El presente volumen ofrece las tres obras de Clemente de Alejandría (h. 150-215), que faltaban de editar en la presente Colección. Son tres obras que han sido consideradas por la tradición literaria como escritos menores del Alejandrino, pero que reflejan a la vez su personalidad cristiana y científica, de igual manera que lo hacen los otros escritos más importantes salidos de su pluma. A pesar de ello, en los últimos años las voces de los investigadores del autor paleocristiano no han dejado de proclamar que los Excerpta, las Eclogae y las Adumbrationes constituyen la cima literaria de nuestro Autor. El título del primer trabajo: Extractos de los escritos de Teódoto y de la llamada escuela oriental en el tiempo de Valentín, no identifica con exactitud el carácter variado de la obra, pues algunos comentarios son originarios de Teódoto, según el Alejandrino, otras explicaciones son del mismo Clemente y, finalmente, otras son atribuidas a los discípulos de Valentín, tanto de la escuela oriental como de la occidental. A pesar de la complejidad y carácter fragmentario que encierran los Extractos y que precisamente acentúan la oscuridad del texto, los fragmentos de Teódoto son de una importancia fundamental para el conocimiento de la gnosis valentiniana y su influencia en el pensamiento cristiano de la época. Las Éclogas son unas breves reflexiones bíblicas que a Clemente le sirven para explicar el progreso de la vida espiritual del fiel cristiano, desde el momento mismo de la recepción del bautismo hasta alcanzar la meta final. El interés científico de este escrito ocupa un lugar destacado en la historia de la doctrina cristiana, pues el teólogo puede contemplar los temas más importantes que discurren desde la protología hasta la escatología. El discurso al que se refiere la tercera obra de Clemente, que se traduce ¿Qué rico se salva?, es un comentario al conocido pasaje evangélico del joven rico, transmitido en Mc 10, 17-31. Tiene una importancia excepcional en la literatura patrística por ser pionero en enderezar un problema de múltiples resonancias morales, como era el de la posesión y el uso de las riquezas materiales. Clemente expone su juicio valorativo sobre la omnipotencia de Dios y la existencia de los bienes materiales, y cuál debe ser el comportamiento del cristiano frente a dichas realidades. En las obras que se han editado de Clemente de Alejandría en esta misma Colección, y cuyos textos se han puesto en manos de los lectores de habla castellana, el Alejandrino menciona otras obras salidas de su pluma de las que sólo se conocía el título. No obstante, algunas autoridades antiguas nos han transmitido diversos fragmentos de algunas de ellas. Estas fracciones literarias, junto con las descubiertas por los críticos modernos, son las que el presente volumen ofrece en último lugar bajo el título genérico de Fragmentos.
Sinopsis: La obra de Clemente de Alejandría (h. 150-215) que ofrece el presente volumen constituye una invitación personal a la conversión. En la tradición cultural clásica un protréptico era, en sentido estricto y originario, un discurso de propaganda académica; por ello el autor cristiano adopta esta fórmula para presentar la primera tarea pedagógica del Logos divino, antes de presentarlo como Pedagogo y Maestro. Siguiendo un orden de prioridad, Clemente despliega su magisterio demostrando, en primer lugar, que el Logos de Dios es protréptico, porque exhorta e incita al cambio de vida y a la búsqueda de la verdad y de la salvación. Se trata de su primera obra literaria en la que ensalza a Cristo como intérprete y maestro del nuevo orden de realidades que establece el cristianismo. Utilizando el mismo método de los primeros apologistas cristianos, dibuja un cuadro de sombras y claros que descansa en la inmoralidad y necedad de los cultos, fábulas y misterios paganos por una parte, y, por otra, en la verdad y auténtica sabiduría de Cristo-Logos. Las exhortaciones transmitidas, llenas de piedad y optimismo, son válidas para el hombre de cualquier época. Se trata de la obra más sobria y mejor compuesta por el Alejandrino, donde aparecen todas sus mejores artes como escritor y moderador entre la cultura pagana y la cristiana. El resultado es un hermoso canto a la revelación divina. Con la publicación de este volumen se concluyen las tres obras más importantes de Clemente de Alejandría. Un autor de los primeros siglos del cristianismo que tiene mucho que decir a los lectores de nuestros días. En palabras del papa Benedicto XVI, Clemente de Alejandría «puede servir de ejemplo a los cristianos, a los catequistas y a los teólogos de nuestro tiempo» (Discurso del 18 de abril de 2007). Ciertamente su diálogo con la cultura de su tiempo puede marcar las pautas de la inculturación contemporánea.
Sinopsis: Tito Flavio Clemente nació probablemente en Atenas, de padres paganos, a mediados del siglo II de la era cristiana.
Pertenecía a una familia pagana y recibió una primera y esmerada educación también pagana.
Aunque ignoramos las circunstancias de su conversión, sabemos que hacia el año 190, Panteno –su maestro– le asocia a la enseñanza en la Escuela Catequética de Alejandría; y que diez años después le sucede en el magisterio y, tal vez, en la dirección de la misma.
Probablemente murió antes del año 215.
Durante los tres siglos posteriores a su muerte son numerosos los testimonios de estima y reconocimiento de su ciencia, ortodoxia y santidad.
Sinopsis: Los dos libros de los Stromata de Clemente de Alejandría (h. 150-215) que comprenden este volumen ofrecen nuevos argumentos de algunos temas ya estudiados en los libros precedentes del maestro Alejandrino. No obstante, también aparecen nuevas cuestiones: el cristiano debe sentirse libre de cualquier atadura mundana; igual que los mártires paganos, el cristiano que da testimonio con su muerte puede merecer toda clase de alabanza, al tolerar el sufrimiento, la pobreza y toda contradicción. Este es el auténtico valor del martirio cristiano, imitando así a Cristo mismo, que también experimentó el martirio en su propia carne.
El contenido principal del libro cuarto está destinado a desmontar dos falsas concepciones de los heterodoxos: el martirio es el justo precio por el pecado cometido por el ser humano, y todavía la más sofisticada idea de que el hombre es inmortal por+ naturaleza pero desea morir para aniquilar la muerte misma. Clemente argumenta con la vida misma del Salvador: si entre los hombres existe un linaje elegido que ha venido para destruir la muerte, entonces no fue Cristo quien la destruyó, a no ser que se admita -afirma nuestro autor- la consusbtancialidad de Cristo con ese linaje humano elegido. Precisamente en la semejanza con Cristo reside la perfección del verdadero cristiano.
Cuatro son los temas principales que se abordan en el libro quinto de los Stromata y que dan origen a las cuatro partes en que se puede dividir el mismo: la relación entre fe y gnosis, el género simbólico, el misterio de Dios y el latrocinio de los griegos. Clemente, si nos atenemos a la extensión que dedica a estas partes, se olvida una vez más de su propósito primero, que es el de exponer las relaciones entre fe y gnosis, y desarrolla con más amplitud las partes segunda y cuarta. Incluso la parte cuarta de este libro quinto, dedicada al hurto de los griegos, necesitará una más amplia explicación en el libro sexto, que se ofrecerá en el próximo y úlitmo volumen de esta obra magna del maestro Alejandrino.
Sinopsis: Los Stromata constituyen una de las obras más originales y profundas de toda la literatura cristiana de los tres primeros siglos. Su celebridad ha sido puesta de manifiesto por las más amplias y cualificadas investigaciones modernas sobre los primeros escritos de la Iglesia.
El autor trata en ella los temas de más difícil solución en todos los tiempos: las relaciones entre filosofía y fe, interés e importancia de la revelación judía y la cristiana, cuestiones de cosmología con derivaciones ecológicas, problemas teológicos que siempre han sido objeto de atención, como la existencia de la gnosis ortodoxa, los simbolismos de la naturaleza y de las Escrituras, temas fundamentales del pensamiento humano, como la finalidad de la propia existencia del hombre y los caminos que pueden llevarle a la unión con Dios; etc.
Este primer libro -toda la obra consta de siete- está enteramente consagrado a una cuestión que en los primeros siglos era vital para el cristianismo: ¿Podría un cristiano servirse de los tesoros de la cultura griega y especialmente de la filosofía?
356 páginas
Clemente de Alejandría vivió a caballo de los siglos II y III. Nacido en Atenas, ocupó la cátedra de la escuela catequística de Alejandría hasta que hubo de huir a Capadocia a raíz de las persecuciones de Septimio Severo. Hombre de vasta erudición, se propuso en su obra demostrar que el saber helénico y la doctrina cristiana podían y debían armonizarse. Versado en las filosofías platónica, pitagórica, estoica y epicúrea, así como en sus varias reformulaciones, argumentó e ilustró su convicción de que, esencialmente, conducían a la salvación cristiana, con su corolario de conocimiento verdadero, la teología. La tesis del presente tratado es que el verdadero Pedagogo es el Logos, y ese Logos está encarnado en Jesucristo. Esta brillante síntesis de pensamiento griego y fe cristiana tiene su complemento en el Protréptico (publicado también en Biblioteca Clásica Gredos), donde Clemente entra en polémica con las creencias y las prácticas del mundo antiguo.
Traducción y notas de J. Sariol Díaz. Introducción de A. Castiñeira Fernández. Revisada por M. López Salvá.
Sinopsis: El objetivo primario del maestro Alejandrino consiste en la explicación de los principios más importantes del cristianismo.
Clemente se sirve de la cultura griega para demostrar que la verdad que desean alcanzar los filósofos paganos no está muy distante de la que han alcanzado los cristianos mediante la virtud de la fe. Con otras palabras: la fe constituye un sólido conocimiento, tan verdadero como el de las argumentaciones de los filósofos.
Clemente analiza en las primeras páginas del libro segundo de los Stromata las relaciones entre fe y gnosis, a la vez que manifiesta la necesidad de un Dios revelador y la disponibilidad humana a dicha revelación. De esta simbiosis divino-humana nace la fe, y con ella todo el cortejo de virtudes cristianas: penitencia, temor de Dios, lealtad, confianza, etc., incluso la gnosis misma. El estudio de estos valores del cristiano creyente constituye el otro gran argumento del Alejandrino y que tiene como objetivo final la identificación con Dios.
El contenido del tercero de los Stromata se desenvuelve en el ámbito de la moral matrimonial, con especial atención a la virtud de la continencia. ¿Es mala por naturaleza la sexualidad del ser humano? Clemente responde con argumentos teológicos, escriturísticos y filosóficos, a las doctrinas heréticas que defienden principios de rigorismo excesivo o laxismo moral en el ámbito de la sexualidad humana. El maestro Alejandrino, frente a los falsos representantes de la gnosis, se erige como abanderado de la doctrina verdadera sobre el matrimonio cristiano.
Este volumen pues, presenta los dos aspectos doctrinales más queridos de Clemente: el gnoseológico y el ético. Ambos caminos son imprescindibles para el hombre que desee acercarse un poco al que es la Verdad y la Vida.
Sinopsis: Este volumen presenta los últimos libros de los Stromata de Clemente de Alejandría (h. 150-215), una de las obras más originales y profundas de los primeros siglos de la literatura cristiana. Siguiendo la mejor transmisión editorial, se incluye también estas páginas el llamado libro octavo, aunque este escrito presente contenidos y metodología distintos al resto de los libros que componen la obra magna del escritor Alejandrino.
Tanto el libro sexto como el séptimo ofrecen al lector «el discurso ético», como le gusta decir al Autor paleocristiano; es decir, el modo de vida del auténtico cristiano, aunque cada escrito lo enfoca desde perspectivas diferentes. En el libro sexto Clemente se referirá al comportamiento o vida del cristiano en sus relaciones con los demás hombres, mientras que en el libro séptimo expone la conexión del cristiano con Dios. Ambos aspectos, ya tratados someramente en los libros anteriores, son los que delinean los trazos más importantes del programa del cristiano perfecto, del gnóstico verdadero, conforme al vocabulario clementino. Así en el libro sexto se completa el tema del plagio iniciado en el anterior escrito, la cuestión del origen de la filosofía y finalmente la actitud gnóstica fente a la contemplación, la ciencia, la Escritura, etc. En el libro séptimo Clemente señala la tarea del cristiano con los objetivos que éste debe alcanzar, explicando con detalle algunos aspectos importantes de la vida cristiana como son, por ejemplo, la oración, el trato con Dios, los grados de perfección, etc.
Respecto al libro octavo de los Stromata llama la atención su contenido, tan diferente del que aparece en el resto de los libros. El que se ofrece en los otros libros es fundamentalmente teológico, mientras que estas páginas presentan un tema filosófico, y más concretamente sobre materia de lógica: la necesidad de investigar para lograr la verdad, la incongruencia del escepticismo y la última parte sobre las distintas clases de causas.