Textos seleccionados y editados por Johan Michel y Jérôme Porée.
Prólogo de Tomás Domingo Moratalla.
Este libro recopila dieciséis textos dispersos y de difícil acceso de Paul Ricoeur. Su calidad y pertinencia los convierten en una obra única, esencial e indispensable para entender no solamente a Ricoeur, sino también la antropología filosófica misma. Se trata, por tanto, de un trabajo que muestra el quehacer de la fenomenología hermenéutica, la manera de hacer filosofía de una de las mentes más brillantes, perspicaces y, sobre todo, «inquietas» del siglo XX, un pensador claro y didáctico preocupado no solo en explicar y exponer sus ideas, sino en que el lector las comprenda.
Paul Ricoeur (1913-2005) es, sin duda, uno de los filósofos más importantes del siglo XX. En su vasta producción ha cultivado la ética, la fenomenología, la hermenéutica, la lingüística, la teología… Todos estos campos convergen en lo que el mismo denominó «antropología filosófica», el análisis de las múltiples dimensiones de la existencia humana. Entre sus obras cabe destacar La metáfora viva (1963), El conflicto de las interpretaciones (1969) y Tiempo y narración (1983).
Traducción del original francés (Antropologie philosophique) por Tomás Domingo Moratalla.
Vivimos una época de desconcierto en cuanto a la imagen del ser humano. Para unos es simplemente un animal más, para otros es una suerte de robot complicado. En uno y otro caso se hace imposible la acción libre y personal. Hay quien piensa, por el contrario, que somos pura libertad, que carecemos de una naturaleza que nos condicione y nos oriente. Son visiones diferentes del ser humano, pero todas ellas tienen el mismo efecto práctico: acaban justificando, prediciendo o incluso recomendando la transformación del ser humano en un artefacto post-humano. Ante esta situación queremos repensar lo humano e invitar al lector a hacerlo con nosotros. ¿Desde dónde? Desde la convicción profunda de que cada ser humano es ya infinitamente valioso. Desde el sentido común, que nos indica que sí tenemos una naturaleza propia, tanto como una cierta libertad de realización personal. Desde la tradición aristotélica, entendida como alta elaboración filosófica del sentido común. Esta tradición nos enseña que el ser humano tienes aspectos animales, sociales y espirituales. Que resulta, en consecuencia, tan vulnerable y dependiente como autónomo. Que precisa, para su plena realización, de unos entornos adecuados a la ecología humana. Y nos muestra, por último, cómo todos estos aspectos se integran y realizan libremente, por mutua diferenciación, en la unidad irrepetible de cada persona.
Alfredo F. Marcos Martínez, catedrático de filosofía de la ciencia en la Universidad de Valladolid, ha publicado numerosos libros y artículos sobre filosofía de la biología, ética ambiental, bioética, estudios aristotélicos y naturaleza humana. Actualmente coordina en Valladolid el Doctorado Interuniversitario en Lógica y Filosofía de la Ciencia.
Moisés Pérez Marcos, doctor en filosofía y licenciado en teología, es profesor de filosofía del lenguaje de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia. Ha publicado diferentes trabajos sobre las relaciones entre ciencia y religión y la filosofía de santo Tomás de Aquino, así como sobre cosmovisión naturalista y sus consecuencias para la comprensión del ser humano.
En un momento dominado por el irracionalismo nihilista o positivista, un pensador como Ratzinger, que en su encuentro con Habermas en enero de 2004 habló de «la luz divina de la razón», nos hace concebir la esperanza de que el cristianismo vuelva a salvar a la razón como ha hecho tantas veces en la historia. Jesús de Nazaret es un libro de pensamiento potente, luminoso y clarificador, un libro a favor del hombre y a favor de Dios; a favor, por ende, de la razón. Pensando con él comprendemos que el cristianismo no puede retirarse de la historia, que ha pasado la hora del ateísmo, que no podemos aceptar la instalación en la muerte de Dios, y que el «patrimonio cultural» de Europa es el que puede seguir diciéndonos lo que es lo justo para seguir caminando erguidos hacia el Reino que nos espera.
Vicente Ramos Centeno (San Juan de la Cuesta, Zamora, 1947), doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, y durante treinta años catedrático de esta materia en EEMM, ha dedicado su esfuerzo filosófico a la defensa de la razón y de la esperanza cristiana, desde sus primeras publicaciones sobre Ernst Bloch, hasta la trilogía Razón, historia y verdad (Encuentro 2000), Europa y el cristianismo (BAC 2007) y El esplendor del mundo (Biblioteca Nueva 2012). Este nuevo trabajo continúa en esa labor, partiendo de ese gran pensador que es Joseph Ratzinger y de ese libro, todo luz y razón que es Jesús de Nazaret.
La palabra «moderno» apunta a la palabra «moderación» y nos dice, por ello, que no es bueno ser «absolutamente» sino «moderadamente» moderno. El título del libro nos dirige así a confrontarnos con una modernidad complaciente que proclama la ruptura con todo lo anterior, particularmente con ese tiempo para el que ella misma ha inventado el nombre de «Edad Media». ¿Qué ha inventado, en el fondo, la modernidad? Ni la revolución técnica, ni la urbanización, ni la sociedad civil, ni incluso la persona como sujeto de libertades... Las ideas modernas no son sino ideas premodernas, maquilladas como una mercancía robada. No se trata de volvernos premodernos, pero sí de tener el coraje de afrontar una «crítica de la crítica». Con su estilo provocativo y con su profundidad y capacidad de análisis, Rémi Brague nos ofrece en esta obra reflexiones incisivas sobre las nociones de modernidad, cultura, historia, secularización, progreso...
Rémi Brague es profesor emérito de fi­losofía árabe y medieval en la Univer­sidad París I Panthéon-Sorbonne y de historia del cristianismo europeo en la Universidad Ludwig Maximilians de Múnich, donde fue titular de la «Cáte­dra Guardini» entre 2002 y 2012. Ha sido profesor visitante en las Universi­dades de Pensilvania, Colonia, Lausana y Boston. Es autor de una decena de ensayos, entre los que se encuentran en español: Europa, la vía romana (1995), La sabiduría del mundo. Historia de la experiencia humana del universo (2008), Historia filosófica de una alianza (2011), Mitos de la Edad Media: la fi­losofía en el cristianismo, el judaísmo y el islam medievales (2013). En la BAC publicó en 2014: Sobre el Dios de los cristianos. Y sobre uno o dos más y Lo propio del hombre. El Vaticano le otorgó en 2012 el premio Ratzinger, por su contribución al diálogo entre fe y razón.
La libertad es uno de los bienes más preciosos y apreciados de la humanidad. Cada hombre busca la libertad, sabiendo al mismo tiempo que ya es realmente libre. Precisamente porque es libre, anhela un despliegue pleno de su libertad y la creación de las condiciones sociales e históricas para poder ejercitarla y vivirla con los demás hombres. Se trata de una búsqueda personal y social, que pone a cada persona en solidaridad con las demás, intuyendo que en la propia libertad está de alguna manera implicada la de sus semejantes. Este libro se sitúa entre la filosofía y la teología. No se plantea la cuestión de la libertad en general, de la que tratan distintas ciencias desde sus perspectivas propias, sino del concepto de libertad, que es un tema específicamente filosófico.
Emilio J. Justo Domínguez (Zamora, 1977) es licenciado en teología en la Universidad Pontificia de Salamanca (2002). Desde 2009 hasta 2012 ha trabajado en la Universidad de Bonn, donde ha obtenido el doctorado en teología dogmática. Sacerdote de la diócesis de Zamora desde 2003, ha sido párroco, formador en el Seminario menor y delegado de pastoral vocacional y juvenil. Entre sus obras publicadas, destacan, Libertad liberadora. Para una nueva formulación de la cristología y la soteriología (2013) y La libertad de Jesús (2014.)
Armas de destrucción masiva, polución, extinción demográfica: todo lo que amenaza al hombre en tanto que especie viva ya no genera duda. Pero hay factores que provienen del hombre mismo que socaban su propia humanidad. Estos factores son más difíciles de entender. El objetivo de Rémi Brague, en este sentido, es descubrirlos a través de un análisis radical de la idea de humanismo. La cuestión es saber cómo podemos promover el valor del hombre y de lo que es humano, luchando contra todas las figuras de lo inhumano. Es preciso, a partir de ahora, saber qué es necesario realmente para promover un cierto humanismo. Es el propio humanismo sobre el que se sostiene el mal. Rémi Brague advierte señales de este fenómeno reciente en tres grandes autores del siglo XX: el poeta ruso Alexander Blok y los filósofos Michel Foucault y Hans Blumenberg. No podemos engañarnos con ilusiones. Es fácil predicar un humanismo reducido a reglas de convivencia, pero ¿cómo cimentarlo? El pensamiento moderno anda corto en argumentos para justificar la existencia misma de los hombres. Buscando construir su propio armazón, excluye todo lo que trasciende lo humano. ¿Es una forma de decir que el proyecto ateo de los tiempos modernos ha fracasado? El lector lo juzgará.
Traducido de original francés (Le propre de l´homme. Sur une létimité menacée) por Leonardo Rodríguez Duplá.
El autor nos muestra en este libro de modo vivaz que podemos abrirnos inmensas posibilidades de desarrollo personal si unimos la capacidad de conocer la realidad mediante la inteligencia y el poder de transformarla y transformarnos a nosotros mismos. Y lo hace por vía de descubrimiento —no de mera enseñanza—, lo que resulta enormemente sugestivo y aleccionador, ya que, una vez iniciado el proceso de crecimiento, se siente uno impulsado a seguir la marcha. Es un libro creativo desde el comienzo, e incrementa la creatividad a medida que va realizando nuevas y más valiosas experiencias. Éstas, bien comprendidas y realizadas, son una fuente impresionante de energía. No es extraño que el libro culmine en la seguridad de que el valor existe y de que el conocimiento del bien y la verdad es fuente máxima de alegría. Esta seguridad es el fruto maduro de un proceso de búsqueda arduo y gozoso, a la vez.
Edición bilingüe preparada por Javier Vergara Ciordia y Virgilio Rodríguez García; y revisada por Francisco Calero Calero.
Gilbert de Tournai fue fraile franciscano, persona cercana a la corte de Luis IX de Francia, predicador insigne, discípulo directo de Buenaventura de Bagnoregio y uno de los exponentes más cualificados de la pedagogía escolástica. Su De modo addiscendi es la tercera parte de una obra más amplia: Rudimentum doctrinae (ca.1260-1270). Un trabajo inédito, que asienta las bases de la primigenia pedagogía franciscana, donde se aborda el análisis de las cuatro causas de la educación: final, eficiente, formal y material, siendo el De modo addiscendi su tercera parte o cómo el maestro y el discípulo debían alcanzar la sabiduría. El resultado será un tratado pedagógico dividido en dos partes: una primera, muy recurrente, dedicada a abordar qué es la educación, sus agentes y sus fines; y una segunda, muy innovadora, sobre cómo pensamos y aprendemos. El resultado final será uno de los tratados pedagógicos más importantes de la Baja Edad Media. Obra en la que saldrá triunfante un agustinismo redivivo, mezclado con el neoaristotelismo y la ciencia greco-árabe de la época.
Javier Vergara Ciordia es profesor del Departamento de Historia de la Educación en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Codirige desde su fundación el Grupo de Estudios Medievales y Renacentistas (GEMYR), dedicado a la recuperación, traducción y estudio de fuentes humanistas no traducidas a lengua castellana; Virgilio Rodríguez García es licenciado en Filología Clásica, ha desempeñado durante 35 años la enseñanza del latín como catedrático de instituto, es miembro del Grupo de Estudios Medievales y Renacentistas (GEMYR) y ha publicado diferentes trabajos sobre cultura clásica y medieval.
Editado en colaboración con la UNED (ISBN 978-84-362-6457-9978-84-362-6457-9).
Pertenece a la serie Collectio scriptorum mediaevalium et renascentium, n.º 9.