
Francisco es «el hombre del siglo que viene». Así le llama Tomás de Celano, su primer biógrafo, ya en el siglo XIII. Y desde entonces, aquel hijo de un rico mercader y de las nacientes ciudades burguesas de la Edad Media, liberadas del poder feudal por la asociación de sus ciudadanos más dinámicos, se ha convertido en referente y modelo para cualquier generación.
Su secreto tal vez resida en la rica personalidad que atesora, capaz de conectar y sintetizar en sí las mejores aspiraciones de su tiempo. Pero también ofrece renovación y rejuvenecimiento a quien se acerca a él y a la Buena Noticia de la que es testigo.
Walter Ciszek, jesuita norteamericano, entró en Rusia junto con otras 25 personas en el vagón 89725, procedente de la ciudad polaca de Al'Bertin que había sido tomada por el ejército rojo. Su objetivo, difundir la palabra de Dios en Rusia. Pero al poco tiempo de establecerse en la ciudad maderera de Teplaya Gora fue descubierto y detenido por la policía secreta. Acusado de espionaje fue trasladado a la temida prisión moscovita de Lubianka, donde permaneció durante los años de la Segunda Guerra Mundial para ser condenado posteriormente a 15 años de trabajos forzados en los campos de prisioneros de Siberia. Finalmente, en 1963, fue intercambiado por dos espías rusos y pudo volver a Estados Unidos.
En el libro, él mismo nos desvela la razón de su supervivencia -el total abandono a la voluntad de Dios- y da testimonio de su vida de oración, gracias a la cual venció la soledad, el dolor, el miedo y la desesperación, y aprendió a convertir unas circunstancias y un trabajo inhumanos en un valor positivo que le acercaba a Dios.
En 1990 se abrió su proceso de beatificación, siendo actualmente Siervo de Dios.
"Un extraordinario testimonio de fe del que todos podemos sacar partido" The Sign
"El relato íntimo y profundamente conmovedor de una fe y una esperanza inquebrantables que nunca llegaron a desfallecer, y de un amor que -como el de Cristo- se extendió también a quienes le perseguían" Catholic Review
Walter Ciszek (1904-1984) fue un sacerdote norteamericano de origen polaco, perteneciente a la Compañía
de Jesús. Entró en el noviciado jesuita en 1928, y, siguiendo la petición de Pío IX de que fueran sacerdotes a Rusia después de la Revolución Bolchevique, solicitó ir a este país. En 1934 fue enviado a Roma para estudiar liturgia y teología rusa en el "Russicum", y en 1937 fue ordenado sacerdote por el rito bizantino con el nombre de Vladimir. De allí fue enviado a la misión polaca de Al'Bertin, desde donde entró en Rusia clandestinamente, como relata este libro. Después de su liberación se dedicó a su trabajo sacerdotal y fue profesor en el Centro de Estudios Orientales Juan XXIII de Fordham University.
Daniel L. Flaherty fue un amigo y colaborador que le ayudó en la tarea de redactar sus memorias.
Tras finalizar la Primera Guerra Mundial y la consiguiente derrota de los imperios centrales tuvieron que abdicar y exilarse por diversos países de Europa. La prematura muerte de su marido impuso a la emperatriz la obligación de cuidar y preocuparse del futuro de sus hijos de modo personal y con poca ayuda. La profunda formación cristiana que había recibido fue su baluarte para sobreponerse a las difíciles circunstancias.
"Lo que siempre me impresionó de ella fue su serenidad, nacida de un total abandono en la Divina Providencia, de su obediencia a la enseñanza de la Iglesia y de su constante búsqueda de la voluntad de Dios para someterse a ella lo mejor posible: cosa que refleja muy bien este libro [...].
Es para mí una satisfacción que el abad Debris haya podido reunir los documentos que le han permitido escribir este hermoso libro, en el que reconozco fielmente a mi madrina, y deseo que la belleza y delicadeza de algunos de sus rasgos espirituales conmuevan a muchos lectores". Archiduque Rodolfo de Austria
Cyrille Debris (1973) es doctor en Historia y Teología. Entusiasta estudioso de lo concerniente a los últimos Habsburgo desde muy joven. Ordenado sacerdote en 2007. Después de completar los cursos especializados (Teología de la santidad, Hagiografía y Derecho Canónico) en el Studium de la Congregación para las Causas de los Santos (Vaticano, Summa cum laude, 2008), fue elegido por los promotores como postulador para la causa de Beatificación de la Sierva de Dios, la emperatriz Zita y reconocido como tal por el obispo de Le Mans.
«La vida sigue, pero ¿cómo?». Es lo que se preguntaba Hans Küng en sus horas más bajas, cuando el papa le retiró la licencia eclesiástica de enseñanza. Y sucedió lo que nadie esperaba: Hans Küng no se rindió, sino que desplegó toda su capacidad como pensador universal, más allá de la crítica de la Iglesia. De las tres últimas décadas de su vida, de sus grandes logros, pero también de sus amargas experiencias, rinde cuentas en esta tercera entrega de sus memorias. No solo narra el esfuerzo por abrir nuevos campos de estudio y actividad, desde el ecumenismo de las religiones del mundo hasta la «ética mundial». También habla con toda franqueza de las cuestiones que se le plantean en el atardecer de la vida y que conciernen a todo hombre. Estas memorias son relato y reflexión a la vez: de la historia del tiempo presente, de historia de la Iglesia, de la teología y de las religiones. Humanidad vivida con todas sus luces y sombras.
Después de la Revolución Francesa (1789), a comienzos del siglo XIX se consolidó en Francia la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús, con una clara vocación educativa y misionera. En este sentido, la figura de Rosa Filipina Duchesne (1769-1852), canonizada por san Juan Pablo II en 1988, adquiere una importancia capital, ya que consagró su vida a la evangelización en los entonces nacientes Estados Unidos de América. Este libro contextualiza históricamente a Filipina Duchesne, a la vez que presenta la traducción castellana de más de ochenta documentos sobre su vida, su obra y su correspondencia, en la que se puede percibir la vertiente humana y espiritual de la santa misionera, así como valiosas e imprescindibles descripciones sobre la sociedad del momento, incluidas las primeras descripciones sobre los indios Potawatomi.
Xavier Baró i Queralt es doctor en Historia Moderna por la Universitat de Barcelona. En la actualidad es profesor de la Facultad de Humanidades de la Universitat Internacional de Catalunya, de la cual es vicedecano. Ha centrado su interés en la historia de la historiografía, el Barroco y las misiones españolas en el Pacífico (s. XVI-XVIII).
Es más fácil caminar con luz. Eso es lo que proporcionan los santos, con su ejemplo y su testimonio valiente. Y es lo que ofrece el autor: cincuenta santos al alcance de la mano, que vivieron vidas muy felices en tiempos similares a los actuales.
Conociendo algunos detalles de su vida, será más fácil encontrarse con Dios, y caminar con ese mismo amor y esa alegría. “Ser amigo de los santos es ser también amigo de Dios”.
Antonio Rubio Plo es Licenciado en Geografía e Historia y Doctor en Derecho, Derecho Internacional y Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Es profesor de Historia del Pensamiento Político Contemporáneo, de Política Exterior y de Historia, y analista de Política Internacional en diversos medios de comunicación.
“Mi vida está dividida en dos partes. Los primeros veinticinco años fueron confusos: años de alegría y tristeza... No sabía lo que creía, aunque trataba de servir a una causa”. “Hay que cambiar los corazones y las mentes de los hombres... y ofrecerles la visión de una sociedad en la que sea más fácil ser buenos”.
Su proceso de beatificación, ya iniciado, “podría recordar a muchas mujeres de hoy lo grande que es la misericordia de Dios (…). Ella estuvo al margen de la fe y supo descubrir el camino correcto para vivir en plena coherencia con la exigencia de la fe católica” (Cardenal John O’Connor).
Dorothy Day (1897-1980), periodista revolucionaria, defiende activamente los derechos de la mujer, el amor libre y el aborto. Ella misma aborta su primer hijo por temor a ser abandonada por su amante. Por su defensa de los pobres y de la justicia social es considerada –entre otros, por Barak Obama- una de las grandes reformadoras de la historia americana. Supo “oponerse a las lisonjas ideológicas de su tiempo para elegir la búsqueda de la verdad y abrirse al descubrimiento de la fe” (Benedicto XVI).
A C.S. Lewis se le ha llamado el "apóstol de los escépticos", responsable de acercar a más personas al cristianismo que el mejor de los predicadores del siglo XX. Un gran número de conversos al catolicismo, algunos muy famosos, conceden a este escritor británico un papel importante en su proceso de conversión. Pero el hecho irónico y sorprendente es que el propio Lewis nunca llegó a entrar formalmente en la Iglesia católica... aunque abrazara muchas enseñanzas indiscutiblemente católicas, como el purgatorio y el sacramento de la confesión. El reconocido y prestigioso autor Joseph Pearce, gran admirador de Lewis, es la persona ideal para tratar de responder a esta cuestión. La relación de Lewis con la Iglesia católica es un tema realmente intrigante y Pearce se adentra en esta cuestión analizando todos los factores, para resolver el enigma con un análisis amplio y detallado de todos los aspectos históricos, biográficos, teológicos y literarios. Un libro magníficamente escrito que nos presenta todos los datos y hechos necesarios para iluminar los puntos clave de sus escritos y formular una pregunta: ¿Estaba Lewis en el camino hacia Roma? "Joseph Pearce ha abordado la gran pregunta sin respuesta y ha aportado una solución audaz, con autoridad, intelectualmente atrevida y muy sugerente: Este libro es todo un banquete de argumentos provocativos, y muy atractivos, que el mismo maestro encontraría irresistible. ¡Lo que daría yo por ver a Lewis profundizando en estas ideas!". James Como, autor de Branches to Heaven: The Geniuses of C.S. Lewis.
Este libro no es una historia de Huancavelica _la región más pobre del Perú_, ni una biografía del autor, ni un típico libro de viajes o de memorias. Es un conjunto de experiencias vividas en carne propia por el autor. Son retazos de una vida, de la vida del padre Mariano Hermida García, sacerdote de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, entre su buena gente huancavelicana.
Prólogo de Mons. Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española.
El subtítulo «Papa del diálogo», que lleva este libro, destaca la característica fundamental de Pablo VI, al que se podrían aplicar otros muchos apelativos: creyente, crucificado, pastor, salvador del Concilio, reformador, ecumenista, etc. Se dijo de él que su mano llamaba sin insistir a una puerta que tiene derecho a permanecer cerrada. El diálogo caracterizó primero su ministerio en Milán y después su pontificado. Montini fue hombre del diálogo, con una tensión misionera alejada de todo proselitismo y de la tentación autorreferencial, presente en no pocos ámbitos de la Iglesia católica de su tiempo. Pablo VI fue un modelo de vida para cualquiera, incluso para los más humildes, no solo para quienes tenían responsabilidades de gobierno. Y el milagro aprobado para su beatificación lo demuestra.
Vicente Cárcel (Manises, Valencia, 1940), ordenado sacerdote en 1963, es doctor en Historia Eclesiástica (Univ. Gregoriana de Roma), Filosofía y Letras (Univ. de Valencia) y Derecho Canónico (Angelicum de Roma). Experto en las relaciones Iglesia-Estado en la España y Europa contemporáneas, ha publicado 46 libros —once de ellos en la BAC― y unos 400 artículos en diccionarios y revistas especializadas.