cott Hahn, educado en un College americano a la sombra de ilustres pensadores calvinistas y evangélicos, analiza en esta ocasión los obstáculos para entender la fe católica. Ofrece una explicación razonable sobre el parentesco entre la razón y la fe, la naturaleza y el mundo sobrenatural. Hahn defiende cómo estas realidades complementarias manifiestan la existencia de Dios, e invita al lector a reflexionar sobre las mismas razones que le llevaron a su conversión.
La fe es razonable se dirige a creyentes que buscan fortalecer su fe, y también a los que siguen buscando respuestas capaces de satisfacer tanto su mente como su corazón.
Scott Hahn es profesor de Teología y Sagrada Escritura en la Franciscan University de Steubenville (Ohio), y ha sido nombrado por el Papa Benedicto XVI catedrático de Teología Bíblica y Proclamación Litúrgica del Saint Vincent Seminary (Latrobe, Pennsylvania).
Es autor de más de una docena de libros, entre otros: Roma, dulce hogar; La Cena del Cordero; Dios te salve, Reina y Madre; Lo primero es el Amor; Señor, ten piedad; Comprometidos con Dios y Trabajo ordinario, gracia extraordinaria, publicados por Rialp.
Está casado y es padre de seis hijos. Actualmente vive en Steubenville, Ohio
Para Edith Stein, el concepto teológico-espiritual de «fondo del alma» es el «lugar más personal del yo» dentro de la profundidad inefable del alma humana. Allí se toman las decisiones existenciales absolutamente simples. El «fondo del alma» constituye al hombre. Es el lugar de la fuerza vital indivisa que solamente puede llevar al hombre a una vida lograda cuando el yo está vinculado a él. Cada hombre posee este lugar misterioso de «vida originaria (Urleben)».
Stein distingue entre «yo» y «alma», y entre «fondo del alma» y «yo». Sin embargo, estas nociones se encuentran esencialmente relacionadas entre sí y forman en el hombre una unidad. Precisamente la «antropología de la distinción y de la unidad» es la principal contribución de Stein en este campo. Facilita entender cómo el «fondo del alma» puede relacionarse con las «partes» y «potencias» del hombre. Con todo, la relación del «fondo» con la conciencia humana y la sindéresis, y las relaciones entre la gracia increada –Dios–, la gracia creada y el «fondo del alma» como lugar de unión con Dios son cuestiones que permanecen abiertas.
El corazón del mundo es un libro escrito en clave poética que quiere abrir los ojos del corazón del hombre. El corazón del mundo es la Iglesia, nacida del corazón de Cristo. Esta Iglesia, engendrada con dolor en la cruz, engendra cada día a Cristo en medio de continuos sufrimientos. Pero en ella se dilata gozosamente el corazón de Cristo hasta convertirse en el corazón del mundo y a través de ella la sangre de Cristo circula por el cuerpo de la historia. La alianza entre Cristo y la Iglesia constituye el sentido del mundo. Y el sentido del mundo es el amor.
La teología y la espiritualidad constituyen dos disciplinas académicas que pueden ayudarnos a tender puentes hacia otras áreas de estudio y facilitarnos la comprensión de fenómenos como la transformación global que vive nuestro mundo. Daniel G. Groody, al hacer en esta obra una lectura teológica de la globalización y una lectura global de la teología, ofrece una contribución para que podamos comprender mejor estos tiempos de cambio generalizado.En lugar de presentar por separado los beneficios y los perjuicios de la globalización, Groody intenta estudiarla por dentro, desde el privilegiado punto de vista de lo que él llama el terreno del corazón humano. Desde esta perspectiva, la globalización no es simplemente un asunto económico, político, social, antropológico o cultural, sino que constituye un problema humano; por eso, los males de la globalización no pueden resolverse en último término sólo con una mejor planificación económica, política y social. Para un cristiano, la superación radical de los aspectos pecaminosos de la globalización, como de cualquier otro problema humano, sólo puede lograrse a través de la conversión, es decir, del retorno a Dios.
Edición preparada por Francisco Calero Calero y Marco Antonio Coronel Ramos. Revisión del texto por Javier Vergara Ciordia.
El Diálogo de doctrina chistiana tiene como finalidad la explicación de las verdades de la religión cristiana. Es una obra maestra de la dialogística española, tanto por la profundidad de su contenido como por la belleza literaria de su composición. En el Diálogo, intervienen tres personajes: Eusebio, Antronio y el arzobispo de Granada, Pedro de Alba. Fue publicado de forma anónima el año de 1529 en Alcalá de Henares. Tradicionalmente se ha atribuido la autoría a Juan de Valdés, pero en el cuerpo del presente libro se demuestra que él no pudo ser el autor porque ni la espiritualidad ni las características de la lengua ni la forma de traducir se corresponden con las Valdés. Por el contrario, coinciden a la perfección con las de Juan Luis Vives, que debe ser considerado su autor, aunque quisiera permanecer oculto.
Esta obra fue reconocida en octubre de 2010 con uno de los premios que otorga anualmente la Unión de Editoriales Universitarias, en la categoría Premio a la mejor coedición con una editorial privada. El jurado ha seleccionado esta obra que «supone la recuperación de un gran texto, obra clave de la dialogística española y un clásico en el estudio del cristianismo en Europa […] La solidez en la formación histórica, filosófica y teológica de los autores del trabajo garantizan un aparato crítico riguroso y detallado».
Vocación sacerdotal es un amplio estudio, desde la perspectiva teológica- pastoral-pedagógica), de la vocación al sacerdocio en la Iglesia actual, llevado a cabo por un grupo de especialistas en el tema. Se aborda desde la nueva situación de cambio, que representa la realidad eclesial-sociorreligiosa-cultural, con una fuerte incidencia en los nuevos planteamientos de la pastoral vocacional. Desde esta angulación se destacan: la raíz bíblica de la vocación paulina y evangélica; la vocación sacerdotal en el conjunto de los ministerios eclesiales; la complementariedad entre la experiencia interior (carisma) y la llamada eclesial (misión); las claves, en fin, de la animación pastoral. Todo ello representa un “salto cualitativo” hacia una renovada pastoral vocacional y el planteamiento de la vocación al sacerdocio en el marco de la misión de la Iglesia, contando con la imprescindible diversidad carismática y ministerial, aceptando el reto de una fascinante aventura espiritual, en búsqueda de una Iglesia más mística, fraternal y diaconal. Este es el marco hoy de la pastoral vocacional y concretamente sacerdotal
La Teología Fundamental trata de responder de manera científica a la invitación que el Apóstol dirige a los cristianos a que estén siempre dispuestos a “dar razón de la esperanza”. Partiendo de la fe en la revelación de Dios en Cristo, analiza la naturaleza de la misma revelación y del acto de fe, así como su modo de situarse en relación con la razón y la existencia humanas.
Se articula en dos partes. La primera se presenta como una teología de la revelación y de la fe, a la cual se une un examen de la teología de las religiones. La segunda, contiene un amplio estudio de la credibilidad de la revelación en sus diversos aspectos y relaciones, tanto teológicos como antropológicos. Este estudio culmina en una desarrollada exposición de los signos primordiales de la revelación que son Cristo y la Iglesia.
El conocimiento de las cuestiones abordadas proporciona una información y reflexión sobre las cuestiones fundamentales en las que se apoya la fe cristiana, así como la capacidad para establecer un verdadero diálogo de la fe, tanto con la razón y la cultura, como con los hombres religiosos en general.
La carrera teológica del cardenal estadounidense Avery Dulles abarca uno de los períodos más creativos pero también más confusos de la historia de la Iglesia católica. Tal como recoge en El oficio de la teología, los años que siguieron al Concilio Vaticano II fueron años turbulentos para la Iglesia, en los que obispos, teólogos y católicos en general intentaron aplicar e implementar las enseñanzas conciliares. En este proceso, las diversas escuelas teológicas emprendieron caminos distintos y a menudo contradictorios que resultaron en una pérdida de coherencia de la teología católica.
El empeño de Avery Dulles en este libro es, precisamente, reconstruir una comunidad de discurso para la teología, de manera que pueda compartir de nuevo un lenguaje, unos objetivos y unas normas comunes que lleven a un mayor consenso y permitan servir de manera más efectiva a la Iglesia .De ahí su hincapié en el carácter eclesial de la teología.
Dulles muestra cómo una teología «post-crítica» puede beber de la riqueza de las Escrituras y de la tradición para reflexionar sobre la fe y el papel de la Iglesia hoy en día. En El oficio de la teología Dulles aborda cuestiones como a libertad académica en la enseñanza de la teología en la universidad, y sienta las bases para un diálogo renovado de la teología con la filosofía, las ciencias y otras iglesias cristianas.
El oficio de la teología fue galardonado en Estados Unidos con el primer premio de la Asociación de la Prensa Católica en 1993.
En contadas ocasiones a lo largo de la vida, los hombres padecen injusticias que los sobrepasan o son llevados a situaciones de extrema opresión, como la pérdida radical de la libertad. Es entonces cuando algunos sacan milagrosamente de sí lo mejor que poseen.
También en las cárceles del régimen nazi hubo personas que lucharon para que no fuera definitivamente conculcada la dignidad humana. Su comportamiento y sus decisiones altruistas testifican la perenne necesidad que existe de luchar contra toda desesperanza, de reparar en lo posible las injusticias y de anticipar un futuro más humano.
Dietrich Bonhoeffer nació en 1906 en Breslau (Alemania). Fue pastor, teólogo y profesor. Miembro de la Iglesia confesante alemana, participó activamente en la resistencia contra Hitler. Encarcelado en 1943, fue ejecutado el 9 de abril de 1945.