El nombre de Arthur Schopenhauer (1788-1861) se asocia a una visión pesimista de la existencia. Su rotundo pensamiento, expuesto en buen estilo literario, fue revolucionario al desvelar que ni la razón universal ni un Dios bondadoso gobiernan el mundo, y que la sinrazón, lo inconsciente, lo caótico e indeterminado imperan en un universo que poco tiene de cosmos ordenado y mucho más de pandemónium. Aseguraba que habitamos en un «valle de lágrimas» o en una «colonia penitenciaria», y que sólo algo tan singularmente humano como el disfrute de la belleza artística y la música, junto con la solidaridad de cada uno de nosotros hacia los demás seres vivos, constituyen las únicas vías que pueden conducirnos a un mundo, si no mejor, cuando menos, más llevadero y soportable. Las obras de Schopenhauer fueron apreciadas por literatos y artistas tan señeros como Kafka, Thomas Mann, Tolstói o Wagner.
La obra de Hegel (Stuttgart, 1770 - Berlín, 1831) constituye un hito singular en el pensamiento occidental, puesto que aporta un novedoso enfoque sobre el devenir de las civilizaciones, las sociedades y sus producciones culturales. Autor del último gran sistema filosófico omniabarcador, Hegel presenta su idealismo como un medio capaz no sólo de dar cuenta racional de los acontecimientos pasados, sino de determinar qué es relevante y sustancial y qué no lo es en la infinita serie de los hechos. Porque concibe la realidad como un organismo de contrarios dialécticos, y como manifestación y desarrollo del «Espíritu absoluto», que alcanza su maduración y autoconocimiento a través de la historia y la cultura humanas.
Este volumen contiene dos obras fundamentales en el sistema hegeliano: Diferencia entre los sistemas de Fichte y Schelling (análisis de las doctrinas de dos contemporáneos y pensadores afines en la línea del idealismo postkantiano) y Fenomenología del espíritu, que expone los conceptos hegelianos esenciales acerca de la objetivación del espíritu absoluto en la historia universal y, por tanto, la estructura lógica y racional de ésta.
Estudio introductorio de Volker Rühle (1955), profesor extraordinario de la Universidad de Hildesheim (Alemania) y profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado además como profesor invitado en la Universidad de los Andes (Bogotá), la UNED (Madrid) y en la Universidad Karlova de Praga. Sus libros y artículos en alemán y castellano versan sobre problemas de la filosofía clásica alemana, su génesis y sus ramificaciones hasta el presente.
La figura de un gigante como Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) es insoslayable en el pensamiento occidental, tanto en su vertiente filosófica como científica. Ha sido un referente a lo largo de los siglos en un sorprendente número de campos del saber: política, ética, lógica, retórica, biología, meteorología, etc., y en más de un caso fue él quien sentó las bases para el desarrollo de estas disciplinas. Su obra es abundante (entre 139 y 192 tratados) y casi inabarcable en cuanto a contenido. Acerca del alma es un tratado acerca de los seres vivos, acerca de aquelloque diferencia los vivientes de los no-vivientes. La pregunta no es si el alma existe o no, sino «a qué género pertenece y qué es el alma». A partir de aquí, Aristóteles desarrolla, a lo largo de los tres libros que componen la obra, una teoría nueva y vigorosa acerca del alma alejada de las especulaciones anteriores, aunque no exenta de ambigüedades internas. «Solamente el Fedón de Platón podría, tal vez, compararse con este tratado en cuanto a su transcendencia histórica en relación con el tema del alma». Tomás Calvo Martíne
La obra de Hegel (Stuttgart, 1770 - Berlín, 1831) constituye un hito singular en el pensamiento occidental, puesto que aporta un novedoso enfoque sobre el devenir de las civilizaciones, las sociedades y sus producciones culturales. Autor del último gran sistema filosófico omniabarcador, Hegel presenta su idealismo como un medio capaz no sólo de dar cuenta racional de los acontecimientos pasados, sino de determinar qué es relevante y sustancial y qué no lo es en la infinita serie de los hechos. Porque concibe la realidad como un organismo de contrarios dialécticos, y como manifestación y desarrollo del «Espíritu absoluto», que alcanza su maduración y autoconocimiento a través de la historia y la cultura humanas.
Este segundo volumen dedicado a Hegel contiene dos tratados capitales: Líneas fundamentales de la filosofía del derecho, en la que Hegel pretende fundamentar la rama jurídica del saber como una ciencia estrechamente ligada al curso general de la historia y su armazón lógica, y Lecciones de la filosofía de la historia, interpretación racional del proceso de las civilizaciones, a la luz de la paulatina manifestación del espíritu y de un plan total que abarca y justifica todo, incluso el mal y la desdicha, así como el individuo, que queda subsumido en el Estado.
Estudio introductorio de Volker Rühle (1955), profesor extraordinario de la Universidad de Hildesheim (Alemania) y profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado además como profesor invitado en la Universidad de los Andes (Bogotá), la UNED (Madrid) y en la Universidad Karlova de Praga. Sus libros y artículos en alemán y castellano versan sobre problemas de la filosofía clásica alemana, su génesis y sus ramificaciones hasta el presente.
Sostuvo que el sabio es alegre por definición y se opone siempre a la tristeza, y que sin alegría el pensamiento es menos productivo y creador. Tan lejos del optimismo ingenuo como del pesimismo moral e ideológico, su objetivo fue comprender en vez de juzgar. Serenidad, cautela y honestidad fueron los valores que sustentaron la vida y la obra de Spinoza, con una coherencia poco frecuente en el mundo intelectual.
Ludwig Wittgenstein (Viena, 1889 - Cambridge,1951) repensó todas las grandes cuestiones de la filosofía desde su fundamento mismo: la formulación. Si el siglo XX se caracterizó por el giro lingüístico, por la conciencia de que el pensamiento es en gran medida lenguaje, Wittgenstein radicalizó y profundizó esta conciencia en análisis lúcidos y certeros, de una riqueza que sigue abierta a sucesivas interpretaciones. La multitud de enfoques y líneas de investigación acerca del conocimiento, la verdad y la realidad que contienen sus escritos lo han convertido ya en uno de los grandes pensadores de referencia en Occidente; al mismo tiempo, el hecho de que no escribiera tratados sistemáticos ni tratara sus temas según el método tradicional de la filosofía académica hace que sea una de esas presencias inquietantes y no homologables en la historia del pensamiento, imposible de clasificar: una paradoja más en este singular autor. El arte de pensar wittgensteiniano queda para la historia como paradigma de aquello que escribió su compatriota Weininger acerca de la obligación moral frente a uno mismo de aspirar al genio, al amor intelectual a la verdad y a la claridad. A lo que remite el título de la por ahora insuperable biografía de Ray Monk, Ludwig Wittgenstein: El deber de un genio. Lógica y ética, es decir, filosofía y ética, en este sentido, son una y la misma cosa.
Este primer volumen incluye las dos obras principales de Wittgenstein: Tractatus logico-philosophicus (1921), que indaga en la esencia y el modo de funcionar de todo lenguaje, así como la relación entre éste y la realidad, y los halla en la relación entre las llamadas proposiciones elementales y los hechos atómicos, aunque esta constatación no hace más que desvelar nuevas dificultades lógicas, epistemológicas y ontológicas; y las Investigaciones filosóficas (póstumo, 1953), donde, tras un prolongado lapso de silencio, Wittgenstein replanteó varias de las cuestiones fundamentales de su positivismo lógico inicial, e introdujo la noción de "juegos de lenguaje" como puente entre el pensamiento lingüístico y el mundo. El tomo se completa con Sobre la certeza, conjunto de las anotaciones sobre conocimiento y certeza que Wittgenstein hizo en su último año y medio de vida.
Estudio introductorio de Isidoro Reguera (León, 1947), catedrático de Filosofía en la Universidad de Extremadura y director del Instituto de Filosofía de dicha universidad en Cáceres. Reguera es también traductor e introductor de Wittgenstein en España así como autor de diferentes entradas de la Terminología Científico Social y del Diccionario Crítico de Ciencias Sociales y, entre otros, de los siguientes títulos: Objetos de melancolía: Jacob Böhme; La miseria de la razón: El primer Wittgenstein y El feliz absurdo de la ética: El Wittgenstein místico.
Ludwig Wittgenstein (Viena, 1889 - Cambridge,1951) repensó todas las grandes cuestiones de la filosofía desde su fundamento mismo: la formulación lingüística. Si el siglo XX se caracterizó por el giro lingüístico, por la conciencia de que el pensamiento es en gran medida lenguaje, Wittgenstein radicalizó y profundizó esta conciencia en análisis lúcidos y certeros, de una riqueza abierta a sucesivas interpretaciones. La multitud de enfoques y líneas de investigación acerca de conocimiento, verdad y realidad que contienen sus escritos lo han convertido ya en uno de los grandes pensadores de referencia en Occidente; al mismo tiempo, el hecho de que no escribiera tratados sistemáticos ni tratara sus temas según el método tradicional de la filosofía académica hace que sea una de esas presencias inquietantes y no homologables en la historia del pensamiento (como Pascal y Nietzsche), imposible de clasificar: una paradoja más en este singular autor. El arte de pensar wittgensteiniano queda para la historia como paradigma de aquello que escribió su compatriota Weininger acerca de la obligación moral frente a uno mismo de aspirar al genio, al amor intelectual a la verdad y a la claridad. A lo que remite el título de la por ahora insuperable biografía de Ray Monk, Ludwig Wittgenstein: El deber de un genio. Lógica y ética, es decir, filosofía y ética, en este sentido, son una y la misma cosa.
Este segundo volumen agrupa varios textos de índole miscelánea, anotaciones que Wittgenstein no acabó de pulir para su publicación, pero que sin embargo arrojan una poderosa luz sobre su pensamiento, puesto que versan sobre los grandes temas epistemológicos que constituyeron su preocupación constante: varios diarios filosóficos de periodos distintos y espaciados, notas, lecciones y conferencias sobre lógica, ética, estética, psicología y creencia religiosa, cartas a destacados pensadores (Russell, Keynes, Moore)...
Estudio introductorio de Isidoro Reguera (León, 1947), catedrático de filosofía en la Universidad de Extremadura y director del Instituto de Filosofía de dicha universidad en Cáceres. Reguera es traductor e introductor de Wittgenstein en España, así como autor de diferentes entradas de la Terminología Científico Social y del Diccionario Crítico de Ciencias Sociales y, entre otros, de los siguientes títulos: Objetos de melancolía: Jacob Böhme; La miseria de la razón: El primer Wittgenstein y El feliz absurdo de la ética: El Wittgenstein místico.
La genial elaboración hecha por Kant de la noción de «a priori» ha provocado una revolución copernicana en la forma de conocer la realidad y en el sujeto que la conoce. No en vano, el redescubrimiento del «a priori» tiene como primera consecuencia la propuesta de un hilo conductor sistemático para la metafísica, pero también el compromiso de ésta por investigar la real capacidad de la razón respecto a todo conocimiento puro «a priori».
Kant considera que lo «a priori» tiene una función trascendental, según la cual lo dado se relaciona con el sujeto; por ello, es el «a priori» el que funda la experiencia y no al revés.
Esta afirmación, en apariencia simple, ha desencadenado un sinfín de dificultades que la reflexión contemporánea ha tratado de esclarecer. Acercarse a una solución a la altura del hombre actual es la finalidad de esta obra, en la que la filosofía vuelve a reclamar su papel como formuladora de la verdad de la experiencia desde la razón.
Libro pensado para estudiantes de primeros cursos, interesados en conocer los trazos principales de la filosofía medieval. Se procura enmarcar las principales corrientes filosóficas medievales en su contexto político y religioso, para una mejor comprensión de los autores estudiados.
Se concede prioridad a los grandes pensadores del período, tanto cristianos como musulmanes y judíos. Por su carácter introductorio se ha prescindido, en lo posible, del aparato crítico. Incluye una selección de biografías que pueden ayudar a los estudiantes a una mejor comprensión de la vida cotidiana de cada etapa medieval.