Eros y civilización parte de la tesis sustentada por Freud –particularmente en El malestar de la cultura- de que la civilización necesita una rígida restricción del “principio del placer”. Pero a la luz de la propia teoría freudiana, y basándose en las posibilidades de la civilización llegada a madurez, Herbert Marcuse aduce que la existencia misma de ésta depende de la abolición gradual de todo lo que constriña las tendencias instintivas del hombre, del fortalecimiento de los instintos rivales y de las liberaciones del poder constructivo de Eros. Piensa Marcuse que los logros alcanzados por las culturas occidentales han creado ya los prerrequisitos para el surgimiento de una civilización no represiva, y señala las tendencias sociológicas y psicológicas que actúan en ese sentido.
Esto lo lleva a un replanteamiento de la teoría freudiana en pugna con las escuelas neofreudianas (Eric Fromm, Karen Horney, Harry Stack Sullivan), que, en su opinión, han abandonado algunos de los descubrimientos más decisivos de la teoría psicoanalítica.
"Eros y civilización, no nos saca de la utopía. Utopía de una civilización no represiva, de una sexualidad transformada en Eros creador. El asunto que quizá en último término Herbert Marcuse plantea, es el de que, no obstante ser las utopías imposibles, no nos resulta fácil imaginar el mundo sin esta su peculiar clase de imposibilidad. " Del prólogo de Álvaro Pombo.
El hombre unidimensional es un análisis de las sociedades occidentales que, bajo un disfraz seudodemocrático, esconden una estructura totalitaria basada en la explotación del hombre por el hombre. La obra se basa en dos hipótesis aparentemente contradictorias. De un lado, Marcuse afirma que la sociedad industrial avanzada es capaz de reprimir todo cambio cualitativo. Por otro lado, parece prevalecer la hipótesis que quiere que en esta sociedad existan fuerzas capaces de poner fin a la represión y de hacer explotar las mortales contradicciones que laten en su seno.
La conclusión de Marcuse es de una lúcida desesperación: el sujeto revolucionario no puede estar constituido ni por el subproletariado urbano, ni por los intelectuales, ni por la unión de ambas fuerzas, consideradas hasta hoy como las más progresivas. La solución, según el autor, es “despertar y organizar la solidaridad en tanto que necesidad biológica para mantenerse unidos contra la brutalidad y la explotación humanas”.
Frédéric Lenoir relata aquí el destino paradójico del cristianismo y nos invita a releer los Evangelios desde una perspectiva radicalmente nueva.
La democracia y los derechos humanos tienen su origen en Occidente y no en India, China o el Imperio Otomano. El motivo es que Occidente se apoya en la tradición cristiana cuya base no es solamente religiosa sino ética y filosófica.
El mensaje de los Evangelios se fundamenta en la fe en Dios, pero Cristo enseña también una ética de alcance universal: dignidad igualitaria, justicia y distribución de los recursos, no violencia, emancipación del individuo respecto del grupo y de la mujer respecto del hombre, libertad de elección, separación de la política y la religión, fraternidad humana.
En el siglo iv, cuando el cristianismo se convierte en religión oficial del imperio romano y la sabiduría de Cristo se ve en gran parte eclipsada por el poder eclesiástico. Renace mil años después, cuando los pensadores del Renacimiento y de la Ilustración se inspiran en la «filosofía de Cristo», según la expresión de Erasmo, para liberar las sociedades europeas del poder opresivo de la Iglesia y fundar el humanismo moderno.
<br/
Historia del pensamiento social de Salvador Giner traza la evolución de las concepciones, teorías e ideas de la filosofía política, social, económica y ética de Occidente desde sus albores en la antigua Grecia hasta el presente. Su proverbial claridad, erudición, ecuanimidad y espíritu crítico, ha convertido a esta obra en una herramienta indispensable de trabajo y fuente insoslayable de conocimientos para sociólogos, historiadores, economistas y cuantos muestran interés por la filosofía moral y política. La presente edición ha sido revisada y sustancialmente ampliada con el fin de atender mejor la permanente demanda a que se halla sometido este vasto y ambicioso tratado, un texto clásico y de referencia, sin parangón en lengua castellana. Historia del pensamiento social expone las diversas vertientes de la reflexión sobre la sociedad humana, y muestra las distintas corrientes teóricas y doctrinales en un amplio abanico de dimensiones morales, políticas, económicas y culturales. Los grandes sistemas filosóficosociales de Platón, Aristóteles, Maquiavelo, Montesquieu, Rousseau, Marx, Tocqueville, Weber y de los demás pensadores clásicos, incluidos algunos muy recientes, como Hannah Arendt, reciben aquí tratamiento cabal y riguroso. También lo reciben las diversas escuelas doctrinales, ideológicas o críticas sobre las que se levanta nuestra tradición y sin las que no se entienden las ideas de hoy. Así, se exponen las visiones y argumentos del republicanismo clásico y el moderno, el cristianismo, el liberalismo, el socialismo, el ecologismo e incluso del pesimismo cultural. La obra del profesor Giner culmina con una exposición detallada de las principales teorías sobre la crisis de la modernidad en el marco de los actuales procesos de mundialización, con énfasis especial sobre los movimientos sociales de nuestros días.
Noam Chomsky (1928) se doctoró en lingüística en la Universidad de Pennsylvania en 1955 y en la actualidad es profesor de esta especialidad en el Departamento de Lingüística y Filosofía del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Ha escrito numerosas obras sobre lingüística, filosofía, historia de las ideas y sobre política internacional contemporánea. De entre sus numerosas obras destacan: Los guardianes de la libertad (2000), Actos de agresión (2000), El beneficio es lo que cuenta (2001) y El miedo a la democracia (2001), todas ellas publicadas por Crítica.Noam Chomsky (1928) es profesor del Instituto de Tecnología de Massachussets. Entre sus últimas obras destacan: Los guardianes de la libertad (2000), Actos de agresión (2000), El beneficio es lo que cuenta (2001) y El miedo a la democracia (2001), todas ellas publicadas por Crítica.
¿Existe Dios? ¿Cómo podemos acercarnos a él en un mundo como el actual? ¿Tiene sentido buscar la trascendencia en el siglo XXI? ¿Qué convierte en humano a un ser humano? ¿Podemos vivir prescindiendo de la fe? ¿Hay vida después de la muerte? En este libro breve y certero, Alejandro Llano responde a estas y otras preguntas, y se interroga sobre el lugar que ocupa la vida del espíritu al comienzo del siglo XXI. Nos habla también de cómo buscar a Dios en un mundo cada vez más secularizado, y de cómo lograr el conocimiento de uno mismo y encontrar un verdadero amor que nos haga mejores. El autor reflexiona sobre la relación entre la fe y la ciencia a la luz de los últimos avances de la cosmología y la biología. Nos propone una búsqueda espiritual del sentido de la vida, allí donde el puro racionalismo no puede darnos respuestas. Y lo hace arropado por los grandes escritores y filósofos que han pensado sobre estos temas a lo largo de la historia. ¿Qué lugar ocupa Dios en el mundo de hoy? ¿Es posible vivir sin esperanza? Un libro que, con una prosa transparente, da respuesta a estas grandes preguntas.
¿Para qué sirve la filosofía? Estamos acostumbrados a que la ciencia resuelva muchas de nuestras perplejidades y problemas, pero ciertas preguntas continúan abiertas porque no admiten ninguna solución definitiva y se repiten de generación en generación. Son las cuestiones acerca de la muerte, de la verdad, del universo, de la libertad, de la justicia, de la belleza, del tiempo... La filosofía no pretende contestarlas de una vez por todas, sino que sigue enseñando a plantearlas de forma cada vez más enriquecedora, mientras avanza respuestas tentativas para ayudarnos a convivir racionalmente con ellas. Porque es mejor mantener abiertas las grandes preguntas que contentarse apresuradamente con las pequeñas respuestas...Este libro quisiera ser una iniciación elemental a la reflexión filosófica, tanto para uso de quienes se acercan por primera vez al estudio de la filosofía en el bachillerato como de aquellos otros que a cualquier edad aspiran a conocer los fundamentos de esta tradición intelectual.
El civismo es una actitud esencial para la buena convivencia entre las personas. También lo es para la vida pública. Este manual explora la anatomía de la conducta cívica y descubre cómo sólo mediante ella es posible una sociedad amable, participativa, solidaria y capaz de enfrentarse al intenso cambio social de nuestra época así como a las incertidumbres que nos acechan. Los autores parten de un análisis del buen comportamiento de las personas en su vida privada y en el trabajo para considerar las repercusiones que ello debe tener en la calidad de la vida pública. La reflexión de Manual de civismo descansa toda ella sobre la noción de ciudadanía, así como sobre el compromiso de cada uno de nosotros con la vida de los demás a través de la responsabilidad de cada cual en sus relaciones con el prójimo y con el entorno. Las viejas virtudes de la austeridad, la templanza y los buenos modales son contempladas por Victoria Camps y Salvador Giner como virtudes cívicas. Demuestran cómo de su práctica generalizada depende una vida individual y colectiva civilizada, tolerante y creativa. Tanto o más, si cabe, que de la existencia de unas libertades y una Constitución que garanticen los derechos de todos los ciudadanos.