Prólogo, texto griego, versión española y notas de Daniel Ruiz Bueno.
Como obra de elocuencia cristiana, las “Homilías sobre el Evangelio de San Mateo” son un monumento único y ejemplar en el que la voz de San Juan Crisóstomo tiene la resonancia eterna del evangelio que comenta. De ellas, cualquier alabanza resulta corta. Santo Tomás de Aquino las estimaba más que ser dueño de la ciudad de París; el célebre maurino Bernardo de Monfauçon se refería a ellas como la obra de más rico contenido moral de todo el orbe cristiano, y un patrólogo tan eminente como Altaner rinde homenaje a la exactitud exegética que en ellas campea, superior a la del mismo San Agustín.
Ed. bilingüe (griego/español). 4 vols.: I: Homilías sobre el Evangelio de San Mateo (1-45) (NO0141); II: Homilías sobre el Evangelio de San Mateo (46-90) (NO0146); III: Tratados ascéticos (NO0169); IV: Homilías sobre la Primera Carta a los Corintios (NO0706).
Prólogo, texto griego, versión española y notas de Daniel Ruiz Bueno.
Como obra de elocuencia cristiana, las Homilías sobre el Evangelio de San Mateo son un monumento único y ejemplar en el que la voz de San Juan Crisóstomo tiene la resonancia eterna del evangelio que comenta. De ellas, cualquier alabanza resulta corta. Santo Tomás de Aquino las estimaba más que ser dueño de la ciudad de París; el célebre maurino Bernardo de Monfauçon se refería a ellas como la obra de más rico contenido moral de todo el orbe cristiano, y un patrólogo tan eminente como Altaner rinde homenaje a la exactitud exegética que en ellas campea, superior a la del mismo San Agustín.
Ed. bilingüe (griego/español). 4 vols.: I: Homilías sobre el Evangelio de San Mateo (1-45) (NO0141); II: Homilías sobre el Evangelio de San Mateo (46-90) (NO0146); III: Tratados ascéticos (NO0169); IV: Homilías sobre la Primera Carta a los Corintios (NO0706).
"Y comenzando por Moisés y por todos los profetas [Jesús] les explicó en todas las Escrituras lo que se refería a él" (Lc 24,27).
Los Padres de la Iglesia indagaron a fondo en el Antiguo Testamento en busca de mensajes proféticos referidos al Mesías, y descubrieron que pocos libros bíblicos contienen tantas referencias mesiánicas como los Doce Profetas, también llamados los Profetas Menores no por la menor importancia de sus escritos, sino por la brevedad de los mismos.
Animados por el ejemplo de los escritores del Nuevo Testamento, los Santos Padres hallaron numerosos paralelismos entre los evangelios y los libros proféticos. Entre los acontecimientos profetizados encontraron no sólo la natividad, la huida a Egipto, la pasión y resurrección de Cristo, y la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés, sino también la traición de Judas, el temblor de tierra en la muerte de Jesús y el velo del Templo rasgado. Cada detalle asume así un enorme significado para la doctrina cristiana, como en el caso del bautismo, la Eucaristía y la relación entre la Antigua y Nueva Alianza, entre otros.
En estas páginas encontramos textos -algunos de los cuales se traducen al castellano por primera vez- de más de 30 Padres de la Iglesia, que van de Clemente de Roma, Justino Mártir e Ireneo de Lyón (siglos I-II) a Gregorio el Grande, Braulio de Zaragoza y Beda el Venerable (siglos VI-VIII). Desde el punto de vista geográfico las fuentes se extienden desde los grandes Capadocios -Basilio el Grande, Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa-, Juan Crisóstomo, Efrén de Siria e Hipólito en Oriente, hasta Ambrosio, Agustín, Cipriano y Tertuliano en Occidente, además de Orígenes, Cirilo y Pacomio en Egipto.
Este volumen constituye, pues, un tesoro del que se pueden extraer riquezas antiguas y nuevas, para una mejor comprensión de la sabiduría de los Santos Padres.
Este volumen continúa y complementa la prestigiosa Patrología de Johannes Quasten. En él se expone la literatura patrística latina desde el concilio de Nicea al de Calcedonia; completando de este modo el plan que J. Quasten había realizado para los siglos anteriores y para la literatura griega de este período. Es la época del giro constantiniano y de sus continuadores; de figuras como Hilario, Ambrosio, Jerónimo, Agustín y León Magno; de las herejías cristológicas; del pelagianismo, y de la progresiva separación cultural entre Oriente y Occidente. En su organización, esta obra se ajusta siempre a los criterios metodológicos de Quasten, conjugando dos exigencias fundamentales: ofrecer un tratamiento amplio y orgánico de las principales figuras y factores que dominan la literatura y la historia de este período, y no sacrificar al objetivo anterior las figuras menores o menos conocidas. En su elaboración se ha prestado especial atención a los escritores de la península Ibérica.
La obra consta de 4 volúmenes: I: Hasta el Concilio de Nicea (NO0206); II: La edad de oro de la literatura patrística griega (NO0217); III: La edad de oro de la literatura patrística latina (NO0422); IV: Del Concilio de Calcedonia (451) a Beda. Los Padres latinos (NO0605).
Sinopsis: Basilio de Cesarea (330-379), uno de los grandes Padres de la Iglesia Oriental, destacó entre otras razones por sus brillantes dotes de orador. Nos ha legado una interesante producción homilética difícil de abarcar, tanto por su diversidad temática como por su extensión. Las homilías que se presentan en este volumen, muchas de ellas en primera traducción al castellano, reflejan mejor que otros discursos el aspecto pastoral de su actividad. Tienen en general una intención moral y contienen numerosas citas de la Sagrada Escritura. Los Panegíricos a los mártires son el testimonio y la memoria de aquellos que, con el sacrificio de su vida, sellan su adhesión inquebrantable a Cristo. Mediante una acertada argumentación, Basilio logra su propósito final: despertar la devoción de sus oyentes y exhortar a la imitación; sin dejar de lado, en alguno de los panegíricos, su postura ante las herejías en auge. El segundo conjunto de discursos, las Homilías contra las pasiones, nos transmite imágenes de la vida cotidiana en Capadocia durante la época imperial y es una fuente de información de gran valor para la historia de la moral y las costumbres de la época. Basilio, observador minucioso, logra vívidas descripciones que le proporcionan argumentos contra aquellos que obran en oposición al ideal evangélico. El encuentro, siempre nuevo, con los Padres de la Iglesia nos brinda la oportunidad de revalorar temas y soluciones que siguen siendo actuales.
El Pseudo Dionisio Areopagita, tres heroísmos en conjunción: Biblia, Filosofía y Religión. Tres dimensiones entrelazadas, elevadas seguro hasta las cumbres de santidad y ecumenismo universal Rudolf Otto, Thomas Merton, los jesuitas, H. de Lubac, Lasalle, W. Johnston... han puesto de relieve la relación entre la más profunda religiosidad del Oriente y Occidente. Como fuente de inspiración les han servido las obras del Pseudo Areopagita, cuya conclusión más gloriosa viene a ser la Subida del Monte Carmelo y las Noches de San Juan de la Cruz. Esta edición de sus obras completas se hace tomando como base el texto crítico editado en Gotinga (Alemania) el año 1989. “La teología y la espiritualidad cristianas son impensables sin el Pseudo Dionisio. Su obra conserva perenne frescura y constante actualidad, en particular para las almas cuya respiración es la profunda oración de cada día” (Olegario González de Cardedal).
En el último volumen de su trilogía sobre la Historia de las doctrinas cristianas antes de Nicea, afronta Daniélou el encuentro del cristianismo con la cultura latina.
Necesitados de dar forma a una tradición recibida del helenismo, autores como Tertuliano están determinados por su proximidad al centro del imperio y de la Iglesia. Eso acentúa el carácter eclesiológico de su reflexión y la dota de originalidad y actualidad permanentes
El primer escritor latino de la Iglesia aparece en las Galias (principios del s. IV) y es san Hilario de Poitiers. Pertenece a una de las familias más ricas de la ciudad ansiosas todas de cultura y, más aún, de comodidad. Su ideal es “ser rico y no hacer nada”, según nos dice él mismo. Hasta que la lectura de san Juan le revela el misterio de que “Dios es Padre revelado en su Verbo hecho carne”. Hacia el año 350 es nombrado obispo de su ciudad y lucha valientemente contra el arrianismo con la predicación y la pluma siendo desterrado por el emperador Constancio. Vuelto del destierro, ya con más paz, medita y enseña la Escritura. Muere el año 367. A san Hilario, difícilmente se le descubre, pero quienes lo logran, no le abandonan más. Eso pretende este Diccionario.
Editada esta obra tiempo ha, hace también mucho tiempo que no era posible adquirirla. Por ello, y sobre todo, por su evidente utilidad, es por lo que “Monte Carmelo” ha decidido está reedición sirviéndose de un ejemplar fotocopiado. Su contenido no puede ser más actual: La lectura y el estudio de esos escritores de los cinco primeros siglos de la Iglesia a los que llamamos “Santos Padres” suponen el camino más seguro de lo que hemos dado en llamar nuestra “vuelta a los orígenes”. Nada mejor que ellos para llenar nuestro espíritu del que late en la Escritura, la teología dogmática y mística, la liturgia y demás ciencias sagradas. Si además, este “camino de vuelta” se nos hace más directo y breve como el de esta “Guía práctica”, mejor que mejor.