Las investigaciones lógicas surgieron de los problemas que Husserl encontró en sus largos esfuerzos por «obtener una explicación filosófica de la matemática pura». Estos ensayos constituyen una nueva fundamentación de la lógica pura y de la teoría del conocimiento. El primer volumen incluye los prolegómenos a la lógica pura y las dos primeras investigaciones, tituladas «Expresión y significación» y «La unidad ideal de la especie y las teorías modernas de la abstracción». El segundo volumen contiene las otras cuatro: «Sobre la teoría de los todos y las partes», «La diferencia entre las significaciones independientes y no-independientes y la idea de la gramática pura», «Sobre las vivencias intencionales y sus contenidos» y «Elementos de un esclarecimiento fenomenológico del conocimiento».
Este breve escrito constituye una admirable introducción a la fenomenología, y aun a la filosofía misma, plena de claridades y de sustancia filosófica. En él, bajo el lema de `a las cosas mismas`, encontrará el lector una nítida delimitación del objeto propio de la filosofía, configurado, al decir del autor, por el estudio de las esencias y las conexiones apriorísticas entre ellas. Y hallará asimismo una perfecta exposición del método fenomenológico, concebido como el único adecuado a ese objeto, al paso de una incursión en varios problemas filosóficos a la que se nos invita desde el comienzo.
Pensadores griegos de Theodor Gomperz es un verdadero hallazgo. Cuando la obra apareció entre 1896 y 1909 en su primera edición (aparecerían rápidamente tres ediciones más), tuvo una acogida entusiasta por los especialistas de todo el mundo. En muy poco tiempo fue traducida al francés, inglés, italiano, ruso y hebreo.
Gomperz recorre el camino de la filosofía hacia atrás. Para él, los pensadores antiguos son contertulios / interlocutores / compañeros de debate, a los que pregunta sobre sus aportaciones a la Verdad. Para él era una obviedad histórica que pudieran aceptarse malas argumentaciones o enseñanzas incorrectas como puntos de transición necesarios para alcanzar esa verdad. Traduce la antigua filosofía obtusa en ágiles pensamientos para nosotros, y convierte a los sofistas, epicúreos, estoicos y peripatéticos en contertulios virtuales, en una reflexión común sobre el mundo, forjada a lo largo de los siglos.
Quien se introduzca en este diálogo, alcanzará una gran recompensa en el Saber, pero también puede hallar una clave de cómo llevar a cabo la búsqueda del conocimiento, la sabiduría y la felicidad, que todos emprendemos en algún momento.
Es un libro de Filosofía de la Educación. Dentro del saber pedagógico, la misión de esta disciplina es reflexionar sobre los conceptos y la realidad educativa que ellos representan. Esta reflexión se realiza desde la perspectiva teleológica; esto es, desde la consideración del fin de la educación. Los distintos capítulos de este libro, con diferente temática y contenido, mantienen un hilo conductor común: la necesaria atención a la subjetividad en la actuación educativa. Los temas tratados son de apreciable diversidad. Sin embargo, todos ellos mantienen esa referencia común a la subjetividad. Esta referencia se halla más o menos explícita en cada capítulo, pero opera en todos ellos como tronco en el que se engarzan los diferentes asuntos tratados. Es una propuesta metodológica alternativa a la que ofrece el objetivismo de las llamadas «ciencias de la educación».
La crisis modernista de principios de nuestro siglo en la Iglesia católica constituyó una página apasionante, aunque no siempre gozosa, de nuestra historia eclesial. No se trató sólo de nuevos planteamientos teológicos sino, sobre todo, de una nueva mirada al pasado, de un nuevo intento de relacionar la razón y la fe y, en definitiva, del permanente problema del conocimiento religioso. En esos años no siempre se llegó a las propuestas adecuadas, pero nuestra teología actual, sin duda, es deudora de muchas de aquellas ideas, sugerencias y elaboraciones. El libro que presentamos es, probablemente, la primera síntesis existente del complejo problema modernista. De manera ágil, sugerente, rigurosa y completa, presenta todos los elementos necesarios para comprender en qué consistió y qué pretendió el llamado modernismo, al tiempo que señala lo que supuso para la vida de la Iglesia de aquellos años. Al mismo tiempo, facilita nuestra comprensión de la situación religiosa actual.
En este libro, continuación de Humanismo: los bienes invisibles, el autor analiza dos dimensiones complementarias en el armónico desarrollo del hombre: la formación personal (resortes interiores, disciplina y trabajo) y la dimensión social (el arte de educar, el arte de gobernar, la familia). Finalmente, ofrece al lector una interesante reflexión sobre el sentido religioso, indispensable para ese equilibrado crecimiento como personas.
Para la mentalidad humanista, el desarrollo de la persona no es un bien privado ni tiene como fin la autocomplacencia. Es miembro de una sociedad y, como tal, ha de buscar la propia mejora con el fin de ofrecer a los demás un mejor servicio: tener para dar. Así lo testimonia una larga tradición de hombres sabios, recogida también en estas páginas.
Juan Luis Lorda (Pamplona 1955) es sacerdote, ordenado en 1983, Ingeniero Industrial (1977) y Doctor en Teología (1982). Desde el año 1983 enseña Teología dogmática y Antropología cristiana en la Universidad de Navarra.
Entre sus obras destacan: Antropología. Del Concilio Vaticano II a Juan Pablo II; La señal de la cruz; Para ser cristiano; Moral, el arte de vivir; Para una idea cristiana del hombre, y Humanismo. Los bienes invisibles.
Se suele pensar que Occidente descubrió el saber griego en la Edad Media gracias a las traducciones árabes. Sylvain Gouguenheim rompe de plano con esta idea al demostrar que Europa siempre preservó sus contactos con el mundo griego. Al mismo tiempo descubrimos que, al otro lado del Mediterráneo, la helenización del mundo islámico, más limitada de lo quese cree, se debió sobre todo a los árabes cristianos. Así, parece ser que la helenización de la Europa cristiana fue ante todo fruto de la voluntad de los propios europeos. Si el término «raíces» tiene algún sentido en el caso de las civilizaciones, las raíces del mundo europeo son, por tanto, griegas, y no lo son las del mundo islámico.
Guardini desarrolla los valores para insuflar alma a la democracia. Delinea el camino para una Europa fundada en la cultura del servicio y del respeto a la vida.
En tiempos en los que se avivan las dudas y dificultades para lograr una fundamentación moral de nuestros sistemas de convivencia, las reflexiones que Guardini propone en este texto cobran especial atractivo e importancia.
Por un lado, desarrolla y presenta los valores básicos necesarios para insuflar alma a la democracia: libertad, responsabilidad, diálogo, paz, obediencia, una visión constructiva del poder, sentido de comunidad, etc. Por el otro, propone sugerentes proyectos de futuro, como la construcción de una Europa fundada en una cultura del servicio y del respeto a la vida.
El modelo que guía esa reflexión, y con el que se abren los Escritos políticos, son los héroes de la Rosa blanca.
La publicación de los Escritos políticos de Guardini suponen una interesante novedad en el panorama editorial en español pues ponen por primera vez a disposición del lector sus originales aportaciones en el terreno de la filosofía social y política.
Romano Guardini (1885-1968) ha sido una de las grandes personalidades de la cultura europea del siglo XX. Publicó numerosas obras, entre las que destacan sus escritos de antropología cristiana y de teología en los que propone una visión integradora de filosofía, teología, tradición y modernidad. Fue uno de los inspiradores de la renovación católica del Concilio Vaticano II y, en particular, del movimiento litúrgico.
En el período que transcurrió desde su infancia hasta su muerte, PLATÓN (ca. 428-ca. 347 a.C.) conoció la decadencia de la grandeza ateniense, jalonada por numerosos y señalados episodios históricos que, junto con su reiterado fracaso político en Siracusa, influyeron poderosamente tanto en su actividad política como en su trabajo intelectual. LA REPÚBLICA presenta el modelo de ciudad donde domina la justicia frente al desorden, la confusión y la perversión; sin embargo, como señala Manuel Fernández-Galiano en la introducción al volumen, el diálogo no apunta a la construcción ideal de una sociedad perfecta de hombres perfectos, sino que es un «tratado de medicina política» con aplicación a los regímenes existentes en su tiempo.
A la vez guía práctica y obra de referencia, este Léxico de Filosofía es una herramienta destinada a todos cuantos se interesan por el acervo de conocimientos que forma parte de la historia del pensamiento y la filosofía y, desde luego, en primer término a los estudiantes de los últimos cursos de Bachillerato, especialmente a los que preparan el examen de Selectividad, así como a los estudiantes universitarios. El libro consta de dos partes complementarias: - Un diccionario de términos y nociones filosóficas, con definiciones claras y precisas, ilustradas con aproximadamente 2.000 citas que introducen en el lenguaje filosófico al lector. - Un diccionario de filósofos, entre los que se encuentran los inscritos en los programas de exámenes de Selectividad, situando conceptos y nociones en el contexto del pensamiento de los grandes autores. Es, pues, un instrumento indispensable para comprender los textos de la filosofía y preparar, de modo útil y adecuado, la redacción, la disertación y el comentario de textos filosóficos.