El texto del Apologético que presentamos se conserva, de hecho, en las actas del XV concilio de Toledo, celebrado en el año 688. Se trata de parte del escrito que Julián, en nombre del episcopado hispano, envió a la sede apostólica para defenderse de unas acusaciones de las que poco sabemos, relacionadas con la recepción en Hispania de las actas latinas del III concilio de Constantinopla. La respuesta a las perplejidades romanas se sitúa en la línea de la literatura teológica ibérica del s. VIII caracterizada por la labor de síntesis y transmisión del magisterio y de la doctrina ortodoxa de los siglos anteriores.
En esta breve obra Julián muestra no solamente su dominio de las técnicas retóricas sino también la calidad de su pensamiento teológico, en este caso prevalentemente cristológico, heredero de una serie de escuelas constituidas por autores como Leandro e Isidoro de Sevilla, Braulio de Zaragoza y Eugenio e Ildefonso de Toledo, entre otros, que contribuyeron a configurar lo que se ha venido a denominar siglo de oro de la Iglesia visigoda.
Hay personas cuyas vidas pueden explicarse desde una sola coordenada vital o un solo rasgo del propio carácter, que ha llegado a ser eje central de su existencia. Es el caso de la amistad de san Agustín. Algunas vidas pueden explicarse desde una sola coordenada vital o un solo rasgo de su carácter, que llega a ser eje central de su existencia. Este es el caso, según Teófilo Viñas, de san Agustín. La amistad puede explicar todo lo que hizo y vivió aquel hombre extraordinario. En una primera parte aborda cómo definía y vivía él la amistad, y cómo esta fue madurando desde su niñez hasta su ordenación sacerdotal en el año 391. La segunda parte ofrece, a través de sus cartas, una hermosa panorámica de la amistad que mantuvo con numerosas personas, también con quienes no compartían su fe. TEÓFILO VIÑAS ROMÁN, O.S.A. (Andavias, Zamora) es doctor en Teología por la Universidad de Salamanca, fue ordenado sacerdote en 1956 y es un reconocido experto sobre la doctrina y la obra de san Agustín. Es autor de numerosos libros y artículos de investigación y desde 2003 es director de la revista La Ciudad de Dios.
Edición bilingüe con el texto latino de la edición crítica leonina. Reimpresión de la edición de 1955.
Traducción y anotaciones por una comisión de PP. Dominicos presidida por Francisco Barbado Viejo, OP.
Este décimosegundo volumen comprende: Tratado de la vida de Cristo Verbo encarnado, versión e introudcciones Alberto Colunga, OP.
Introducción a algunos Padres de la Iglesia, con la ayuda de una antología de sus principales textos. La selección trata de subrayar los aspectos bíblicos de textos que suponen una continuación natural de la Escritura. A menudo se trata de textos contemporáneos al Nuevo Testamento, aunque no se les considere dentro del canon de libros inspirados incluidos en la Biblia.
Será de gran ayuda para el estudiante y para todo el que busque profundizar en autores como san Ignacio de Antioquía, san Justino, Tertuliano y Orígenes, san Atanasio, san Juan Crisóstomo, san Isidoro de Sevilla o san Agustín, entre otros.
Jerónimo Leal es profesor de Patrología en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Es doctor por el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma, donde también desarrolla tareas docentes. Es autor de varios libros, como La antropología de Tertuliano; Tertuliano, a los paganos. El testimonio del alma; Actas latinas de los mártires africanos; Credibile... quia ineptum: Tertuliano y el problema de la interpretación, etc. Con Rialp ha publicado Los primeros cristianos en Roma.
A veces se habla de los primeros cristianos como un ejemplo adecuado para los cristianos corrientes de nuestros días: por su naturalidad, su testimonio de fe fuertemente contagiosa, su vida ordinaria en la familia y en el trabajo, como el resto de la gente de su tiempo... En este breve volumen el autor nos descubre cómo era un día corriente en la Roma antigua y cómo vivían su fe aquellos primeros seguidores de Jesucristo, llevando a cabo la hospitalidad cristiana, el trabajo propio de su condición, el descanso y la liturgia, la catequesis y la asistencia social, etc. El texto da a conocer cómo eran los lugares de culto, y dedica una mención especial al papel de la mujer cristiana.
Jerónimo Leal es profesor ordinario de Patrología y director del Departamento de Historia de la Iglesia en la Pontificia Università della Santa Croce (Roma). Colabora también, en calidad de invitado, con el Instituto Patrístico «Augustinianum». Entre sus publicaciones en castellano cabe destacar Tertuliano, A los paganos. El testimonio del alma y Actas latinas de mártires africanos (ambas publicadas por Ciudad Nueva).
Edición bilingüe con el texto latino de la edición crítica leonina.
Traducción y anotaciones por una comisión de PP. Dominicos presidida por Francisco Barbado Viejo, OP.
Este undécimo volumen comprende: Tratado del Verbo encarnado, versión Francisco José Ayala, OP; introducciones Manuel Cuervo, OP.
Reimpresión de la edición de 1960.
Edición preparada por María Inmaculada Delgado Jara.
Dentro de las Homilías exegéticas al Nuevo Testamento escritas por san Juan Crisóstomo, contamos con setenta y siete homilías sobre las dos cartas a los Corintios de san Pablo, de quien Crisóstomo fue admirador entusiasta. Presentamos, por primera vez en lengua española, la serie de las 44 Homilías sobre la Primera Carta a los Corintios que el gran orador pronunció probablemente en Antioquía de Siria, sin que podamos determinar la fecha exacta de composición. Además de la traducción, en el presente volumen se presentan unas pinceladas biográficas de autor, un breve comentario de las homilías y una descripción sucinta de la temática abordada en ellas.
Inmaculada Delgado Jara (Bilbao 1967) es profesora de Lengua Griega en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, y autora, entre otros libros, de una Gramática griega del Nuevo Testamento en dos volúmenes, Morfología (2004) y Sintaxis (2011), y de un Diccionario griego-español del N.T. (2006).
Ed. bilingüe (griego/español). 4 vols.: I: Homilías sobre el Evangelio de San Mateo (1-45) (NO0141); II: Homilías sobre el Evangelio de San Mateo (46-90) (NO0146); III: Tratados ascéticos (NO0169); IV: Homilías sobre la Primera Carta a los Corintios (NO0706).
San Ambrosio de Milán (340-397) dedicó una gran solicitud pastoral a las vírgenes cristianas. Fruto de sus desvelos pastorales son los tres tratados que publicamos en este volumen: De uirginitate, De institutione uirginis y la Exhortatio uirginitatis. Con anterioridad, en esta misma colección publicamos los escritos De uirginibus y De uiduis. De esta manera cumplimos el propósito de sacar a la luz pública todo el corpus ambrosiano sobre la virginidad en lengua castellana. El primer tratado sobre la Virginidad que presentamos comienza con unos exempla sobre la sabiduría del rey Salomón y sobre Jefté. La actuación de este último le da pie para desarrollar una homilía en defensa de la virginidad. Finaliza la obra con otra homilía dedicada a la fiesta de S. Pedro y S. Pablo. El escrito consagrado a la Instrucción de la virgen tiene una particular significación, pues en él se destaca el papel de la Virgen María como modelo a imitar por las vírgenes cristianas. Se puede decir que estamos ante una obra eminentemente mariológica que va a tener un gran influjo en siglos posteriores. Aquí se nos muestra Ambrosio como un valedor a ultranza de la virginidad de Santa María, frente a detractores como Bonoso. La Exhortación a la virginidad reproduce una homilía de Ambrosio predicada en Florencia con motivo de la traslación de las reliquias de S. Agrícola. El obispo de Milán utiliza un recurso literario que consiste en poner en boca de Juliana, viuda de uno de los mártires cuyas reliquias se habían trasladado, un discurso animando a sus hijas a vivir la virginidad. Después, Ambrosio retoma la palabra para aplicar a las vírgenes unas enseñanzas del Cantar de los Cantares. En todo el volumen se puede apreciar el dominio de Ambrosio sobre los textos bíblicos, así como la exégesis que hace de los mismos, siguiendo en este punto las líneas generales de la hermenéutica alejandrina de tipo origeniano, aunque tampoco falten aplicaciones muy concretas de carácter parenético.
Acercarse a las «Confesiones» de San Agustín y sintonizar con su mensaje no ha sido nunca, y menos ahora, un ejercicio de pura erudición consistente en buscar el futuro en el pasado, sino la constatación obligada y contagiosa de la inquietud radical del hombre en la búsqueda de la verdad, de la felicidad, de Dios. Por eso las «Confesiones» agustinianas, uno de los grandes «best-seller» de todos los tiempos, no han perdido nada de su frescor y espontaneidad originarios.
Hoy como ayer sigue teniendo vigencia universal el valor de la experiencia íntima de Dios, de ese Dios que anda por nuestra vida y que es la clave interpretativa del misterio biológico y espiritual del hombre. La trayectoria agustiniana sigue marcando hitos concretos que continúan siendo válidos en nuestra era de la posmodernidad como respuesta a las preguntas radicales de la existencia humana y como encuentro, siempre antiguo y siempre nuevo, con el Padre que Jesucristo nos ha revelado.