«La Iglesia experimenta concretamente lo que es y debe ser al mirar a María. Ella es su espejo, la medida pura de su ser, porque es totalmente a la medida de Cristo y de Dios, está `plenamente habitada` por él. ¿Y qué sentido tiene el que exista una ecclesia, si no es el de convertirse en morada de Dios en el mundo? Dios no actúa con abstracciones. Es persona, y la Iglesia es persona. Cuanto más nos hacemos personas, cada uno de nosotros, persona en el sentido de habitable para Dios, de Hija de Sión, tanto más nos hacemos uno, y más somos Iglesia, y más es la Iglesia ella misma».
«Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vi-da. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orienta-ción decisiva [...] La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, compen-dian el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (6,4-5). Jesús, haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo [...] Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1).
En un mundo que se va haciendo cada vez más pequeño, el problema sobre el encuentro entre las religiones y las culturas ha llegado a ser una cuestión apremiante. Las distintas religiones tienen ante sí el doble reto de vivir concordemente y contribuir a la educación del género humano para alcanzar la paz. La fe cristiana se ve afectada especialmente por esa problemática, porque desde su origen y por su misma esencia pretende dar a conocer y proclamar universalmente al único Dios verdadero y al único Salvador de toda la humanidad.
¿Podrá seguir manteniéndose hoy en día esa pretensión absoluta? ¿Cómo se compaginará con la búsqueda de la paz entre las religiones y entre las culturas? En el fondo, el verdadero problema consiste en la cuestión acerca de la verdad. ¿Puede conocerse la verdad? ¿O es sencillamente improcedente plantearse la cuestión acerca de la verdad en el ámbito de la religión y de la fe?
Para responder a todas estas cuestiones es preciso saber primeramente qué se entiende por cultura y qué son las religiones; sólo así será posible abordar el misterio del hombre y su real capacidad para alcanzar la verdad.
ENGLISH
"Faith, Truth, and Tolerance"
All religions face the challenge of living in harmony, offering their members an education for peace. Christianity is especially defied, since it has the pretension of proclaiming the one true God and the one Savior of all humanity.
La prima enciclica di Papa Benedetto XVI in spagnolo.
El círculo de discípulos del teólogo y cardenal Joseph Ratzinger ha reunido en este volumen, publicado con ocasión de su 75 aniversario, quince escritos suyos de los últimos años que convergen con coherencia en torno a la realidad de la Communio que es la iglesia.
Eclesiología, ecumenismo y práctica pastoral se entretejen en estas páginas, que ilustran bien el título de la recopilación: los discípulos de Jesús son convocados y unidos en el mismo camino de la fe común para la vida del mundo.
Nos hallamos ante una nueva recopilación de artículos del card. Ratzinger. Siguiendo la tónica de sus últimas publicaciones, el cardenal persigue aclarar y precisar aspectos de la fe especialmente sometidos a discusión en los últimos años. Tal intención determina los argumentos elegidos y el estilo con que se abordan. Respecto a los primeros, destaca, por ejemplo, la exposición que hace de la relación entre la cultura y la Fe. Explica Ratzinger cómo éste no se sitúa en el mismo plano que las culturas, como un elemento más. Al contrario, es capaz de vivificar y corregir todas y capaz, igualmente, de asimilar cuantos aspectos positivos entrañan. En el mismo orden, comenta otras cuestiones, como la historicidad de los textos bíblicos, la dimensión cultural de la Fe, etc. Y, fiel al propósito que le guía, el cardenal se expresa con luminosa concisión, con perfecta claridad. No construye un ensayo creador, sino una síntesis asequible, enderezada a la formación de sus lectores. Esta característica convierte el libro en un escrito apto para un público amplísimo y en un instrumento de la mayor eficacia para ayudar ala fundamentación teórica de los contenidos de la Fe.
Esta obra, que apareció por primera vez en la colección BAC Normal en 1987, cuando su autor era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aborda con palabra franca y vigorosa los temas más candentes de la vida eclesial.
En la primera parte se reflexiona sobre la imagen de la Iglesia que emergió en el Concilio Vaticano II, poniendo de relieve la íntima vinculación que debe existir entre singularidad y universalidad, entre pluralidad y unidad. El ecumenismo es el contenido de la segunda parte. El diálogo interconfesional se presenta como un largo camino hacia la unidad en la caridad, un camino que debe recorrerse confiados en el Espíritu, empeñados, unos y otros, en la búsqueda apasionada de la verdad y sin ceder a la tentación de un fácil concordismo. A las relaciones entre la Iglesia y la política dedica el autor la última y más extensa parte de la obra.
Sin duda, estos tres campos de pensamiento reflejan bien la visión de la Iglesia, hacia dentro y hacia fuera, de quien ahora es el sucesor de Pedro con el nombre de Benedicto XVI.
Nuestro número ha salido en la ruleta". Esta provocadora frase de J. Monod constituye el tema de la extendida ideología que considera el origen del mundo como fruto del azar, y la vida del hombre como perturbadora del equilibrio cósmico.
El Cardenal Ratzinger no deja escapar la oportunidad: ¡la belleza, la armonía, la libertad, frutos del azar! Cuanto más racional y convincente es la doctrina cristiana: Dios ha creado el cosmos ha creado el hombre y le ha confiado el mundo para que lo conserve y lo cuide. Con su pecado el hombre ha llevado el cosmos al desorden y se trata ahora de restablecer el equilibrio inicial para que en el mundo brille la gloria del Dios y del hombre.
El autor con su estilo diáfano y penetrante aporta elementos de claridad a uno de los debates más vivos de la cultura contemporánea.
INDICE
*
Dios Creador.- La diferencia entre forma y fondo en el relato de la Creación. La unidad de la Biblia como criterio de interpretación. El criterio cristológico.
*
Significado de los relatos bíblicos de la Creación.- La racionali-dad de la creencia en la creación. Significado permanente de los elementos simbólicos del texto.
*
La Creación del hombre.- El hombre formado de la tierra. Imagen de Dios. Creación y evolución.
*
Pecado y Salvación.- Sobre el tema del pecado. Limitaciones y libertad del hombre. El pecado original. La respuesta del Nuevo Testamento.
La presente obra del joven Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, exhaustivo tratado de eclesiología, se abre con un importante estudio sobre su historia, donde se establecen, los fundamentos de la pertenencia a la iglesia y se bosqueja la doctrina del primado. En la sección destinada a estudiar la Iglesia y sus oficios, se empieza viéndola en sus orígenes, remontándose para ello a la institución divina y examinándola luego a la luz de la teología paulina, como signo y misterio de fe. Se estudia más a fondo el problema de la pertenencia a la Iglesia, tomando como base los documentos del Magisterio, hasta llegar al concilio Vaticano II con su valiosa aportación a este respecto. Bajo nueva luz, Ratzinger, ahonda en los conceptos de primado y episcopado, y hace hincapié en la doctrina conciliar sobre la colegialidad de los obispos e implicaciones de esta doctrina. El destacado teólogo, entonces catedrático de Dogmática en la universidad de Ratisbona, establece las bases de una verdadera reforma en la Iglesia, comenzando por aquello que es esencial a toda auténtica reforma: la renovación interna del reformador, en este caso de cualquier cristiano. En suma, el libro aborda, con plena responsabilidad cristiana, las doctrinas que más impacto han causado sobre la estructura de la Iglesia y sus más urgentes adaptaciones.
En este volumen, el eminente teólogo Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, recopila los trabajos elaborados en los últimos decenios, para configurar un todo que desarrolla sistemáticamente las preguntas de la estructura de lo cristiano. Con esta visión, se analizan en primer término las relaciones entre las estructuras, los contenidos y las actitudes, para tener bien presente el contexto de la doctrina de los principios. A continuación, se discuten los principios formales del catolicismo, primero en sí mismos, esto es, esencialmente la coordinación de escritura y tradición y las relaciones entre fe, historia y metafísica. Las segunda parte del libro sitúa estas reflexiones en el contexto ecuménico. Se profundiza aquí en el tema de la tradición, que se convierte en el problema básico de la controversia ecuménica, es decir, en el problema de la forma personal concreta de la tradición en el sacramento de la sucesión apostólica. De aquí se deriva la tarea de analizar en qué sentido la “catolicidad” constituye una estructura formal de lo cristiano. Una tercera parte orienta la totalidad a la problemática estructural de la teología y alcanza, al mismo tiempo, a través de su situación antropológica, la inflexión que inicia el retorno a los problemas objetivos que fueron el punto de partida en el planteamiento de la obra. Tras el considerable retroceso de las reflexiones sobre la auténtica teología fundamental en los últimos años, esta obra entabla un diálogo global entre las diferentes posiciones teológicas-católicas, protestantes y ortodoxas- y lleva el estudio de las cuestiones concretas hasta sus soportes básicos más profundos, para descubrir así, al mismo tiempo, caminos de auténtica unidad y comprensión. El conjunto de materiales reunidos aquí por Joseph Ratzinger estructura los cimientos sobre los que asentar un cuerpo de doctrina firme.
Vittotio Messori, escritor y periodista italiano cuyos libros de temas religiosos son conocidos en todo el mundo, dialoga con el entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El actual Papa, Benedicto XVI, respondió con extrema franqueza a las numerosas preguntas del periodista, incluso a las más delicadas. En este libro, que salió a la luz a la vez en muchas lenguas, dio a conocer en su momento el texto completo de un encuentro que muchos han calificado de «giro histórico» para la Iglesia. En efecto, las raíces de la crisis que desde finales del Concilio padece el catolicismo se exponen aquí con «escandalosa» claridad por quien ahora es la voz más autorizada de la Iglesia católica. Es éste un informe claro y vigoroso sobre los peligros que amenazan a la fe. Un análisis que tiene, tal vez, el acento de una denuncia, pero que no es ciertamente pretexto para la resignación o el pesimismo. Porque lo que el cardenal Ratzinger pretendía era ayudar a los creyentes a encontrar de nuevo la esperanza y la alegría de la Sagrada Escritura leída en el interior de la tradición antigua y siempre nueva de la Iglesia