Este libro es un diálogo entre el lector y el que, según el estadounidense Mark Twain, «sigue siendo, con mucho, la personalidad más extraordinaria que haya producido jamás la raza humana». Juana nos toma la mano para entrenarnos, susurrándonos los mejores consejos posibles para la vida. La heroína de Orleans es una joven asombrosamente moderna. No hay nada raro en ella, nada fuera de lugar, nada anacrónico. El personaje de Juana es eternamente nuevo. Dios quiso que Juana fuera, para cada uno de nosotros (hombres y mujeres que trabajan en el corazón de la sociedad y están metidos de lleno en los asuntos del mundo), un entrenador, un maestro, una madre.
Estos cuadernos exponen de manera exclusivamente práctica las enseñanzas de Alex Havard sobre el liderazgo virtuoso, presentadas en sus libros anteriores. Este material te ayudará a conocerte bien a ti mismo: tu temperamento biológico, las fortalezas y deficiencias de tu carácter espiritual y las virtudes que son para ti un desafío. Te ayudarán también a descubrir tu misión personal en la vida y a establecer un plan de crecimiento, basado en las virtudes específicas del líder que son la magnanimidad y la humildad.
A diferencia del animal, que determina su voluntad por el instinto, el hombre posee una voluntad libre: es capaz de hacer elecciones. Sin embargo, más allá de esta libertad de base –de esta voluntad libre–, existe una libertad superior: la libertad del corazón. Un corazón libre es un corazón que está acostumbrado a decir que sí a valores trascendentales, a impulsos e inspiraciones divinas, cuando estos se manifiestan en las profundidades de su ser. Nuestro grado de libertad depende de la frecuencia e intensidad de estos «síes». Esta libertad del corazón es fruto de un trabajo en profundidad con uno mismo.
El liderazgo no puede ser sino virtuoso. Si no lo es, no es liderazgo. Cuando los antiguos griegos hablaban de liderazgo, ponían el acento en las virtudes de sus líderes. No podían imaginar un liderazgo desprovisto de valores y virtudes. Desde el principio el liderazgo se concibió como una actividad moral.
Este libro quiere presentar aquello que debemos saber y aquello que debemos hacer para convertirnos en líderes virtuosos. Ante todo debemos aprender a conocernos a nosotros mismos.
El objetivo de esta obra: el conocimiento propio, la excelencia personal y la plenitud de vida.
Creados para la Grandeza ahonda en la enseñanza sobre la virtud de la magnanimidad. Una virtud capaz de establecer el tono de toda tu vida, transformarla, darle un nuevo significado y conducir al crecimiento de tu personalidad. La magnanimidad es la voluntad de emprender grandes tareas; es la fuente de la grandeza humana. Junto con la humildad, es una virtud específica para los verdaderos líderes, guiados por el deseo de alcanzar la grandeza, resaltando la grandeza de los demás. Completo con pasos prácticos y puntos para el examen personal, este libro no solo te inspirará, sino que te situará firmemente en el camino hacia una vida más magnánima, más plena.
Un testo sulla magnanimità. E' un ideale che ha le sue radici nella fiducia nell'uomo e nella sua intrinseca grandezza. E' la virtù dell'agire. E' la forma suprema della speranza umana. La magnanimità è una virtù capace di dare senso a una vita intera, trasformandola, dandole nuovo significato e guidandola verso la maturazione della personalità. E' la prima virtù che identifica un leader.
La leadership non è solo ciò che possiamo immaginare in modo superficiale. Nel sentire questa parola, pensiamo a capi di stato o di governo che muovono nazioni, capitani d'azienda che lanciano sul mercato prodotti che cambiano le nostre vite, generali al comando di eserciti sul campo di battaglia. Si pensa che la leadership consista in un amalgama di ambizione, carisma, abilità, competenze, soldi, e del dono di essere al posto giusto nel momento giusto. Certamente questi sono talenti e qualità di cui approfittare al massimo, ma nessuno di questi è l'essenza della leadership. L'essenza della leadership è il carattere. La leadership non è riservata a un'élite. Non è una vocazione per pochi ma per molti. Capi di stato e professori di scuola, direttori d'azienda e donne di casa, capi di stato maggiore e infermieri, tutti fanno uso della leadership. La leadership è poi una questione di virtù e la virtù è un'abitudine acquisita con la pratica, si può affermare, senza timore di sbagliare che nessuno nasce leader, ma si diventa leader attraverso l'allenamento e la pratica. Non tutti possono diventare presidenti, primi ministri o vincere il Premio Nobel per la letteratura o giocare da attaccanti nel Real Madrid. Tutti però possiamo crescere in virtù e la leadership non esclude nessuno.