Søren Kierkegaard fue, sin duda, una de esas impertinencias con las que de cuando en cuando nos abofetea la historia para que no nos durmamos en los laureles, para que no nos dejemos arrastrar por la corriente, para que no olvidemos que todo orden establecido se encuentra bajo sospecha en el momento mismo en que queda establecido. Aunque la lucha que llevó a cabo el pensador danés tuvo un campo de batalla bien definido y unos enemigos concretos, a pesar de que sus controversias se lidiaron en zonas de la filosofía y de la teología prácticamente inhóspitas para el lector del siglo xxi, su mensaje, su obra y su vida son tan necesarios para nosotros como la ventilación para una casa que ha permanecido mucho tiempo cerrada.
Kierkegaard es el «filósofo impertinente», porque nadie permanece indiferente tras haber leído sus obras. Algo ocurre, intelectual y existencialmente, cuando uno se topa con él, de alguna manera se nos queda clavado un aguijón en la carne con el que hemos de vivir mientras sigamos pensando. El pensador actual que no haya pasado por Kierkegaard, que no se haya sometido a una cura kierkegaardiana, carece de ese plus intelectual que el «filósofo impertinente» llamaba seriedad.
Los filósofos meten las narices en los asuntos más variopintos, son como sabuesos en busca de su presa: el conocimiento, sea este ético, político, metafísico, estético... Y no sólo meten las narices, sino que tocan las narices de sus conciudadanos, porque su labor es cuestionar lo establecido, poner patas arriba lo que damos por seguro y por sabido... Este libro toma como punto de partida las inquietas narices de los filósofos para proponernos un paseo por la historia del pensamiento a través de la vida y obra de cincuenta sabios imprescindibles, cuya aportación filosófica ha cambiado nuestra visión del mundo. De Tales de Mileto a Gianni Vattimo, pasando por Sócrates, Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Erasmo, Maquiavelo, Kant, Hegel, Kierkegaard, Marx, Heidegger, Ortiga y Gasset, Unamuno, Wittgenstein, Popper... y así hasta cincuenta pensadores esenciales, de los que Carlos Goñi desgrana sus grandes aportaciones filosóficas y al final de cada capítulo nos regala algunas anécdotas especialmente significativas y recomendaciones de lecturas para indagar más a fondo en sus vida y en su obra.
Vivimos en una época de desorientación moral. Estamos perdidos en un mar de brumas, sin brújula, sin referencias, sin faro que guíe. Vivimos en la época de la ética borrosa.
Vivimos en una época de desorientación moral. No está nada claro qué es bueno y qué es malo. Todo se considera aceptable. No es que nos encontremos más allá del bien y del mal, sino que estamos perdidos en un mar de brumas, sin brújula, sin referencias, sin faro que nos guíe, sin rumbo. Vivimos en la época de la ética borrosa.
Tras analizar detenidamente los conceptos que la nueva ética ha convertido en borrosos, como el amor, la sexualidad, la familia, la identidad, la política, la moda, la enseñanza, el ocio, la cultura, la religión..., Carlos Goñi propone buscar en el silencio de la reflexión personal. Porque lo que nuestra época necesita, por encima de todo, es silencio.
Carlos Goñi Zubieta (Pamplona, 1963) es doctor en filosofía por la Universidad de Barcelona. Compagina la docencia con la creación literaria. Autor de numerosas obras de divulgación, ensayo y novela sobre temas tan diversos como filosofía, ética, mitología, feminidad, historia o educación. Entre sus últimas publicaciones destacan: Déjate ser feliz, Firmado: Dios, Una de romanos, No me ralles (junto a su esposa, Pilar Guembe), Cuéntame un mito o Breve historia de la filosofía, esta última editada por Palabra.
"La nueva ética borrosa no pretende sino sobrevivir en la tempestad, echarnos un flotador salvavidas del que poder asirnos para ir al capricho de las olas sin hundirnos. No se trata de hacer pie, porque el fondo queda demasiado profundo".