Sólo si su corazón está lleno de esperanza, el presbítero es capaz de cantar: «Señor, tú eres mi heredad», pues ha renunciado a la tierra, a la familia y a una profesión para tener a Dios como único fundamento en el que apoyar y construir su existencia.
Si esta afirmación es verdadera, no es posible reflexionar sobre la vida sacerdotal sin abordar en serio algunos de los temas que hoy son decisivos, en concreto la oración, el celibato, la santificación y la predicación.
El convencimiento que anima al autor en este diálogo cordial es que los problemas que afectan a los presbíteros inciden profundamente en el conjunto del tejido eclesial donde se hallan insertos y en la renovación de las comunidades que tienen encomendadas.
Enzo Bianchi es fundador y prior de la Comunidad monástica de Bose (Italia). Profundo conocedor de la Sagrada Escritura, está considerado un referente espiritual y un activo promotor de la unidad de los cristianos y el diálogo con la sociedad actual.
Podría pensarse que ya se ha escrito bastante sobre la historia del cristianismo naciente. Sin embargo, cuando se relatan de nuevo las vicisitudes de figuras como Pablo, Santiago el hermano de Señor, Felipe, Pedro, el grupo de los helenistas o las primeras comunidades que vivieron en las grandes ciudades de Antioquía, Roma, Éfeso o Filipos, es preciso repensar no pocas de las seguridades que se habían alcanzado.
Al mismo tiempo, la revisión de las creencias, prácticas y vivencias de los primeros seguidores de Jesús condiciona necesariamente la imagen que se tiene de la propia fe cristiana.
Le corresponde a cada generación reconstruir y narrar los hechos que tejen los inicios del movimiento de Jesús. Esta tarea permite superar la tentación de convertir al cristianismo en otra «religión del libro» o en mera ideología de la Antigüedad, olvidando que se trata de una religión «histórica», es decir, una religión nacida en un tiempo, en unos lugares y en unas circunstancias concretos.
Alexander J. M. Wedderburn ha dedicado su vida a la enseñanza del Nuevo Testamento en prestigiosas universidades del Reino Unido y de Alemania. Pertenece a la Iglesia Reformada.
Resultaba extraño no disponer aún en lengua española de la obra emblemática del gran pensador medieval Ricardo de San Víctor. No en vano, su De Trinitate es mucho más que un simple eslabón en el desarrollo de la mejor teología trinitaria.
La edición bilingüe que el lector tiene entre sus manos permite adentrarse en el misterio de la comunión y el amor relacional a través de la contemplación del Misterio absoluto. Porque al pensar a Dios desde ambas categorías se ilumina con una luz nueva el misterio del hombre.
Gracias a la excelente versión española que ha realizado y anotado el profesor Eduardo Otero Pereira, a la que acompaña el texto latino, resulta posible adentrarse en la Teología con mayúsculas. Así, el ser de Dios, que es dinamismo de amor, ayuda a pensar cada una de las personas divinas, o sea, la persona del Padre como origen sin origen, fuente inagotable del amor, y en relación a él las personas (ex-sistencias) del Hijo y el Espíritu Santo.
Ricardo de San Víctor († 1173) es uno de los miembros eminentes de la Abadía de San Víctor (París), donde desarrolló su vida de pobreza, contemplación y estudio. Sus obras exegéticas, teológicas y espirituales, entre las que destacan el Beniamin minor o De praeparatione animae ad contemplandum, y el Beniamin maior o De gratia contemplationis, constituyen una cumbre del pensamiento medieval.
La originalidad de esta obra consiste en invitar a leer el Evangelio desde la experiencia del seguimiento de Jesús. Es cierto que la situación actual del lector poco tiene que ver con las circunstancias de los primeros discípulos. Posiblemente nadie se gane la vida pescando con artes rudimentarias en unpequeño lago, ni tampoco hable la lengua de aquellos pescadores… Y sin embargo, fácilmente puede compartir con ellos la experiencia de haber sido llamado o llamada por Jesús y el gozo de estar con él. Incluso puede saber de primera mano cuán difícil es en algunas ocasiones perseverar en este seguimiento. El camino recorrido por los primeros seguidores de Jesús, según relata el Evangelio de Marcos, permite identificar los momentos fundamentales de la experiencia discipular y establecer un diálogo con ella. No en vano, vivimos un tiempo en que es necesario revitalizar experiencias fundamentales de la fe, entre las que se encuentra sin duda el discipulado.
El diálogo entre ciencia y religión es una frontera del conocimiento que se caracteriza por su continuo dinamismo. De un lado, el avance arrollador de la ciencia y de la tecnología abre al conocimiento y la experiencia humana nuevas perspectivas que configuran una forma inédita de percibir el mundo y la vida. De otro, las preguntas y vivencias de fondo, que son el objeto de la religión, cobran nuevos y variados matices que interrogan a la ciencia y a la sociedad tecnológica. Este volumen trata de responder a las cuestiones más comunes que cualquier investigador de la ciencia, cualquier aficionado a la tecnología y cualquier creyente inquieto se plantea a menudo.
A finales del siglo XIX se encontró en una tumba de Akhmîm, en el Alto Egipto, un fragmento inédito de la pasión de Jesús que circuló durante el siglo II. Los especialistas lo identificaron muy pronto con el Evangelio de Pedro. Desde su descubrimiento, aquel texto ha despertando gran interés y está sirviendo para conocer mejor los orígenes cristianos.
A pesar de los numerosos estudios, comentarios y ediciones en distintas lenguas que han visto la luz en los últimos cien años, faltaba en el ámbito hispano una versión crítica del Evangelio de Pedro.
La presente edición colma este vacío. Junto al texto bilingüe y sus correspondientes notas, una extensa introducción aborda temas fundamentales como el hallazgo del texto, su relación con los evangelios canónicos y con otras obras del cristianismo primitivo, los rasgos doctrinales y el tratamiento del pueblo judío, sin olvidar su origen, fecha y lugar de composición.
Esta monografía, dirigida tanto a los expertos como al público en general, permite seguir avanzando en el conocimiento del inagotable campo del Nuevo Testamento.
Pablo M. Edo es profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de teología de la Universidad de Navarra.
La experiencia vivida es el lugar donde se expresa y desarrolla la fe de los seguidores de Jesús. Pero al mismo tiempo es fruto de esa fe, que incorpora un dinamismo de enriquecimiento mutuo al compartir el mismo camino.
En cuanto manual, esta obra se esfuerza por salvaguardar su carácter didáctico e introductorio, fruto de años de enseñanza y trabajo con estudiantes y especialistas. Aborda cuestiones discutidas en el ámbito de la epistemología de la teología espiritual, a la vez que se preocupa por ofrecer al lector una articulación lógica y coherente del contenido de la disciplina a partir del consenso alcanzado tras el Concilio Vaticano II.
A lo largo de sus páginas el lector es invitado a profundizar en la naturaleza, el método, las fuentes y el carácter interdisciplinar de la teología espiritual. Con esta intención se incluyen numerosas sugerencias bibliográficas, un planteamiento de objetivos al inicio de cada capítulo y propuestas razonadas de lectura de textos fundamentales.
Jesús Manuel García es director del Instituto de teología espiritual y profesor de esta materia en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma.
Seamos o no conscientes de ello, venimos a este mundo con un deseo innato de «algo más». Gastamos tiempo, dinero y esfuerzos intentando encontrar la paz y la felicidad que pongan fin a esa búsqueda sin descanso. Todos lo hacemos: es constitutivo del ser humano. La práctica de la meditación puede aprenderse en unos minutos, pero lleva toda la vida convertirse en maestro. Ella permite conectar con una realidad mucho mayor que la nuestra, a la que las grandes tradiciones espirituales denominan Dios. Además de ayudar a ver las cosas como son y no como creemos y deseamos que sean, la meditación favorece la integración armoniosa de cuerpo y mente, de acción y contemplación, del mundo, de quienes nos rodean y de nosotros mismos. Nicholas Buxton es doctor en filosofía budista por la Universidad de Cambridge y sacerdote de la Confesión anglicana. Es además un experimentado maestro de meditación.
En mi anterior libro Teodicea. Itinerarios del hombre a Dios (2013), quise trazar unos caminos de acceso a Dios. Este libro no trata, pues, de los itinerarios cambiantes (aunque muy valiosos) de los hombres que salen en busca de Dios, sino del itinerario de Dios, que, según la Biblia y la fe de la Iglesia, ha querido venir a los hombres, compartiendo con ellos su existencia, en Jesús, por el Espíritu, con pleno respeto, sin avasallarlos ni imponerles su presencia. Esta es la más fascinante de todas las historias, el relato del Dios que, siendo infinito (y por serlo), ha querido hacerse caminante con los hombres, encarnándose en Jesús y siendo Espíritu de Vida en la vida de la humanidad. A partir de esa experiencia de Dios he querido escribir este libro, entendido como apuesta a favor de la Trinidad, un libro sobre el Dios que se introduce en nuestra historia no como un intruso o un vigilante, sino como verdad y contenido más profundo de esa misma historia. Este es el libro de los hombres que quieren aprender y compartir el camino de Dios, por medio de Jesús, en Espíritu y Vida.
Cuando a finales de los años cincuenta Joseph Ratzinger era un joven teólogo, dictó un curso en Viena sobre el concepto «hermano» según el cristianismo.¿En dónde radicaba la originalidad de este análisis? ¿Por qué sigue siendo válido?. He aquí las cuatro tesis que defiende: 1) la fraternidad depende del concepto que se tenga de la paternidad de Dios y de cómo sea Dios; 2) la fraternidad cristiana está siempre por delante de los lazos biológicos (familia) y sociales (ciudadanía); 3) el cristiano es antes de nada y sólo hermano del cristiano; 4) el cristiano es hermano para servir a los que están fuera de la comunidad cristiana.
Un libro sobre el celibato de los sacerdotes no es extraño que provoque variadas expectativas. Esto mismo suele pasar con algunas cuestiones que, latentes en la conciencia cristiana, terminan por resurgir en determinadas circunstancias dolorosas y generan comentarios de todo tipo, muchos de los cuales no siempre se basan en la razón y el equilibrio.
Al abordar hoy el tema del celibato es preciso comenzar asumiendo las objeciones más comunes para, desde ellas, articular la reflexión teológica que hace posible ahondar en sus implicaciones espirituales, eclesiales y pastorales. Solo entonces el autor se atreve a introducir metodológicamente «un punto de vista psicológico», que permite plantear la vida célibe como medio de alcanzar la plenitud humana.
El libro se mueve siempre entre la precisión del lenguaje técnico, que no teme usar la terminología científica, y el humor benévolo, que ha de reservarse para temas sobre los que el lenguaje resulta demasiado grave o a menudo insuficiente.
Esta obra va dirigida en último término a quienes se esfuerzan por discernir la propia vocación presbiteral, pero también a los educadores, teólogos, pedagogos y psicólogos interesados en repensar la figura actual del ministerio ordenado.
Francisco es «el hombre del siglo que viene». Así le llama Tomás de Celano, su primer biógrafo, ya en el siglo XIII. Y desde entonces, aquel hijo de un rico mercader y de las nacientes ciudades burguesas de la Edad Media, liberadas del poder feudal por la asociación de sus ciudadanos más dinámicos, se ha convertido en referente y modelo para cualquier generación.
Su secreto tal vez resida en la rica personalidad que atesora, capaz de conectar y sintetizar en sí las mejores aspiraciones de su tiempo. Pero también ofrece renovación y rejuvenecimiento a quien se acerca a él y a la Buena Noticia de la que es testigo.