El libro que el lector tiene entre sus manos aborda una temática profundamente inglesa, pero a su vez tiene un alcance universal. Los tres autores estudiados -Moro, Newman y Chesterton- son ingleses hasta los tuétanos. Uno sufrió martirio por su defensa de la fe católica; los otros dos se convirtieron a ella. Los tres amaron a su patria tiernamente, y los tres sufrieron la persecución, discriminación o calumnias por parte del poder político o de la tradición cultural dominante. Por eso, los tres navegaron contracorriente porque entendieron que lo más digno en el hombre, lo que lo hace feliz y supremamente libre, es ser leal a lo que en una conciencia bien formada se presenta como la verdad. Una verdad que no oprime o limita, sino todo lo contrario: abre las puertas a un mundo amplio, con aire puro, donde se puede respirar a dos pulmones.
La verdad libera. La frase del evangelio de san Juan -la Verdad os hará libres- fue vivida por Moro, libérrimo entre los muros de la Torre de Londres; por Newman, que en su honesta búsqueda de la verdad se liberó de todas las falacias de una tradición político-religiosa que encerraba la mente en los límites estrechos del prejuicio; por Chesterton, quien guiado por el sentido común alcanzó la plenitud de la verdad en la Iglesia católica, que le daba -con expresión muy chestertoniana- la llave para abrir todas las puertas.
Hoy podríamos afirmar que Inglaterra es el mundo. Es decir, que la corriente cultural dominante implica en muchos casos ir contracorriente. Pero contracorriente hacia la libertad: como Moro, siendo leales al poder político, pero sin someter nuestra libertad interior ante sus exigencias despóticas; como Newman, con la libertad de exponer y vivir coherentemente nuestra fe, liberándonos del qué dirán y de los respetos humanos; como Chesterton, presentando con buen humor, sentido común y decisión la belleza y el valor de la verdad, para no quedar esclavizados por las modas pasajeras de lo políticamente correcto.
Mariano Fazio, Buenos Aires, Argentina (25 de abril de 1960). Licenciado en Historia y doctor en Filosofía. Recibió la ordenación sacerdotal en 1991, a manos de san Juan Pablo II. Fue rector de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma entre 2002 y 2008. Ha sido Vicario del Opus Dei en Argentina, Paraguay y Bolivia y, desde 2014 hasta mayo de 2019, fue Vicario General de la misma Prelatura. Actualmente es Vicario Auxiliar del Opus Dei.
Sacerdote, historiador y escritor, Fazio ha publicado más de veinte libros sobre sociedad moderna y procesos de secularización, entre los que destacan Historia de la filosofía III. Filosofía moderna e Historia de la filosofía IV. Filosofía contemporánea, Transformar el mundo desde dentro y De la persona a la aldea global, todos publicados en Palabra.
Este libro recoge, por primera vez en lengua española, todos los artículos y ensayos breves sobre cuestiones religiosas que el autor escribió tras su conversión en 1922.
Esta obra se convierte así en una referencia para conocer el pensamiento del Chesterton apologeta de la fe. Unas páginas que ponen de manifiesto su extraordinaria capacidad para discurrir sobre las cuestiones más elevadas con una genialidad y sencillez incomparables.
“La dificultad de explicar «por qué soy católico» radica en el hecho de que existen diez mil razones para ello, aunque todas acaban resumiéndose en una sola: que la religión católica es verdadera”. He aquí la causa por la que el 30 de julio de 1922, G. K. Chesterton deseó ser acogido en el seno de la Iglesia Católica. Sin embargo, la travesía espiritual seguida hasta entonces por este grandísimo escritor no fue breve ni estuvo exenta de obstáculos, lo cual muestra su honestidad a la hora de encarar su conversión.
En la Inglaterra de entonces, donde la Iglesia católica era muy poco popular, Chesterton hubo de responder en numerosas ocasiones por los motivos de su bautismo. No obstante, fiel a su personalidad sencilla y directa, Chesterton no escamoteó la cuestión ni los ataques y siempre defendió públicamente su fe y la racionalidad del Cristianismo. Esas respuestas, dadas en muchas ocasiones en forma de artículos o ensayos breves, se encuentran en este volumen, que sigue la edición americana de la editorial Ignatius, de las obras completas de G.K. Chesterton.
El autor:
Gilbert K. Chesterton nació en Londres el 29 de mayo de 1874. Desde muy pequeño mostró un gran interés por las letras, aprendiéndose poesías de Shakespeare de memoria, aun cuando no sabía cuál era el significado de las palabras. Inquieto, siempre mantuvo una fuerte tensión religiosa. Educado en el anglicanismo, paso momentos muy alejado de la fe, y en 1922, tras un proceso personal que duró varios años, pasó a formar parte de la Iglesia católica.
Cultivó la crítica, el ensayo, la novela, la lírica, el relato breve y la redacción periodística. Sus obras gozaron de gran celebridad desde el primer momento, y fue un notorio polemista conocido tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos. Tras su muerte, el 14 de junio de 1936, el papa Pío XI le otorgó el título de Defensor Fidei
Un tema original y atrayente, muy atractivo para un público muy definido.
“Así como la primera venida del Señor tuvo su precursor, así también lo tendrá la segunda. El primero fue "Alguien más que un profeta", San Juan Bautista; el segundo será más que un enemigo de Cristo, será la misma imagen de Satán, el pavoroso y aborrecible Anticristo. Acerca de él, tal cual las profecías lo describen, me propongo hablar; y al hacerlo me guiaré exclusivamente por los antiguos Padres de la Iglesia”.
Los sermones que componen esta obra (El tiempo del Anticristo, La religión del Anticristo, La ciudad del Anticristo y La persecución del Anticristo) fueron predicados durante los cuatro domingos del tiempo de Adviento de 1835.
El autor:
John Henry Newman (Londres, 1801 - Birmingham, 1890) fue el primogénito de seis hermanos nacidos en el seno de una familia burguesa de confesión anglicana. A los quince años experimentó su primera conversión religiosa, que le llevó a vivir una fe evangélica. Tras cursar estudios en Oxford, fue ordenado presbítero de la iglesia de Inglaterra. Formó parte del llamado Movimiento de Oxford que, como reacción de una iglesia sometida a un gobierno secularizado, surgió con el propósito de restituir en el anglicanismo el derecho a considerarse como parte de la Iglesia universal, engarzándolo con la tradición de los padres de la Iglesia y de los grandes teólogos, pero sin ”romanizarlo”. Tras una serie de controversias con distintos obispos anglicanos debidas a sus posiciones cada vez más pro-católicas, en 1842 se retiró a Littlemore. Como consecuencia de sus estudios y tras varios años de oración, en 1845 dio el paso de entrar en la Iglesia Católica. En 1847 fue ordenado sacerdote. El Papa León XIII, en reconocimiento a sus méritos, le elevó al cardenalato en 1879. En 1991, Juan Pablo II impulsó su causa de beatificación al declararlo venerable. Finalmente, fue beatificado por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010. Entre sus numerosas obras cabe destacar su autobiografía Apologia pro Vita Sua (publicada en Ciudadela Libros) además de Perder y Ganar, Persuadido por la Verdad o Cartas al Duque de Nortfolk
En 1864, John Henry Newman, para defenderse de las acusaciones de insinceridad que el polemista Charles Kingley presentó contra él, decidió escribir el relato de su vida. De esta anecdótica controversia surgió una de las autobiografías más personales, íntimas e influyentes de la literatura occidental: Apologia pro vita sua. La temática es la conversión de Newman del anglicanismo a la Iglesia Católica; una historia que versa sobre el valor de nuestras propias elecciones.
Apologia pro vita sua es el testimonio de cómo una batalla personal librada en el terreno de la religión y del dogma teológico puede resultar tan apasionante como llena de significado. Newman, con intensidad y elocuencia únicas, va exponiendo los conflictos y cambios en los que forjó su existencia: sus comienzos como pensador liberal, su conversión a la iglesia de Inglaterra, su ordenación como clérigo anglicano, su gradual movimiento hacia el pensamiento católico, su liderazgo del Movimiento de Oxford, su llamamiento a la santidad y a la catolicidad de la iglesia de Inglaterra para concluir en su “vuelta al hogar de Roma”.
Pero, aparte de las poderosas razones espirituales, hay un motivo secular para leer, o re-leer, la Apologia: su maestría literaria. Newman fue un escritor excepcional. Su prosa es un ejemplo estelar de la mejor literatura victoriana.
Desde las Confesiones de San Agustín, publicadas 1600 años antes, pocas autobiografías han tenido la relevancia de esta obra de Newman. Apología pro vita sua servirá de inspiración para todas las personas de fe y de guía para todos los que vivan un peregrinaje espiritual