La presente «Historia del cristianismo» es un renovador y ambicioso proyecto que, en cuatro volúmenes, reconstruye y documenta el devenir histórico del cristianismo, desde sus orígenes hasta el mundo contemporáneo. Se trata de una obra colectiva elaborada con una perspectiva ecuménica por especialistas en diversas materias: teólogos, filósofos, historiadores y filólogos.
Hablar de cristianismo —y en especial el del Medievo— implica remitirse a algo más que la mera sucesión de papas, por decisiva que haya sido la actuación de muchos de ellos. Supone recordar el conjunto de instituciones y dogmas a través de los que se aspiró a articular la vida y el pensamiento de una sociedad. Es también profundizar en lo que comúnmente se denomina espiritualidad: la fuerza codificadora de las normas de vida interior de una minoría de privilegiados en lo intelectual o en lo moral, pero también esa dinámica capaz de articular los sentimientos (¿mentalidades?) de la masa de fieles. Asimismo, es reconocer las inercias del pasado que hacen que con frecuencia el cristianismo sea un estrato religioso bajo el cual asoman viejos atavismos a los que oficialmente se define como supersticiones. Y es, finalmente, valorar intentos de renovación no siempre bien orientados por sus protagonistas y muchas veces mal entendidos por sus detractores: llamémosles reformas, herejías o disidencias.
La presente «Historia del cristianismo» es un renovador y ambicioso proyecto que, en cuatro volúmenes, reconstruye y documenta el devenir histórico del cristianismo, desde sus orígenes hasta el mundo contemporáneo. Se trata de una obra colectiva elaborada con una perspectiva ecuménica por especialistas en diversas materias: teólogos, filósofos, historiadores y filólogos.
El volumen inaugural de esta Historia, consagrado al cristianismo en el mundo antiguo, exhibe muchas de estas características. Sus autores abordan el primer cristianismo desde distintos ámbitos científicos (la teología, el hebraísmo y, por supuesto, la historia antigua), privilegiando una perspectiva no confesional, y teniendo muy en cuenta tanto sus orígenes semitas como su sólida implantación en los países orientales, tan alejados en ocasiones de la cultura clásica grecorromana. Al enfocarse el fenómeno cristiano desde una óptica multidisciplinar, adoptando una lectura histórica, se quiere no sólo superar la visión apologética del mismo, sino también poner de relieve su profunda incidencia en el entorno social.
Este último volumen de la Historia del cristianismo aborda el estudio del cristianismo en el mundo contemporáneo, es decir, desde la Revolución francesa, que marca el final de la estructura política del Antiguo Régimen, hasta los inicios del tercer milenio, un periodo marcado por el cambio, la secularización y la mundialización y, por tanto, de grandes retos para el mundo cristiano. La Ilustración, al cambiar la dirección del alma colectiva del hombre europeo, desencadenó, en nombre de la razón, un proceso de transformación económica, social y política cuyas consecuencias llegan hasta hoy; negó las creencias que fundaban la sociedad tradicional y las sustituyó por un nuevo proyecto de hombre y de sociedad opuesto al mundo cristiano; y, finalmente, rompió las fronteras de la Europa cristiana y sus colonias y amplió su horizonte de acción a todo el mundo en diálogo y confrontación con otras civilizaciones milenarias. ¿Cómo ha afrontado el cristianismo estos retos internos y externos y qué respuestas ha ido dando a lo largo del proceso? Ésta es la pregunta que guía estos trabajos.
Tres son los ejes que articulan el volumen: mundo contemporáneo, Modernidad y cristianismo. Mundo contemporáneo como referencia al periodo temporal que va desde la Revolución francesa hasta el inicio del siglo XXI, Modernidad en el doble sentido de conciencia histórica y de categoría sociológica, y cristianismo, analizado desde diferentes perspectivas: como cosmovisión y Ethos, inculturado en formas de vida, organizado en iglesias, grupos y movimientos sociales, y plasmado en múltiples manifestaciones artísticas, desde la arquitectura hasta el cine.
Como diccionario teológico, histórico y sistemático, esta obra refleja el último estadio del desarrollo de la investigación actual acerca de la historia de la Iglesia, en su contexto temporal y geográfico. A fin de comprender la Iglesia cristiana en su apariencia actual y formarse una opinión al respecto es imprescindible disponer de conocimientos sólidos acerca de la continuidad, complejidad y relatividad de los procesos eclesiásticos a lo largo de los tiempos.
Las alrededor de trescientas cuarenta entradas del presente diccionario recogidas en 2 tomos proporcionan al lector informaciones clave sobre multitud de temas y sucesos de relevancia en la historia de la Iglesia, y siguen en grandes líneas tres categorías de entradas. Primero, las cuestiones clásicas de la historia de la Iglesia –como el “Cisma de Occidente” o el “Exilio en Aviñón”. Segundo, artículos que informan sobre el desarrollo eclesiástico en una determinada región geográfica o país mediante una presentación sinóptica. Y, finalmente, artículos sistemáticos, tales como “Imperio”.
Una lista detallada de entradas integradas facilita la orientación del lector y le permite encontrar rápidamente la información que desea.
La versión alemana de este Diccionario enciclopédico de historia de la Iglesia ofrece los artículos aparecidos en el ya clásico Lexikon für Theologie und Kirche en una revisión revisada y actualizada bajo la supervisión de Bruno Steimer. La presente edición en castellano cuenta, además, con la aportación o ampliación de cuestiones relacionadas con la Península Ibérica y Latinoamérica, a cargo del profesor Ignasi Fernández Terricabras. En las bibliografías de las distintas entradas se han incorporado los títulos de la literatura más reciente, y para esta edición también las principales referencias al alcance del lector hispanohablante.
Este último volumen plantea el problema más vital parta el cristiano: el modo propio de vivir entre el Bautismo y la Parusía. Esta dimensión de la vida personal se contempla desde una perspectiva sacramental, profundizando en los sacramentos personales que posibilitan el crecimiento de la persona cristiana. Todo ello conduce a la doctrina de la escatología como culminación de toda la historia de la Salvación: el juicio divino. Juicio de misericordia realizado por Cristo que será la salvación de la Historia.
La presente «Historia del cristianismo» es un renovador y ambicioso proyecto que, en cuatro volúmenes, reconstruye y documenta el devenir histórico del cristianismo, desde sus orígenes hasta el mundo contemporáneo. Se trata de una obra colectiva elaborada con una perspectiva ecuménica por especialistas en diversas materias: teólogos, filósofos, historiadores y filólogos.
Este esfuerzo conjunto busca servir tanto de obra de referencia rigurosa y práctica en la docencia e investigación universitarias, como de introducción científicamente fiable al conocimiento del cristianismo histórico por parte del lector culto, conjugando la sencillez narrativa con un contenido crítico y abundante en datos históricos. Se propone, así, romper con la inveterada tradición que durante siglos ha confinado la historia de la Iglesia y del cristianismo a las facultades eclesiásticas de teología, e intenta salvar el empobrecedor eurocentrismo que ha venido lastrando su tratamiento científico.
Este tercer volumen de la «Historia del Cristianismo» se dedica a la Edad Moderna. A comienzos del XVI se puede hablar de una continuidad en la unidad intelectual de la cristiandad latina. Sin embargo, empiezan ya a percibirse grandes diferencias en el comportamiento y en la práctica religiosa de los europeos del momento, lo que supondría un claro síntoma de la ruptura religiosa tras la aparición de la Reforma luterana. Como resultado surgió una Europa plural en cuanto a creencias religiosas, con un alto precio en persecuciones y guerras religiosas, resultado del afán por encontrar una nueva expresión del sentimiento religioso más de acuerdo con las Sagradas Escrituras, que tuvo en los humanistas sus más preclaros defensores. Daba comienzo una fase en la que el factor religioso comenzó a pertenecer al ámbito privado, y entró en un proceso de secularización de la mano del análisis, la reflexión y la crítica amparados por el Humanismo y la sociedad científica que avanzaba de modo irreversible hacia la desacralización de la sociedad con el Siglo de las Luces.