aseguramos algo así en la Iglesia, no sería difícil ir elaborando la configuración teórica.
La religión se ve muchas veces cargada con un peso ajeno: experimentada como imposición más o menos represiva. Aparece como religión del deber: de la limitación de la existencia, de la exigencia que no permite descansar... Falso. El peso de la vida no es el peso de la religión, sino el de la existencia como tal. Es el ser hombre, el realizarse como persona, lo que resulta difícil (también tiene sus gozos...). Ser persona: he ahí la exigencia, la llamada hacia adelante, la tarea y la dureza de la libertad".
Aquella edición no tuvo la suerte que se merecía, a pesar de la claridad y rigor con que desarrollaba su intuición central: "la de Dios como salvador -única y exclusivamente como salvador-, con un amor tan gratuito y entregado que nos resulta, literalmente, increíble. Y la preocupación decisiva de sus páginas brota del contraste, dolorasamente sentido, entre esa generosidad sin límite ni frontera y el terrible malentendido cultural que la ha eclipsado: al menos en Occidente, se ha acabado por interpretar como una oscura carga que aliena, encoge y oprime, lo que era luminoso ofrecimiento de gracia".
Por eso se reedita ahora, dieciséis años después. Mientras tanto, en esta misma Editorial se han publicado dos ediciones de Creo en Dios Padre. El Dios de Jesús como afirmación plena del hombre, (que tiene mucho de explicitación y prolongación de algunos temas aquí esbozados) y tiene el autor el proyecto de publicar Recuperar la creación. Por una religión humana, donde quisiera prolongar y ahondar de manera expresa tanto la intuición como el propósito que le movieron a escribir estas páginas.
Esta selección de las obras de Lutero es ya un clásico en nuestra lengua. Imprescindible en cualquier biblioteca abierta a los autores que han intervenido en la construcción de nuestra cultura. Veintiún escritos, dispuestos por orden cronológico y seleccionados para abarcar los campos principales de su pensamiento y su acción.
Se hallarán obras polémicas como las 95 tesis, la violenta Cautividad babilónica de la Iglesia, junto a tratados como la Libertad del cristiano, Derecho de la comunidad a elegir a sus predicadores, bíblicos, pastorales, catequéticos como el Catecismo breve, económicos como el Tratado sobre el comercio y la usura, donde esgrime toda su fuerza contra las formas desacostumbradas del naciente capitalismo; la serie dura y relacionada con la Guerra de los Campesinos y Thomas Müntzer, o páginas íntimas como sus Cartas, sus Charlas de sobremesa, que revelan un Lutero inesperado, en su amargura o en la cumbre de su honor sajón.
En atención al lector, esta edición se abre con una amplia introducción general que sitúa la producción luterana en su contexto histórico y estudia toda la amplia problemática religiosa.
La traducción de las obras, tradicionalmente vedadas a tantos lectores en castellano, se basa en ediciones príncipes contrastadas con ediciones críticas modernas. Preparada por un historiador, esta rigurosa selección ha sido realizada con un carácter esencialmente objetivo, lo que hará posible y positiva la lectura de unos libros que en su tiempo estuvieron entre los más leídos y que aún hoy conservan una envidiable actualidad.