La transmisión de la fe se ha convertido en el centro de las ocupaciones y de las preocupaciones de nuestras iglesias occidentales. Bajo esa expresión se condensa lo mejor y lo peor de la actual sensibilidad eclesial y pastoral: de lo peor, porque en muchas ocasiones se vive con agobio, tristeza o impotencia; de lo mejor, porque es el aliento de los proyectos evangelizadores más creativos e ilusionantes.
La transmisión de la fe es más que ocupación o preocupación de las comunidades eclesiales. Hace falta una reflexión serena y de largo alcance para saber exactametne de qué se habla cuando se coloca la transmisión de la fe como eje de la agenda eclesial y pastoral: reflejar la originalidad de la fe como gozo del evangelio.
Un ensayo sobre la doctrina de la vocación universal a la santidad acogida con júbilo en el inmediato posconcilio y propuesta con renovada fuerza por Juan Pablo II.
Llamados a ser santos es un estudio sobre la doctrina de la vocación universal a la santidad acogida con júbilo en el inmediato posconcilio, de muy lenta asimilación en los años sucesivos, y propuesta con renovada fuerza por Juan Pablo II al inicio del tercer milenio. El libro persigue una doble finalidad. Primeramente, mostrar la presencia durante la primera mitad del siglo XX de una doctrina evangélica y apostólica que sería recordada con especial solemnidad por el Concilio Vaticano II, y valorar su posterior acogida. Para ello se estudian los precedentes del magisterio, los textos conciliares, las enseñanzas de los pontífices que posteriormente procuraron actuarlos, y su recepción en los manuales de teología espiritual. En un segundo momento, se ofrece una síntesis del contenido y las consecuencias de la llamada universal a la santidad orientada a facilitar una incisiva acción pastoral y de catequesis, de acuerdo con las indicaciones de Juan Pablo II: ´poner la programación pastoral bajo el signo de la santidad es una opción llena de consecuencias. Significa expresar la convicción de que, si el Bautismo es una verdadera entrada en la santidad de Dios por medio de la inserción en Cristo y la inhabitación de su Espíritu, sería un contrasentido contentarse con una vida mediocre, vivida según una ética minimalista y una religiosidad superficial´ (Carta apost. Novo millennio ineunte, n. 31). Esta monografía teológica no solo se dirige al mundo académico. Los abundantes textos que se ofrecen del magisterio y de la manualística, junto con los balances finales de cada capítulo, lo hacen también idóneo para todos los cristianos interesados en la comprensión y difusión de esta doctrina.
He aquí un libro que recoge temas básicos de la teología y los presenta de modo útil y comprensible para los lectores. Se trata de una introducción que quiere ser sobre todo una invitación a la teología. La ciencia teológica tiene que ver con todos los cristianos y no es ya un conocimiento o una actividad solamente de clérigos y candidatos al sacerdocio.
Pide la atención de los hombres y de las mujeres que se preguntan por el sentido de su existencia y por su destino último. Es un saber que se abre a la humanidad, sin límites de áreas culturales, modos de pensar, clases sociales o razas.
Desde una idea de teología como sabiduría, ciencia rigurosa, y praxis de la vida eclesial, este texto, que se despliega en una estructura transparente, ofrece los elementos más importantes y significativos para entender el ser, y el quehacer teológicos, Y ayudará a comprender también por qué la teología forma parte de la cultura humana.
¿Qué es la teología? Para responder a esta cuestión no basta con presentar de manera aséptica una ciencia tan peculiar; es preciso implicarse en su ejercicio. En este sentido, la presente obra recorre los lugares y las formas fundamentales donde la teología se ha fraguado y por los que ha ido caminando a lo largo de su historia. Dichos lugares tienen que ver con la realidad interna que caracteriza a esta ciencia, es decir, la revelación de Dios, la fe del hombre, la comunidad eclesial, la Escritura, la Tradición y el magisterio.
Por otra parte, para definir a la teología resulta obligado acercarse a los teólogos más significativos de la historia que han aportado las formas teológicas decisivas en la configuración del ser y del aparecer de la teología. Ellos son en buena medida los mejores ejemplos de lo que significa el quehacer teológico: asumir el riesgo de creer y de pensar en cada momento histórico.
A medio camino entre el ensayo y el manual, este libro ha sido escrito desde el convencimiento del necesario diálogo que la teología tiene con el resto de las ciencias humanas en busca de la verdad del hombre, de la realidad y de Dios. La teología no posee ciertamente la única ni la última palabra en estos temas esenciales, pero ofrece la suya como servicio a la Iglesia y a la sociedad.
Buscar, acoger y experimentar en plenitud la vida en su centro es la tarea que el filósofo Miguel García-Baró se ha impuesto en los once ensayos que componen De estética y mística.
Una empresa tan ambiciosa ha de partir sin duda del reconocimiento de las pocas fuerzas que todo ser humano posee, pero también del convencimiento de que nadie puede pretender quedar eximido de gastar sus mejores energías intentando acceder al corazón mismo de la realidad.
Cuando se explora con perseverancia el centro de la vida, se roza el misterio y lo inefable comienza a revelarse revistiendo de luz cada fenómeno. Entonces tal vez sólo el silencio sea la última y definitiva palabra.
Ni el espiritualismo descarnado que deja al margen el mundo v la historia del hombre, ni el inmanentismo que distingue a las utopías intrahistóricas traducen fielmente la genuina esperanza cristiana. Lo que singulariza a ésta, y lo que caracteriza, por consiguiente, un verdadero discurso escatológico, es la paradójica imbricación de inmanencia y trascendencia, presente y futuro, ya y todavía no de la salvación que Dios ha acordado en Cristo a toda la humanidad y toda la creación.
Partiendo, pues, de una orientación que insiste en la relación entre este mundo y el mundo futuro, entre compromiso temporal y esperanza teologal, el autor articula su obra en dos grandes partes. En la primera aborda la cuestión del origen, desarrollo y fijación definitiva de las ideas escatológicas en el Antiguo y en el Nuevo Testamento; en la segunda presenta una rigurosa visión sistemática de la escatología cristiana, en su doble aspecto: colectivo (parusía, resurrección de los muertos, nueva creación, vida eterna, muerte eterna) e individual (muerte y purgatorio).
Juan Luis Ruiz de la Peña Solar nació en Vegadeo (Asturias) de 1937 y murió en Oviedo el 27 de septiembre de 1996. Después de cursar estudios eclesiásticos en el Seminario de Oviedo, se doctoró en Teología en la Universidad Gregoriana de Roma en 1970. Fue profesor de Teología en el Seminario de Oviedo yen la Facultad de Teología del Norte de España, y catedrático de Antropología Teológica en la Universidad Pontificia de Salamanca. En su producción literaria destacan las obras siguientes: La otra dimensión. Escatología cristiana (Madrid 1975); Las nuevas antropologías. Un reto a la teología (Santander 1983); La muerte; destino humano y esperanza cristiana (Madrid 1984); Teología de la creación (Santander 1986); Crisis y apología de la fe (Santander 1994)
Edición preparada por Francisco Canals Vidal.
Esta antología no es exhaustiva. Tampoco va directamente orientada a lo devocional. Al respecto hay muchos textos que podrían haber sido incluidos. Lo que se ha pretendido es señalar los hitos fundamentales en la comprensión de la figura de San José. Para ello se han tenido en cuenta las enseñanzas del Magisterio y de los santos, aunque no han podido obviarse otros autores que, por su importancia, en la josefología, no debían faltar en este trabajo. Pretendemos así que no se cierre la reflexión sobre el Patriarca del Pueblo de Dios, confiando en que un estudio más amplio de su figura redundará no sólo en el campo de la teología, sino también en el de la vida de la Iglesia.
Francisco Canals Vidal (Barcelona 1922) es doctor en Filosofía, Derecho y Teología. Ha sido catedrático de Metafísica en la Universidad Central y profesor titular de la cátedra de Teología de la Fundación Balmesiana. De entre sus múltiples obras cabe destacar: Historia de la filosofía medieval (41992), San José, patriarca del Pueblo de Dios (21994), Los siete primeros concilios (2003), Tomás de Aquino, un pensamiento siempre actual y renovador (2004), Mundo histórico y Reino de Dios (2005).