Inspirado por las ideas de la conferencia de Aparecida, Galli nos presenta una propuesta para una nueva pastoral urbana, ya que cada vez más personas viven en las megalópolis del mundo.
La afirmación «Dios vive en la ciudad» procede del Documento Conclusivo de Aparecida (A 514). A partir de ella, el teólogo argentino Carlos María Galli nos invita a pensar, desde la fe y el Evangelio, la presencia de Dios en los ambientes urbanos.
A la luz del espíritu de la Conferencia de Aparecida, Galli afirma que la fe descubre a Dios no solo en los lugares de su presencia, sino también en los signos de su ausencia. Porque, en realidad, Dios no vive en el campo o la ciudad. El habitar de Dios se da más bien en su identificación, por el Espíritu de Jesucristo, con los hombres, aun en sus experiencias más contradictorias. «Las sombras que marcan lo cotidiano de las ciudades, como, por ejemplo, violencia, pobreza, individualismo y exclusión no pueden impedirnos que busquemos y contemplemos al Dios de la vida también en los ambientes urbanos.» (A 514)
En este documentado ensayo, Galli presenta sus reflexiones y propuestas para una nueva pastoral urbana, ya que cada vez más personas viven en las megalópolis del mundo.
¿Qué dice el magisterio de la Iglesia acerca de los nuevos ministerios a nivel mundial? ¿Podemos soñar con ver, en algún momento no muy lejano, a ministros no ordenados, solteros o casados, mujeres o varones, formados en la propia comunidad, llamados a la ordenación presbiteral?
Antonio José de Almeida combina en esta obra su profundo conocimiento eclesiológico con un celo apasionado por la vida de las comunidades y la fidelidad al Espíritu. Evalúa textos del magisterio de la Iglesia con serenidad y objetividad, al tiempo que con la libertad y el ejercicio crítico que requiere un quehacer teológico responsable para confrontarlos con los retos del presente.
Este libro, concebido para un público diverso, con interés en el tema de los ministerios y servicios en las comunidades, ofrece nuevas perspectivas en el horizonte de una Iglesia comprometida con la evangelización en el siglo XXI. Propone un paso decisivo en la renovación ministerial globalmente considerada, subrayando que las necesidades y demandas sin cubrir de muchas comunidades exigen una nueva conformación del ministerio ordenado, especialmente del ministerio presbiteral.
La escenoterapia emplea la dramatización con fines terapéuticos y educativos. Este efecto terapéutico consiste en que, al dramatizarlos, uno entra en contacto con los propios conflictos latentes de forma atenuada. Tal como el espectador se entrega sin miedo a los procesos psicológicos que ocurren en el escenario o en la pantalla, o como el niño que interactúa con la realidad a través del juego, la dramatización cumple también una función de expresión, autoconocimiento y apaciguamiento de los conflictos y miedos latentes.
El teatro puede tener una función terapéutica, incluso preventiva, al escenificar algo parecido a un sueño o un juego, a través del cual se estimulan procesos de proyección y reintroyección de aspectos disociados de la personalidad, facilitando así la integración personal y la maduración emocional. El hecho de permitir expresar el sufrimiento y convertirlo, por así decirlo, en una «obra de arte» personal, puede contribuir a disminuir las ansiedades y recuperar las capacidades creativas, dando una coherencia unificadora a la diversidad de personajes que constituyen nuestro self. La escenoterapia puede aplicarse, por tanto, a cualquier ámbito de la relación asistencial que busque integrar la complejidad de la persona.
La presente obra expone de forma profunda y asequible las bases teóricas y prácticas de la escenoterapia, especialmente aplicada con niños, adolescentes y jóvenes. De la mano de diversos profesionales especializados, engloba los distintos ámbitos de aplicación de esta disciplina, ilustrándolos con numerosos ejemplos y procedimientos terapéuticos.
En Familia y psicosis, Jorge Tizón aborda las dificultades, conflictos y sufrimientos que deben afrontar los familiares y allegados de los sujetos que padecen algún tipo de psicosis. Su punto de partida es la perspectiva actualizada e integral que presentó en su anterior libro Entender las psicosis.
En este volumen se intentan aprovechar las experiencias y vivencias de los familiares y de los propios sujetos, además de los conocimientos científicos actuales, para que la familia pueda participar activamente no solo en el cuidado y la “custodia” de su familiar, sino en su recuperación y readaptación a la vida social.
En ese sentido, se proponen estrategias y actuaciones concretas para la vida cotidiana, para las situaciones agudas y “subagudas”, para la organización del hogar, para la modulación de las relaciones familiares y afectivas, y para enfocar el futuro en las familias en las que hay un paciente diagnosticado de psicosis o esquizofrenia.
En el presente estudio sobre Charles Sanders Peirce (Cambridge, 1839 - Milford, 1914), Mauricio Beuchot (Torreón, 1950) interpreta los rasgos principales de la filosofía de este pensador estadounidense. Aborda temas como su filosofía del lenguaje, su semiótica, su lógica, su ontología y algunos aspectos más. Según hace notar Beuchot, Peirce es uno de los grandes genios de la filosofía moderna. De ahí la importancia de señalar algunos puntos sobresalientes que indican la utilización del concepto de analogía, por ejemplo, la iconicidad, es decir, lo propio del signo icónico. Esta obra no es sólo un estudio sobre la actividad filosófica de Charles Sanders Peirce, es una reflexión desde la hermenéutica analógica de Mauricio Beuchot. Por ello, el presente estudio cobra doble relevancia desde el punto de vista filosófico contemporáneo.
Nuestra vida natural se entremezcla constantemente con otras vidas: narradas, imaginadas, inventadas. Hoy más que nunca -dice Bodei-, en una sociedad poblada de modelos con los que identificarse, la ilusión de un yo autónomo se vuelve todavía más incierta y deriva en un sujeto que debe reinventarse constantemente.
Cuando sentimos que nuestra vida se ha quedado estrecha, que no nos basta con lo que somos, nos servimos de la imaginación como antídoto y guía. Gracias a la imaginación, podemos desafiar los condicionantes no elegidos y proyectar la existencia más allá de sus confines; podemos vivir otras vidas, que se alimentan no solo del encuentro con otras personas y situaciones reales, sino también de figuras y modelos procedentes de textos literarios y de los medios de comunicación.
Desde que los modelos con los que identificarse se han ampliado, poblándose de celebridades, la construcción de un yo autónomo se ha vuelto más incierta. En este contexto, Bodei nos invita a «crecer sobre sí y alejarse de sí»: apropiarnos de nuestra mejor parte y, a la vez, experimentar trayectorias alternativas. En el fondo, no existe un yo compacto, un todo unitario del que se pueda ser dueño absoluto. Cada uno de nosotros es el fruto de una continua reinvención de sí e interacción con los demás: es en la propia identidad donde crece la diferencia, con todas las dificultades, las ansias, los extravíos que esto comporta. Ser huéspedes de la vida quiere decir vivir en el límite entre interior y exterior, identidad y diferencia, sí mismo y otro.
«En los mejores casos –escribe Bodei− respecto a la vida realmente vivida, las vidas imaginadas resuenan como los armónicos naturales en la música, vibraciones que acompañan la nota fundamental, enriqueciendo su timbre.»
Tomáš Halík, uno de los autores religiosos más reconocidos internacionalmente en la actualidad, Premio Templeton (2014), plantea en esta obra su interesante posición ante el diálogo entre fe y ateísmo en la sociedad actual secularizada.
Para Halík, la paciencia es la principal diferencia entre la fe y el ateísmo. La fe, la esperanza y la caridad son las tres formas que asume la paciencia con Dios, tres modos de hacer frente a la experiencia del silencio y el ocultamiento de Dios, que los ateos interpretan como «muerte de Dios» y los fundamentalistas religiosos no toman suficientemente en serio.
Recurriendo a la historia bíblica del encuentro de Jesús con Zaqueo, Halík se dirige a todos los buscadores que permanecen al margen de la comunidad de creyentes -curiosos, pero sin compromiso-, invitándoles a practicar la paciencia como lugar de encuentro con los creyentes.
En la hoy tan bulliciosa feria de la mercancía religiosa, […] a veces me parece que con mi fe cristiana estoy más cerca de los escépticos, los ateos y los agnósticos. Con cierto tipo de ateos puedo compartir la percepción de la ausencia de Dios en el mundo. Considero, sin embargo, que su interpretación de ese fenómeno es una expresión de impaciencia.
Obra editada por Harald Schöndorf
El Diccionario de filosofía de Walter Brugger es un obra de referencia clásica desde hace más de cincuenta años. Presentamos aquí su nueva edición, totalmente revisada y ampliada bajo la dirección de Harald Schöndorf (profesor de Epistemología e Historia de la Filosofía en la Hochschule für Philosophie de Múnich).
Casi todos los artículos han sido reescritos con el fin de recoger los grandes cambios que se han producido en el panorama filosófico de las últimas décadas. Asimismo, se han introducido nuevas entradas, relativas sobre todo a la filosofía del lenguaje y a la filosofía política. No obstante, el conjunto respeta la fisonomía y el espíritu de la obra original de Brugger.
El cuerpo de artículos va acompañado de una bibliografía selecta orientada a facilitar un estudio más profundo de los conceptos. El diccionario se complementa con un amplio esquema de la historia de la filosofía, tanto oriental como occidental.
Motores de búsqueda, teléfonos inteligentes, aplicaciones, redes sociales: la tecnología digital ha entrado en nuestra vida cotidiana no solo como una herramienta externa que simplifica la comunicación y la relación con el mundo, sino como un espacio antropológico nuevo que cambia nuestra forma de pensar y de conocer la realidad, así como las relaciones humanas.
¿Toca la revolución digital de alguna manera la fe? ¿Cómo debe pensar y enunciar el cristianismo este nuevo paisaje? Según Spadaro, es momento de considerar la posibilidad de una ciberteología, entendida como comprensión de la fe —intellectus fidei— en tiempos de la red. No se trata de buscar nuevos instrumentos de evangelización o de emprender una reflexión sociológica sobre la religiosidad en la red, sino de encontrar puntos de contacto y de interacción fructífera con el pensamiento cristiano. El objetivo es «no detenerse ante los prodigios de la técnica […] evitar la ingenuidad de creer que [las tecnologías] están a nuestra disposición sin que modifiquen en absoluto nuestro modo de percibir la realidad. La tarea de la Iglesia, como la de todas las distintas comunidades eclesiales, es acompañar al hombre en su camino, y la red forma parte integrante del recorrido humano de un modo irreversible».
Esta obra es parte de un ecosistema de reflexiones en el que conviven pontífices como Juan Pablo II y Benedicto XVI, teólogos como Tomás de Aquino y Teilhard de Chardin, poetas como Walt Whitman y T. S. Eliot, el jazz, Marshall McLuhan y la ética hacker. Spadaro ha buscado socializar el debate con el blog Cyberteologia.it, la página en Facebook Cybertheology, una cuenta en Twitter (@antoniospadaro) y otras iniciativas.
Esta serie de cinco entrevistas realizadas por Marc-Antoine Vallée nos descubre la trayectoria de Jean Grondin, el reputado filósofo canadiense. Mediante la reconstrucción de su itinerario filosófico, especialmente los trabajos sobre la tradición hermenéutica y sus principales representantes –Heidegger, Gadamer y Ricœur−, aflora una reflexión apasionante sobre algunas de las facetas de la gran cuestión del sentido. ¿Hay uno inmanente a la vida? ¿Cómo articulan el arte y la literatura nuestra experiencia del mismo? ¿Cuál es la contribución de la religión a la reflexión filosófica sobre él? El resultado de las conversaciones es una resistencia crítica a cualquier reducción nominalista, constructivista o nihilista del sentido, es decir, a una realidad simplemente ilusoria, construida o facticia.
Marc-Antoine Vallée es es doctor en Filosofía por la Universidad de Montreal. Además de la presente obra, ha publicado Le sujet herméneutique. Étude sur la pensée de Paul Ricœur y Gadamer et Ricoeur. La conception herméneutique du langage.
Joan-Carles Mèlich prosigue en esta obra la reflexión filosófica sobre la condición humana que ha desarrollado previamente en Filosofía de la finitud y Ética de la compasión, centrándose ahora en la moral. A diferencia de la ética, que es la respuesta que damos a la interpelación del otro en una situación imprevisible, la moral es una metafísica que rige nuestra vida cotidiana, nos dice quiénes somos, si lo que hacemos es normal, si lo que pensamos es perverso o si nuestra vida tiene valor. Se trata de un conjunto de categorías, marcos, normas y procedimientos basado en principios absolutos e indudables.
La lógica moral organiza nuestro modo de ser en el mundo y protege a los que quedan bajo su «ámbito de inmunidad», pero, al mismo tiempo, ignora y desprecia a los que no son considerados personas, a los que no poseen dignidad. A estos se los puede eliminar sin tener sentimiento de culpa. Por eso, en toda moral opera una lógica de la crueldad.
«Lo interesante de la propuesta de Mèlich es el haber ahondado en el carácter eminentemente indigente de la condición humana; no somos perfectos sino seres llenos de ausencias que solo colmamos con la presencia de los otros.» Cultura/s, La Vanguardia
Tanabe Hajime está considerado como la figura más destacada de la filosofía japonesa contemporánea después de Nishida. Es, junto con este, uno de los máximos representantes de la Escuela de Kioto, un movimiento de ideas filosóficas, religiosas, sociales y políticas que surge en el convulso Japón de la primera mitad del siglo XX, y que se caracteriza por una apropiación de la filosofía occidental desde la tradición milenaria del budismo Mahāyāna.
Filosofía como metanoética (1945), obra magna del autor, confronta el budismo de Shinran (1173–1262) con pensadores occidentales como Eckhart, Kant, Schelling, Hegel, Pascal, Kierkegaard, Nietzsche y Heidegger. El resultado es una relectura de la mística y un replanteamiento de la religión desde la dinámica de la nada. Así, constituye un valioso marco de relanzamiento histórico, ya que la nada es uno de los motivos más recurrentes en el ambiente espiritual de nuestro tiempo, en el cine, la poesía y la literatura.
Como James Heisig señala en la introducción, esta traducción es el fruto de décadas de esfuerzo colectivo para dar a conocer la Escuela de Kioto, ya que los cataclismos históricos que sus representantes vivieron hacen que dicha escuela tenga mucho que aportar a la historia del pensamiento y a nuestras sociedades en crisis.