Un relato de primera mano de un escenario insólito: la convivencia vaticana, de casi una década, de dos papas, Benedicto XVI y Francisco
Un relato de primera mano de un escenario insólito: la convivencia vaticana, de casi una década, de dos papas, Benedicto XVI y Francisco
Un relato en primera persona de un escenario vaticano insólito: la convivencia, durante casi una década, de dos papas, Benedicto XVI y Francisco. En El sucesor se cuenta con naturalidad, y por primera vez, cómo fueron esos tiempos, sin esquivar las polémicas y dificultades que los marcaron.
«Benedicto y yo mantuvimos una relación muy profunda y quiero que se sepa, quiero que se conozca sin intermediarios. Él fue un hombre que tuvo el coraje de renunciar y, a partir de entonces, siguió acompañando a la Iglesia y a su sucesor», papa Francisco.
En Elogio de la imperfección, Rita Levi-Montalcini hace un apasionado balance de su trayectoria profesional y vital, una odisea que recorre todo un siglo, coronada con el Premio Nobel de Medicina.
Rita Levi-Montalcini ha tratado siempre de conciliar dos aspiraciones irreconciliables (según el gran poeta Yeats): la perfección en la vida o la perfección en el trabajo. Lo logró optando por cierta imperfección en la vida y en el trabajo. Y al descubrir el placer que le procuraban ambas actividades, descubrió que eso, la imperfección, era lo que más se ajustaba a la naturaleza humana. Nacido en el seno de una familia judía–no ortodoxa pero sí practicante–, Levi-Montalcini vivió su infancia en Turín, mientras se libraba la primera guerra mundial, y se empeñó en matricularse en medicina en 1930 para doctorarse en neurocirugía. Ayudante del eminente histólogo Giuseppe Levi, montó un laboratorio en su propia casa cuando las leyes raciales de la Italia fascista le impidieron proseguir sus investigaciones. Tras la segunda guerra mundial, y durante treinta años, desarrolló su carrera científica en Estados Unidos, y el descubrimiento del llamado «factor de crecimiento nervioso» (NGF) le valió el Nobel de Medicina en 1986.
La ternura es uno de los rasgos más característicos del papa Francisco y, sin duda, uno de los que más conmueven e interesan a los fieles. El papa de la ternura relata trece manifestaciones conmovedoras del afecto del papa con distintas personas: una prostituta esclava nigeriana liberada, las madres jóvenes de una cárcel de mujeres en Santiago de Chile, los refugiados rohinyás en Bangladesh o las víctimas de abusos sexuales; episodios de afecto que han llamado la atención de la autora mientras acompañaba al pontífice en sus viajes internacionales o durante sus actividades en Roma.
Después del Año de la Misericordia, llega el Año vaticano de la Juven- tud. El papa Francisco está convencido de que los jóvenes son los gran- des olvidados y desencantados de nuestro tiempo, pero al mismo tiem- po, que ellos son lo mejor de la vida. «Los jóvenes están hechos de la misma pasta que Dios. Apoyarlos a ellos es apoyar el futuro de la Iglesia y de la humanidad». Con esta esencia arranca este libro que se nutre de las entrevistas y conversaciones inéditas que Thomas Leoncini ha man- tenido con el pontífice sobre el tema.
El papa afronta, pues, el tema de la juventud, que arranca en marzo con un encuentro en Roma de jóvenes llegados de todo el mundo y que se mantendrá como asunto central del Vaticano a lo largo de todo el año, y cuya conclusión se prevé para octubre de 2018, con una Gran Asam- blea donde el tema principal será «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional».
Un libro íntimo, cercano y divulgativo, que cuenta con la colaboración de un periodista muy próximo a Francisco, y cuyo principal anhelo es llegar al corazón de todos los cristianos.
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La Iglesia no está en el mundo para condenar, sino para permitir el encuentro con ese amor visceral que es la misericordia de Dios. Para que eso suceda, es necesario salir. Salir de las iglesias y de las parroquias, salir e ir a buscar a las personas allí donde viven, donde sufren, donde esperan.
«La misericordia es el primer atributo de Dios. Es el nombre de Dios. No hay situaciones de las que no podamos salir, no estamos condenados a hundirnos en arenas movedizas.»
Con palabras sencillas y directas, el papa Francisco se dirige a cada hombre y mujer del planeta entablando un diálogo íntimo y personal. En el centro, se halla el tema que más le interesa –la misericordia–, desde siempre eje fundamental de su testimonio y ahora de su pontificado. En cada página vibra el deseo de llegar a todas aquellas almas –dentro y fuera de la Iglesia– que buscan darle un sentido a la vida, un camino de paz y de reconciliación, una cura a las heridas físicas y espirituales. En primer lugar está esa humanidad inquieta y doliente que pide ser acogida y no rechazada: los pobres y los marginados, los presos y las prosti-tutas, pero también los desorientados y los que viven alejados de la fe, los homosexuales y los divorciados.
En la conversación con el vaticanista Andrea Tornielli, Francisco explica –a través de recuerdos de juventud y episodios relacionados con su experiencia como pastor– las razones de un Año Santo extraordinario que ha deseado intensamente. Sin ignorar las cuestio-nes éticas y teológicas, rebate que la Iglesia no puede cerrar la puerta a nadie; por el contrario, su tarea es adentrarse en las conciencias para abrir rendijas a la hora de asumir responsabilidad y alejar el mal realizado.
En la franqueza de la conversación, Francisco no se sustrae tampoco de afrontar el vínculo de la relación entre misericordia, justicia y corrupción.
Y a esos cristianos que se colocan a sí mismos en las filas de los «justos», les recuerda: «También el Papa es un hombre que necesita la misericordia de Dios».
Il nome di Dio è Misericordia se publica con un lanzamien-to mundial en 82 países.
«El 8 de noviembre de 2008 me desperté con un terrible dolor de cabeza que en apenas dos horas desembocó en un derrame cerebral. Caí en un coma profundo, y durante siete días permanecí en ese estado, durante el cual viví una experiencia increíble y fuera de este mundo. El lugar en el que estuve es un sitio maravilloso, reconfortante y lleno de amor. No tengo miedo a morir porque ahora sé que no es el final.» Doctor Eben Alexander
La lógica científica del doctor Alexander jamás había dado crédito a las experiencias cercanas a la muerte. Sin embargo, después de haber pasado por esto sabe que no son meras fantasías: Dios y el alma existen realmente, y la muerte no es el final de la existencia personal, sino una mera transición.
Una historia real que nos ayudará a comprender qué nos espera más allá de la vida.
No hay nadie que no haya oído hablar de la Biblia, pero ¿sabemos realmente qué es? ¿Qué se cuenta en ella? ¿Quiénes son sus protagonistas? ¿Quién la escribió? ¿Por qué nos puede interesar hoy en día? ¿Qué tiene que ver Breaking bad con los apóstoles? ¿Y U2 con los Evangelios? Francisco Varo, experto en temas de teología, nos presenta las claves para comprender y disfrutar del libro más importante de la cultura occidental.
El 19 de septiembre de 2013, de forma simultánea, se editó en la revista jesuita La Civiltà Cattolica y en otras tantas revistas jesuitas de otros tantos países una entrevista de Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, al Papa Francisco. La entrevista tuvo tal resonancia que Spadaro se vio sobrepasado por la cantidad de correos electrónicos, cartas, tuits, sms, llamadas telefónicas y mensajes en su perfil de Facebook de gente de todas partes del mundo que le contaban qué impresión les había producido la lectura de la entrevista, que Spadaro define como «una gran experiencia espiritual». Cuando en una entrevista televisiva dijo que tal experiencia había sido tan rica que habría dado para un libro, le animaron de inmediato a que lo escribiera y cuanto antes. Este texto, por tanto, recoge la entrevista con algunas
correcciones y comentarios que aclaran los contenidos de la entrevista, «no solo desde un punto de vista cultural y pastoral, sino también desde el punto de vista humano y biográfico».