La obra que presentamos del conocido escritor José Antonio Sayés representa una reformulación del tema de la gracia, en su tercera edición, que destaca por su claridad expositiva y su rigor teológico. Es una exposición sistemática de las grandes cuestiones sobre la gracia, que han tenido una amplia repercusión en la historia del pensamiento cristiano y que el autor enmarca con gran clarividencia en la perspectiva cristológica. De esta manera trata de responder a los interrogantes del hombre de hoy sobre su salvación, el sentido de la vida, el anhelo de absoluto y de felicidad. La obra tiene pues no sólo un sentido cristológico sino también antropológico. Asimismo tiene un valor ecuménico, al recoger los principales puntos del reciente acuerdo luterano-católico sobre la justificación. Presenta, en fin, un proyecto de vida cristiana, basado en la gracia y las virtudes, en su pleno desarrollo, que son el núcleo de la mística y de la espiritualidad cristiana.
Los 100 Momentos-Clave" elegidos nos permitirán recorrer el esfuerzo gigantesco que la (s) Iglesia (s) cristiana (s) han ido realizando a través de los siglos para pensar su identidad y misión dentro de circunstancias culturales, sociales, políticas y eclesiales tan complejas y cambiantes. Veremos a cada autor dentro de sus coordenadas históricas. La división de períodos en el segundo milenio se realiza fundamentalmente por siglos, ya que, sin absolutizar este criterio, cada siglo significa una inflexión, cambio, nueva problemática, estado de ánimo o modo de situarse ante la realidad. Nos hemos detenido con más detalle en el siglo XX. También nuestra perspectiva es básicamente la de la Iglesia Católica, lo cual no impide que el autor de toda su importancia a las aportaciones teológicas procedentes del pensamiento protestante y, en menor medida, del ortodoxo. El final de nuestra historia deja ver que nuestro horizonte ha cambiado, signo patente de que la historia de la Iglesia se adentra en un estadio nuevo, desconocido e indominable, en el que teólogos y teólogas deberán asumir su protagonismo y responsabilidad en la Iglesia y en el mundo para reflexionar y hacer cada día más inteligible la fe. Y dado que esto generará polémicas, pero también diálogos, para no caer víctima de las divisiones humanas, al autor le ha parecido conveniente recuperar el testimonio de aquellos teólogos que se han sentido abogados defensores de la Iglesia en el mundo, y abogados defensores del mundo en la Iglesia.
Dios es Luz, pero la mirada humana queda deslumbrada si observa directamente. La Belleza arrebata y entusiasma como un reflejo divino. Contemplar la Inteligencia del cosmos también. Todas las cosas nos dicen: Él nos hizo. Dios es Amor personal y habla desde el eterno Silencio abriendo su intimidad a los que pueden entender y entrar en amistad íntima. Así se descubre que el Dios único vive en una comunión de Amor entre Tres. Dios es Único, pero no solitario. Los seres humanos caminamos entre nieblas y necesitamos respuestas para que nuestra vida se ilumine. Solo ante la luz del Dios Bueno se ilumina el misterio del mal. Poco a poco, usando razón y fe, el autor va descubriendo a este Dios que siempre es más, y se acerca a los hombres y mujeres de buena voluntad y que quieren escuchar.
Un tema original y atrayente, muy atractivo para un público muy definido.
“Así como la primera venida del Señor tuvo su precursor, así también lo tendrá la segunda. El primero fue "Alguien más que un profeta", San Juan Bautista; el segundo será más que un enemigo de Cristo, será la misma imagen de Satán, el pavoroso y aborrecible Anticristo. Acerca de él, tal cual las profecías lo describen, me propongo hablar; y al hacerlo me guiaré exclusivamente por los antiguos Padres de la Iglesia”.
Los sermones que componen esta obra (El tiempo del Anticristo, La religión del Anticristo, La ciudad del Anticristo y La persecución del Anticristo) fueron predicados durante los cuatro domingos del tiempo de Adviento de 1835.
El autor:
John Henry Newman (Londres, 1801 - Birmingham, 1890) fue el primogénito de seis hermanos nacidos en el seno de una familia burguesa de confesión anglicana. A los quince años experimentó su primera conversión religiosa, que le llevó a vivir una fe evangélica. Tras cursar estudios en Oxford, fue ordenado presbítero de la iglesia de Inglaterra. Formó parte del llamado Movimiento de Oxford que, como reacción de una iglesia sometida a un gobierno secularizado, surgió con el propósito de restituir en el anglicanismo el derecho a considerarse como parte de la Iglesia universal, engarzándolo con la tradición de los padres de la Iglesia y de los grandes teólogos, pero sin ”romanizarlo”. Tras una serie de controversias con distintos obispos anglicanos debidas a sus posiciones cada vez más pro-católicas, en 1842 se retiró a Littlemore. Como consecuencia de sus estudios y tras varios años de oración, en 1845 dio el paso de entrar en la Iglesia Católica. En 1847 fue ordenado sacerdote. El Papa León XIII, en reconocimiento a sus méritos, le elevó al cardenalato en 1879. En 1991, Juan Pablo II impulsó su causa de beatificación al declararlo venerable. Finalmente, fue beatificado por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010. Entre sus numerosas obras cabe destacar su autobiografía Apologia pro Vita Sua (publicada en Ciudadela Libros) además de Perder y Ganar, Persuadido por la Verdad o Cartas al Duque de Nortfolk
En 1864, John Henry Newman, para defenderse de las acusaciones de insinceridad que el polemista Charles Kingley presentó contra él, decidió escribir el relato de su vida. De esta anecdótica controversia surgió una de las autobiografías más personales, íntimas e influyentes de la literatura occidental: Apologia pro vita sua. La temática es la conversión de Newman del anglicanismo a la Iglesia Católica; una historia que versa sobre el valor de nuestras propias elecciones.
Apologia pro vita sua es el testimonio de cómo una batalla personal librada en el terreno de la religión y del dogma teológico puede resultar tan apasionante como llena de significado. Newman, con intensidad y elocuencia únicas, va exponiendo los conflictos y cambios en los que forjó su existencia: sus comienzos como pensador liberal, su conversión a la iglesia de Inglaterra, su ordenación como clérigo anglicano, su gradual movimiento hacia el pensamiento católico, su liderazgo del Movimiento de Oxford, su llamamiento a la santidad y a la catolicidad de la iglesia de Inglaterra para concluir en su “vuelta al hogar de Roma”.
Pero, aparte de las poderosas razones espirituales, hay un motivo secular para leer, o re-leer, la Apologia: su maestría literaria. Newman fue un escritor excepcional. Su prosa es un ejemplo estelar de la mejor literatura victoriana.
Desde las Confesiones de San Agustín, publicadas 1600 años antes, pocas autobiografías han tenido la relevancia de esta obra de Newman. Apología pro vita sua servirá de inspiración para todas las personas de fe y de guía para todos los que vivan un peregrinaje espiritual
¿Qué vigencia tienen todavía las enseñanzas de Jesucristo transmitidas por la Iglesia? ¿Hay un conflicto real entre la fe y la razón? ¿Qué sentido tiene ir a Misa o recibir los Sacramentos? ¿Se puede equivocar la Iglesia Católica en sus enseñanzas?
Fruto de su abundante correspondencia con personas de toda condición, que se dirigen a Jorge Loring para consultarle aquellos temas personales o doctrinales que más inquietud les suscitan, este libro entra de lleno en el núcleo doctrinal de la fe en Jesucristo y en las enseñanzas de la Iglesia
Probablemente Dios no existe, reza la publicidad en algunos autobuses. Sin embargo, los creyentes creen que Dios no calla y que, cuando quiere, sabe hacerse sentir.
Eso pensaban ateos y agnósticos como Chesterton y Dostoievski, Sábato y Francis Collins, Tatiana Goricheva y C. S. Lewis, André Frossard y Edith Stein, Messori y Narciso Yepes. Hasta que pasaron de esa opinión a la seguridad de la existencia de Dios.
Ese misterioso salto no lo dieron en medio de una vida fácil, sino en las circunstancias dramáticas de quienes han sufrido en sus carnes la persecución, la cárcel o una guerra. Ellos mismos, escritores notables, nos cuentan su cambio de vida y de autobús.
José Ramón Ayllón -www.jrayllon.es- escribe libros de texto y ensayos de ética y filosofía, es autor de varias novelas juveniles y pronuncia conferencias sobre el arte de educar.