Paloma Gómez Borrero nos descubre un Papa extraordinario que ha marcado nuestra época y que ha dado a la humanidad lecciones de fraternidad y de amor.
Pensando en Juan Pablo II, al que he tenido el honor y el privilegio de haber seguido como periodista, a lo largo y ancho de los cinco continentes, durante los 27 años de su pontificado, me siento orgullosa de haber escrito esta piccola biografia dedicada a los niños a los que tanto quiso, defendió y protegió. Espero que les guste: a los más pequeños y a los mayores que deberán explicarles con más detalles la historia de un Papa llegado de un país lejano, del Este, de una Europa sin Dios.
Este libro está dedicado a los niños; a los que han tenido la suerte de haberle conocido y a los que todavía deben descubrir a un Papa extraordinario, que ha marcado nuestra época, que ha dado a la humanidad lecciones de fraternidad y ha sido maestro de hermandad, de paz, en definitiva, de amor.
En este libro bellamente ilustrado, sigue las preguntas que le hace una de sus nietas, descubriéndonos un Papa santo que ha marcado nuestra época y que ha dado a la humanidad lecciones de fraternidad y de amor.
Paloma Gómez Borrero ha acompañado como periodista a Juan Pablo II a lo largo de todo su pontificado, realizando con él cerca de un centenar de viajes alrededor del mundo. Durante doce años fue corresponsal de Televisión Española en Italia y el Vaticano, siendo la primera mujer corresponsal en el extranjero de esa cadena. Con posterioridad ha colaborado en numerosos magazines y programas de televisión de diversas cadenas.
Actualmente es corresponsal de la cadena Cope desde Roma-Vaticano y comentarista de todos los eventos religiosos de la Iglesia católica en esa emisora desde Italia. También es colaboradora desde Roma para el programa Ventana al mundo de la Radio para Latinoamérica (EE.UU.).
El presente libro reúne los relatos escritos entre 1934 y 1937 por Erika Mann, hija del insigne novelista y premio Nobel Thomas Mann, y periodista y narradora ella misma. Son cuentos elaborados después de su desesperada huida de Alemania, ante el ascenso del poder nazi, y en su mayoría reproducen, precisamente, ese momento: el exilio, el mundo que se deja atrás, la esperanza perdida, la noche oscura que empezaba a cubrir Alemania.
Con una prosa certera y de gran capacidad evocativa, Erika Mann nos lleva a seguir el destino de tantos alemanes que, sin ser perseguidos por el régimen de Adolf Hitler, decidieron abandonar un país donde la libertad y los derechos de los ciudadanos habían desaparecido. Sus relatos, que pueden leerse como una información de primera mano sobre una de las páginas más negras de la historia contemporánea de Europa, son, además, una lección de literatura y un inolvidable testimonio.
«Un cuadro increíblemente vívido y realista de la situación en la que se encontraban los alemanes durante la opresiva espera de la guerra y del miedo a la Gestapo. Una gran contribución a la historia cotidiana del Tercer Reich.» Frankfurter Rundschau
Heraldo de la lucha por los derechos del hombre y defensor incansable de la causa de los indios en América Latina, la figura de Bartolomé de las Casas sigue siendo, al tiempo, objeto de las más exacerbadas críticas y ensalzado como ‘protector universal' de los indios. Hasta el momento, la tenacidad y la devoción que marcan el compromiso de Las Casas han empujado a sus biógrafos hasta la hagiografía. No así el trabajo de Lavellé que, atento a las dinámicas y a la mentalidad de la época, sitúa a Las Casas en su contexto histórico. Este es, el de un Nuevo Mundo en el que las luchas de poder de España se ven reflejadas en América emergente, anterior a la conquista de los grandes imperios, construida sobre los cimientos del modelo colonizador vigente y en la que toda idea utopista de colonización y evangelización pacífica acaba fracasando.
Estas páginas nos adentran en la vida de Francisco de Asís, vida que fue un prolongado e incesante canto del himno del Magníficat. Se recogen en ellas los Escritos del propio Francisco; las dos Vidas, de Tomás de Celano; la Leyenda mayor, de San Buenaventura; la Leyenda, de los tres compañeros; el Espejo de perfección; las Florecillas y las Consideraciones sobre las llagas; el Tratado de los milagros, de Tomás de Celano; la Leyenda menor, de San Buenaventura; el Anónimo de Perusa; la Leyenda de Perusa; el Sacrum commercium, y una serie de testimonios breves de los inicios de la orden; franciscana.
A los escritos recogidos se acompañan unas introducciones generales a cada una de las dos primeras secciones; introducciones particulares a cada fuente o grupo de ellas; notas al texto; tablas de concordancias, índice de materias, de personas y de lugares.
Gheorghiu relata con trazos fuertes y vivos la historia de San Juan Crisóstomo, un hombre dotado de excelsas cualidades, que las puso al servicio de Dios.
San Juan Crisóstomo (Antioquía 347-404) es uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia de Oriente y uno de los tres pilares de la Iglesia ortodoxa con Basilio y Gregorio. Famoso por su predicación y su teología, su vida no fue tranquila y estuvo implicado en algunos de los acontecimientos más importantes de su época.
Bautizado a los 23 años, fue el discípulo preferido del filósofo Libanio, al que abandonó por una vida de ascetismo extremo. Fue ordenado sacerdote y más tarde Obispo de Antioquía, dedicándose intensamente a la predicación. Su fama y elocuencia le llevaron a ser nombrado Patriarca de Constantinopla, a donde tuvo que ir escoltado porque el pueblo de Antioquía no le dejaba marchar.
En la capital del Imperio estuvo en contacto directo con los Emperadores y las más altas autoridades. Su denuncia contundente e incluso temeraria de los abusos y pecados le granjeó fuertes oposiciones civiles y eclesiásticas. Se llegó a alzar un Concilio en su contra. Fue depuesto y vuelto a reponer. Finalmente, desterrado por el emperador Teodosio, y sin que las protestas del Papa Inocencio sirvieran de nada, murió mientras le conducían a su destino en lo más remoto del Imperio.
Virgil Gheorghiu relata con trazos fuertes y vivos la historia de este gran santo, dotado de excelsas cualidades humanas, que puso completamente al servicio de Dios.
Virgil Gheorghiu nació en Rumanía en 1916 y murió en París en 1992. Su padre era sacerdote ortodoxo. Estudió filosofía y teología en las Universidades de Bucarest y Heidelberg. Se casó en 1939 con Ecaterina Burbea. Entre 1942 y 1943, durante el régimen del General Ion Antonescu, trabajó para el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumanía como secretario de embajada. Se exilió voluntariamente cuando los rusos entraron en Rumanía en 1944, posteriormente fue arrestado por las tropas americanas y, después de años difíciles, liberado. Se estableció en Francia en 1948. Un año más tarde publicó la novela ´La Hora 25´, que alcanzó resonancia mundial. Se vendieron más de 1 millón de ejemplares y fue llevada al cine en los años 60. Fue ordenado sacerdote de la iglesia ortodoxa rumana en París en 1963. En 1966, el patriarca Justiniano le concedió la cruz del patriarcado rumano por sus actividades litúrgicas y literarias.
Sencillo, reservado, combativo y con un gran sentido del humor. Benedicto XVI, el Papa de la razón, es una figura clave del siglo XXI. Con un estilo totalmente diferente al de su predecesor Juan Pablo II, el actual papa ha logrado lo inimaginable, un diálogo continuado entre católicos y musulmanes, entre tantas otras cosas.
La presente biografía presenta a un papa intelectual que ya se había hecho un nombre como teólogo y filósofo antes de tenerlo en la curia vaticana, un trabajador por encima de todo, un pastor humilde, dedicado a intervenir en las almas de los creyentes. La trepidante carrera de Ratzinger se asemeja sin duda a la de un político: desde el monaguillo comprometido hasta llegar a lo más alto posible, el papado.
Tamerlán (1336-1405), el más poderoso de los líderes militares de la Edad Media, restaurador del imperio mongol del Genghis Khan, es comparable a la figura de Alejandro Magno como uno de los grandes conquistadores del mundo. Sus ejércitos eran feroces, temidos en toda Asia Central como una tormenta de fuego que destrozaba ciudades, torturaba a los capturados y masacraba  a sus enemigos. Nacido en una familia militar de rango menor y marcado por un defecto físico que le causaba una parálisis en el costado izquierdo, Tamerlán logró abrirse paso hasta los más altos rangos militares y políticos del imperio, hasta derrocar, en 1370, al propio Khan, declarándose descendiente directo del Genghis Khan e imponiendo  sus reglas de hierro y su cultura refinada en las vastas tierras conquistadas, desde Siria hasta la India, desde Siberia hasta el Mediterráneo. En esta biografía, Justin Marozzi sigue la huella de este infame y enigmático emperador de Samarcanda-la moderna Uzbekistán-para contarnos la historia de su crueldad, del contraste de ésta con su curiosidad intelectual y sus conocimientos y, sobretodo, su poder guerrero.
La idea de hacer este libro surgió cuando se publicó un nuevo Martyrologium Romanum, en el que se incluyeron las memorias no solamente de los santos sino también de los beatos, y se hizo una cuidada selección de todos los que merecen el título de tales, teniendo en cuenta como criterio muy básico su historicidad, según había determinado el Concilio Vaticano II, incluyendo numerosos santos y beatos que, no teniendo anteriormente memoria en el Martirologio, son venerados en las distintas iglesias diocesanas o comunidades religiosas.
   Este libro pretende poner al alcance del lector medio una breve semblanza biográfica, o los datos más esenciales, de esos santos y beatos cuyos nombres están registrados en dicho Martyrologium Romanum, en su segunda edición del año 2004. Quien repase el citado Martyrologium puede acudir a este diccionario y buscar cualquier santo o beato registrado en él.
José Luis Repetto Betes (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 1936), sacerdote, es actualmente deán de la Iglesia Catedral de Jerez de la Frontera. Es también miembro del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, del que ha sido director durante ocho años. En su producción escrita se recogen más de cuarenta obras; en la BAC ha publicado alguna de ellas y ha dirigido también la nueva edición del Año cristiano en doce volúmenes.
En su trabajo como corresponsal destacado en el Vaticano, Domenico del Rio ha seguido durante años al Papa en sus múltiples viajes alrededor del mundo. Fruto de ese seguimiento, que conlleva también un trato personal, son varios libros sobre la figura de Juan Pablo II. El libro está escrito en un tono ágil, con estilo periodístico, utilizando en muchas ocasiones el diálogo en estilo directo y testimonios destacados de diversas personalidades que han coincidido en el tiempo con Juan Pablo II. El autor destaca en breves pinceladas diversas anécdotas y acontecimientos históricos, sucedidos en todos los puntos del planeta, que nos ayudan a conocer y comprender el largo y complejo pontificado de Juan Pablo II. La obra cuenta, además, con una detallada cronología, actualizada hast a el 2004, así como un listado de todos los viajes apostólicos del Pap a y un elenco de todas sus encíclicas.
¿Qué importancia tuvo la figura de la mujer en la vida de Juan Pablo II? Este libro nos retrata a un hombre que mantuvo toda su vida una profunda admiración por la labor femenina. Este libro, escrito por una mujer, analiza la importancia del universo femenino en la vida de Karol Wojtyla y esboza el retrato de un hombre que siempre supo cultivar dentro de sí una intensa y limpia atención por el "genio femenino".
El 24 de marzo de 1980 era asesinado junto al altar Óscar Arnulfo Romero. Nombrado arzobispo de San Salvador apenas tres años antes, monseñor Romero no dejó a nadie indiferente. Unos lo consideraban un profeta, un mártir, un luchador por la paz y el diálogo, un hombre de Iglesia; otros, por el contrario, veían en él a un revolucionario, un agitador de masas, un político frustrado que promovía la crispación, un personaje en busca de notoriedad social.
Romero había nacido en Ciudad Barrios, población situada en el «Oriente» salvadoreño, el año 1917. Como sacerdote y obispo jamás soñó con ser un héroe; sin embargo, su alto sentido de la responsabilidad le obligó a reaccionar ante la sangre derramada y luchar en favor de la dignificación de los más pobres de su país.
El rostro amable de Romero, esculpido en piedra entre Dietrich Bonhoeffer y Martin Luther King en el frontispicio de la catedral de Westmister, junto a los «nuevos mártires» del siglo XX, invita a mantener la esperanza contra toda desesperanza.