«En la línea del horizonte, hijos míos –predicaba san Josemaría–, parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordina- ria...».
Esta obra en tres volúmenes es el primer intento de exponer teológicamente y de modo sistemático el mensaje de san Josemaría acerca del trabajo y la vida corriente.
Este tercer volumen aborda la santificación de las tareas profesionales y familiares, la lucha por la santidad y los medios de santificación y apostolado. Concluye con un epílogo sobre la «unidad de vida»
Newman tiene el don de sugerir planteamientos de valor permanente y de plena modernidad, al hilo de cuestiones que enriquecieron el debate intelectual y doctrinal de su época.
La Carta al Duque de Norfolk, escrita para rebatir las críticas ofensivas del político Gladstone a los católicos, está considerada hoy como uno de los textos más luminosos de la literatura cristiana acerca de la conciencia moral.
Los escritos de Newman tienen un notable sentido práctico, y manifiestan el empeño pastoral de su autor. Gracias a su capacidad para anticiparse a cuestiones teológicas hoy de plena actualidad, Newman goza de una notable influencia en la Iglesia católica, también como precursor del Concilio Vaticano II.
John Henry Newman es el más conocido de los conversos al catolicismo en la Inglaterra victoriana. Nació en Londres en 1801. En Oxford llegó a ser preceptor del Oriel College y rector de Santa María, la capilla universitaria. Fue uno de los líderes del llamado Movimiento de Oxford, formado por profesores y clérigos que combatían la influencia laicista en el anglicanismo. Se adhirió a la Iglesia católica en 1845, fue ordenado sacerdote y en 1879 León XIII le hizo cardenal.
Presupuestos antropológicos fundamentales sobre los que se asienta la estructura de la sexualidad humana y la comunicación entre varón y mujer; están en la base de la ética sexual de inspiración cristiana.
El autor pretende dilucidar bajo qué condiciones el trabajo puede ser para unos algo alienante, y ocasión de frustraciones, mientras que para otros es fuente de satisfacciones y de perfeccionamiento de la persona.
Vida sencilla y breve de una joven catalana del Opus Dei, actualmente en proceso de beatificación, contada por quienes la conocieron.
«Entre todos los relatos evangélicos, Mons. Escrivá de Balaguer se detenía con especial detalle y amor en los de la Muerte y Resurrección de Jesús.
Como fruto de su contemplación de las escenas del Calvario, el Fundador del Opus Dei preparó este Via Crucis». Su propósito era que sirviese «para ayudar a hacer oración y, con la gracia de Dios, para crecer en espíritu de compunción -dolor de amor- y de agradecimiento al Señor (...). Con esa misma finalidad, se han incorporado, como puntos de meditación, palabras de Mons. Escrivá de Balaguer, recogidas de sus predicaciones, de su conversación, de aquel afán apostólico suyo por hablar sólo de Dios y nada más que de Dios» (del Prólogo de Mons. Alvaro del Portillo).
Los relieves en bronce reproducidos en este libro se encuentran en la parroquia de San Josemaría, en Roma. Son obra del escultor Romano Cosci.
La primera edición en castellano apareció en 1981, con carácter póstumo. Desde entonces se han publicado numerosas ediciones en las principales lenguas.
En este impresionante testimonio personal, Robert Hugh Benson -hijo de uno de los principales dignatarios de la Iglesia anglicana de principios de siglo- describe el arduo camino que le llevó a la Iglesia Catolica: las encrucijadas, los obstáculos y los pasos angostos.
"El cardenal Newman equipara las sensaciones de quien se convierte al catolicismo con las de alguien que, después de haber vagado toda la noche por una ciudad encantada, mira hacia atrás al amanecer y comprueba que los edificios han desaparecido, que se han disipado -como los fantasmas y la niebla- bajo la luz del naciente día".
Así vive el autor su conversión. Benson llega a la Ciudad de Dios no por una senda de entusiasmo y sentimentalismo, sino por la desnuda y sólida convicción de la verdad.
Robert Hugh Benson nació en 1871, y fue el hijo menor de Edward White Benson, entonces arzobispo de Canterbury. Robert llegó a ser clérigo anglicano y sirvió en varias parroquias, antes de convertirse al catolicismo en 1903. Después de estudiar en Roma fue ordenado sacerdote.
Durante los últimos seis años de su vida, y debido a su delicada salud, fue dispensado de algunas de sus labores. A partir de entonces su ardor por difundir la fe católica se plasma en una prolífica obra literaria, que abarca novelas, poesía, obras de teatro y libros de espiritualidad. Murió a los 43 años.
En su amplia bibliografía destaca La amistad de Cristo (5ª ed.), un magnífico libro de espiritualidad publicado por Rialp en la colección Patmos.
Los textos de esta antología proceden de la Liturgia, de la primera Tradición, de los Santos Padres y Doctores de la Iglesia y del Magisterio. Son "piezas escogidas de la literatura teológica y espiritual", testimonios de la fe católica en la presencia real de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía.
Este libro quiere ayudar al cristiano a contemplar la Eucaristía, a adorar con fe y devoción al Señor, realmente presente en el Santísimo Sacramento, y a acoger esa presencia eucarística como lo que es: el don de la generosidad y el amor sin límite de Cristo.
Félix María Arocena Solano, nacido en San Sebastián en 1954. Es licenciado en Físicas y Doctor en Sagrada Teología y en Derecho Canónico. Desde 1995 es miembro de la Asociación Española de Profesores de Liturgia y del Consejo de Redacción de la revista "Liturgia y Espiritualidad". Trabaja como especialista en temas de latín litúrgico.
Su dedicación al cultivo de la ciencia litúrgica le ha permitido publicar varios libros y numerosas monografías en revistas litúrgicas.
Cualquier sitio es bueno para pedir perdón a Dios, y también lo es cualquier momento. Esto, que vale para la contrición interior, ¿es válido también para la celebración sacramental de la reconciliación, o debe celebrarse en lugares específicos, a menos que ello resulte imposible o inconveniente?
La praxis penitencial de la Iglesia ha ido variando a lo largo de los siglos hasta encontrar formas y definir circunstancias que la experiencia ha demostrado útiles. Pero la actual crisis en la recepción de este sacramento por parte de los fieles ha llevado a algunos a plantearse la cuestión de si tal crisis puede deberse, al menos en parte, a esas formas y circunstancias. Este libro responde a esa cuestión.
Arturo Blanco es sacerdote (1973), Profesor Extraordinario de Teología Fundamental en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma), y Presidente del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la misma Universidad (1997). Es especialista en historia y teología del cuarto sacramento. El libro que ahora presenta resume una investigación publicada ampliamente en Spazio e tempo nella riconciliazione sacramentale (Roma 1999).
Un riguroso trabajo sobre la reflexión teológica mariana en el siglo XX. Pretende mostrar la incidencia que ciertos planteamientos cristológicos, antropológicos o escatológicos han tenido en la comprensión de los dogmas marianos.
«La responsabilidad frente a la vida empieza allí donde surge la vida humana, en la intimidad de la unión corporal entre el hombre y la mujer. Cuando el amor corporal -la sexualidad- se convierte estructuralmente en un acontecer en el que la dimensión de la responsabilidad frente a la procreación de nueva vida ya no desempeña un papel constitutivo, porque el propio comportamiento sexual ha sido privado voluntaria y conscientemente de esa dimensión mediante una medida anticonceptiva, tiene que quedar modificada necesariamente también la actitud hacia la vida y su surgimiento.
Es verdad que en cierto sentido la suerte ya está echada. Nuestras sociedades desarrolladas son, ya desde hace largo tiempo, sociedades en las que la anticoncepción, la medicina reproductiva y el aborto, y pronto quizá también la clonación terapéutica y la investigación consumidora de embriones, son realidades que gozan de reconocimiento en mayor o menor medida. Pero esto no es razón alguna para dejar de estudiar su problemática ética. Al contrario. La patología de una sociedad en la que estos modos de comportamiento son realidades reconocidas quizá no se entienda correctamente hasta que se proporcionen desde el punto de vista ético los correspondientes criterios de enjuiciamiento.»
Martin Rhonheimer, autor de numerosos libros y artículos sobre su especialidad, es profesor de Ética y Filosofía política en la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. Ha estudiado Historia, Filosofía, Ciencias Políticas y Teología en Zürich y Roma. Es Doctor en Filosofía. Fue ordenado sacerdote en 1983. Antes desarrolló actividades de investigación en las universidades de Zürich y Friburgo (Suiza).