Este libro, a diferencia de los primeros volúmenes aparecidos tras la elección del papa Francisco, pretende ayudar al lector a rezar. De modo que adentrarse en su persona, conocer su pensamiento, resulte aquí secundario. Estas páginas son, sobre todo, una ayuda para hablar con Dios sobre los temas que al Papa le preocupan. Desde su primera aparición pública puso a rezar a los miles de fieles, que en ese momento le escuchaban expectantes en la Plaza de San Pedro. Primero por el papa emérito Benedicto XVI y, tras pedir oraciones de unos por otros, a orar en silencio por él para que el Señor lo bendijese. Y, antes de despedirse, añadió: "mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma". Sí, el verbo más empleado en su primera aparición fue este: rezar. Y de ahí que estas páginas quieran responder a ese primer deseo del Pontífice. Para ello hemos entresacado de todas sus intervenciones públicas desde que fue nombrado cardenal por Juan Pablo II -21 de febrero de 2001- aquellos pasajes que puedan empujarnos y enseñarnos a rezar.
Son muchas las dificultades que hoy se suscitan en torno a la moral. Se sabía muy bien cómo había que comportarse, pues en los libros de texto y en las enseñanzas de la Iglesia se especificaba con claridad la conducta del creyente. Pero una presentación de este tipo ha perdido mucha credibilidad en nuestro mundo.
La gente desea saber, sobre todo, por qué se ha de actuar de una manera determinada. Por otra parte, el pluralismo, existente incluso en la propia Iglesia, provoca bastante desconcierto y confusión. Los interrogantes que hoy muchos se plantean requieren una respuesta que pueda resultarles aceptable. ¿Por qué esa pluralidad de opiniones? ¿Es la fe o la razón la que fundamenta las valoraciones éticas? ¿Hay algo específico en la moral cristiana? ¿Existe todavía el pecado? ¿Hemos superado la maldición de la ley?
En torno a esta crisis, el autor desea ofrecer unas reflexiones breves y sencillas, sin necesidad de aparato crítico, para que el lector pueda comprender esta situación y orientarse en medio de ella.
EDUARDO LÓPEZ AZPITARTE, jesuita, profesor de Moral en la Facultad de Teología de Granada, ha escrito 24 libros sobre temas de su especialidad y unos 300 artículos en diferentes revistas nacionales y extranjeras. Su magisterio se ha extendido también por numerosos países de África y América. Sal Terrae ha publicado recientemente sus libros: Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios para una ética sexual / Hacia una nueva visión de la ética cristiana.
Karol Wojtyla —más tarde papa Juan Pablo II—, la figura más representativa del renacimiento filosófico-teológico polaco de la posguerra, nos ofrece en este libro el primer jalón —las primicias— de su trayectoria de pensador, medularmente centrada en la comprensión y en la explicación del hombre cristiano.
Traducción del texto original (Doctrina de fide apud S. Ioannem a Cruce) e introducción de Álvaro Huerga.
La sociedad occidental del inicio del siglo XXI ha alcanzado un extraordinario avance tecnológico y un notable nivel de bienestar.Junto a este enriquecedor progreso la verdad sobre la sexualidad, el matrimonio y la familia está siendo contaminada por elementos extremadamente nocivos: erotismo, hipersexualidad, individualism o, relativismo, consumismo, sentimentalismo, etc.En las distintas páginas de este libro se aportarán una gran cantidad de datos que reflejan situaciones, muchas veces pasadas por alto o desconocidas, que se deberían tener en cuenta a la hora de dialogar sobre estos temas tan decisivos para la felicidad de la persona y de la entera sociedad.
Por primera vez se reúnen en un libro los principales textos escritos por el Santo Padre desde el inicio de su pontificado.
La Iglesia católica parece haber iniciado el camino hacia una modernización largamente reclamada desde diversos sectores sociales. El papa Francisco aboga por una nueva forma de entender la religión: frente al juicio acerca de conductas y decisiones individuales o la estricta observancia de una tradición que comienza a vislumbrarse sobrepasada por los vaivenes de un mundo en constante cambio, la comunidad católica ha de expresar su vocación de estar junto a los excluidos y los que sufren. Los escritos que se recogen en estas páginas son el testimonio de la vocación integradora del papa, partidario de una Iglesia para todos.
Si algo busca siempre un pastor es encender la llama de la Esperanza en su pueblo. Ella es, en definitiva, la que lo sostiene todo en el corazón creyente. Pero no nos engañemos: la fe no nos ahorra las dificultades ni los contratiempos de la vida. No siempre es fácil caminar. A veces el combate de la vida se vuelve arduo y cansado, hasta el punto de vernos tentados de desesperanza.Estos escritos guardan un tono positivo, de resurrección. Nos halan de la Pascua, de "hacer memoria", de caminar siempre de nuevo, de salir, de evangelización... de Esperanza.Francisco nos invita a dejarnos seducir por la certeza de la promesa: "yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos". No tengamos miedo. "¿Miedo a qué? - dice Francisco - . No tengas miedo a la Esperanza... porque la Esperanza nunca defrauda".
Con bello estilo y afán de clarificar las cuestiones de modo sugestivo, los autores nos invitan a descubrir la importancia de la fecundidad en diversas vertientes: la potente palabra divina, la familia abierta al prodigio de la vida, la comunidad religiosa? Al tiempo que describen sus temas, los autores ponen en vibración nuestra capacidad imaginativa y nos ayudan a descubrir la riqueza de nuestra existencia. Nos vemos llamados a ser fecundos en la vida diaria, por cuanto nuestro ser es fruto de una llamada generosa, y nos pide una respuesta de agradecimiento. Desde un principio, estamos encauzados por el fecundo esquema apelación-respuesta, que nos orienta hacia el acontecimiento de encuentro, por el que pasan las vías más fértiles de la fecundidad humana.Este libro nos depara una deliciosa lectura, que recuerda la parábola del sembrador. Los autores esparcen mil semillas, pero no a voleo, sino con buen orden, que es fuente de la más alta belleza? (Alfonso López Quintás).
Palabra de Dios y Liturgia son dos lugares privilegiados para la ejercitación de la teología. De hecho, cuanto más se aproxima el creyente a la Palabra escuchada en el ámbito celebrativo, más toma conciencia de la profunda verdad que atesora el adagio Lex orandi, lex credendi.
No debe perderse de vista, además, que la búsqueda del conocimiento riguroso a través del método teológico llega a su culmen cuando se integran todos estos datos con la mayor coherencia posible y en plena sintonía con la gran tradición cristiana.
La reforma promovida por el Concilio Vaticano II ha querido hacer pedagogía al proponer la imagen de la «mesa» de la Palabra. En la eucaristía, que es la celebración litúrgica ejemplar, los cristianos se alimentan de la Palabra de Dios a través de la escucha atenta, y sólo después responden dialogalmente con su oración de súplica a lo que se les comunica de lo Alto.
Teología, liturgia y vida se encuentran íntimamente conectadas. Por esta razón, sigue siendo una tarea urgente ayudar al pueblo cristiano a captar las inagotables riquezas de la Palabra de Dios cuando es proclamada en la asamblea litúrgica.
Cesare Giraudo es profesor de teología dogmática y liturgia en el Pontificio Instituto Oriental y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.